“Defendemos la educación, sostenemos el mundo”

8/04/2019 | Editorial

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En más de cien países, de todos los continentes, se ha celebrado del 1 al 7 de abril, la semana de Acción mundial por la Educación equitativa, inclusiva y de calidad.

Con el mimo lema: “defendemos la educación, sostenemos el mundo” se han movilizado unas 50.000 personas, en más de 30 ciudades de España, para llamar la atención sobre el reto de salvar el Planeta, a través de una educación integral y ecológica.

La educación inclusiva es esencial para detener la degradación medioambiental y para promover un modelo social y económico sostenible, según la Agenda de Educación 2030, de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Con estas movilizaciones se busca:


-Un mayor presupuesto nacional para la educación equitativa, inclusiva y de calidad, con “gestión verde” de los centros educativos.

– Integrar la educación ética, social y ecológica en los currículos escolares.

– Impulsar la sostenibilidad social y que todas las personas se beneficien del crecimiento económico y sostenible.

Estos movimientos sociales y manifestaciones son más positivos y beneficiosos para la sociedad, que la mayoría de los discursos políticos, que podemos escuchar de los líderes partidistas en todo el globo.

Gran parte de los medios de comunicación, tanto en África como en Europa, son tendenciosos, poco educativos y hasta provocadores de tensiones y divisiones sociales, porque tienen sus propias agendas e ideologías.

Es quizás en el ámbito de la comunicación, donde podemos constatar con mayor claridad, un proceso de deshumanización.

Parecemos estar entrando en “la ley de la jungla”, donde ya no existe, ni el reconocimiento de la dignidad de cada ser humano, ni el respeto básico debido a cada persona.

Del olvido y marginación del otro, emigrante o residente, estamos llegando incluso a despreciar y rechazar al otro, ya sea en las pateras que llegan, e incluso en la misma mesa redonda donde nos encontramos, porque son de otro país, ideas, partido o religión.

Para superar semejantes actitudes y comportamientos fundamentalistas y exclusivos, tenemos dos caminos seguros:


– Una educación más inclusiva, ética y ecológica.

– Una nueva colaboración y solidaridad para el bien común, con líderes realmente íntegros.

Necesitamos elegir mejor nuestros líderes para el bien común, libres de partidismos y de la lucha por el poder.

Así lo hicieron y lo hacen hoy los grandes y sabios líderes de la historia reciente que tanto admiramos, como: Martin Luther King, Julius Nyierere, Mahatma Ghandi, Nelson Mandela, Desmond Tutu, Kofi Annan y el propio papa Francisco.

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