Declaración de La vía Campesina ante la Conferencia sobre el Clima COP 26 de la ONU (Glasgow)

3/11/2021 | Opinión

Este es el año más caótico en términos climáticos que se ha registrado, desde el año pasado, y los gobiernos controlados por las corporaciones, las transnacionales, los filántropos, los principales medios y la mayoría de las organizaciones no gubernamentales (ONGs) están ofreciendo más de lo mismo: soluciones basadas en el mercado y en tecno-arreglos arriesgados. Después de casi dos años de una pandemia global que se ha llevado la vida de millones no mencionados, la humanidad se despierta día con día con inundaciones históricas, incendios y hambrunas causadas por la sequía, junto con un tiempo extremadamente errático que hace que la vida sea cada vez más difícil de aguantar. Aquellos que están en el poder culpan a la “actividad humana en general” por el caos climático, pasando por alto las íntimas relaciones entre la extracción de combustibles fósiles, los agronegocios corporativos y el complejo industrial militar, sin mencionar los desbalances globales del poder y las responsabilidades históricas de países que se han enriquecido a través del despojo colonial. En lugar de avanzar de una manera sincera y transformadora, nos venden soluciones falsas que siempre logran priorizar los intereses de las élites corporativas – “cero neto”, “soluciones basadas en la naturaleza”, “geoingeniería” y la “digitalización de la agricultura”, por nombrar algunas. ¡Esto tiene que parar, ya!

Detener la crisis climática requiere un cambio de sistema basado en los derechos de la humanidad y nuestra Madre Tierra. Durante más de 500 años, el sistema alimentario colonial, corporativo y patriarcal ha intentado dominar todas las formas de vida para el enriquecimiento de unos cuantos. Aquellos que controlan la riqueza acumulada –producida por la gente y el planeta durante cientos de años- han logrado escapar, hasta el momento, las inundaciones, las sequías, los suelos degradados, la guerra y el hambre que atacan con ira. Ellos ignoran las múltiples señales de colapso de los sistemas naturales que sostienen la vida, y en cambio proponen que nosotros, las víctimas más vulnerables, sufrimos las consecuencias. Para La Vía Campesina (LVC) y nuestra diversidad de campesinas, migrantes, trabajadores de la tierra, pescadores, habitantes de los bosques, mujeres rurales, jóvenes y otras organizadas, la solución a la crisis climática es solamente una transición cuyas raíces se encuentran en la lucha y la solidaridad – ¡solidaridad internacionalista con todas aquellas que luchan por la Soberanía Alimentaria, la Justicia Climática, y los Derechos de la Madre Tierra! Es una lucha por la plena realización de todos los derechos y responsabilidades detallados en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos Campesinos y Otras Personas que Trabajan en Zonas Rurales (UNDROP), especialmente el Derecho a un Medio Ambiente Limpio, Seguro y Saludable (Artículo 18) recientemente ratificado por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU para toda la humanidad. También es una lucha contra la captura corporativa de los espacios de la ONU a través del “modelo de múltiples partes interesadas” más conocido como “capitalismo de los múltiples partes interesadas”, presenciado por todos en la mal llamada Cumbre del Sistema Alimentario de la ONU de 2021 y cada vez más en las COPs del Clima de la ONU.

agricultura_rural_2_cc0-6.jpgConforme nos preparamos para otra dolorosa Conferencia sobre el Clima de la ONU – la COP26 Glasgow – los 200 millones de defensores de la tierra, el agua y el territorio se levantan de nuevo para demandar Soberanía Alimentaria para la Justicia Climática. Nos unimos a una gran convergencia de luchas contra el capitalismo de los combustibles fósiles, el racismo, el colonialismo y el patriarcado que los ata. Mientras luchamos para hacer que los corporativos asuman la responsabilidad de esta destrucción innecesaria, nos levantamos orgullosos con la Alianza de Trabajadores de la Tierra (Landworkers’ Alliance – LWA) – nuestro miembro de LVC con sede en Escocia, Inglaterra y Gales. LWA está trabajando sin cansancio para llevar las voces de los trabajadores agroecológicos de la tierra a la COP26, haciendo un llamado “al reconocimiento y la contribución que la agricultura agroecológica, la silvicultura sostenible y un mejor uso de suelo pueden hacer ante nuestros compromisos para reducir emisiones, secuestrar carbón y construir resiliencia”.

Corporaciones, tengan cuidado, los trabajadores de la tierra del mundo tienen soluciones reales: ¡sistemas alimentarios, agrícolas y forestales al servicio de los pueblos, el clima y la naturaleza! Junto con LWA y todas aquellas que luchan por una transición justa, nos volveremos a levantar unidas y en oposición a cualquier intento de convertir la Convención Marco de las Naciones Unidas Sobre el Cambio Climático (UNFCCC por sus siglas en inglés) en un “mecanismo de mercado” gigante. ¡El capitalismo climático es un crimen, no es la solución!

COP26: Más mecanismos de mercado no resuelven los problemas de los pueblos

El crecimiento de la industria de combustibles fósiles en el sistema alimentario transnacional es uno de los principales culpables de la crisis climática, pues contribuye en entre un 44 y un 57 por ciento a las emisiones globales GHG. Este sistema aliena a la gente de sus tierras, degrada las comunidades y lleva violencia y desigualdad a los territorios a lo largo mundo. Es particularmente nocivo para las mujeres y los jóvenes, cuyas vidas y trabajo son constantemente denigrados por un sistema que no valora la vida.

Mucho antes de la COP21 en París, los agronegocios multinacionales y las corporaciones de combustibles fósiles ya estaban utilizando su poder e influencia para promover políticas públicas a niveles nacional, subnacional y global. El Acuerdo de París del 2015 creó un “consenso” en torno a varias soluciones falsas muy problemáticas. El mercado de carbón y los mecanismos de compensación incluidos en el Artículo 6, por ejemplo, le darán mucho poder a los gobiernos, las corporaciones, los banqueros y los comerciantes ricos cuyo principal objetivo es maximizar las ganancias y no cuidar de la Madre Tierra. En lugar de hacer acciones decisivas para adaptarse al cambio climático y comprometerse con una transición honesta hacia la democracia y los sistemas alimentarios basados en los derechos humanos, los actores poderosos están utilizando promesas “cero neto” para ocultar su falta de acción con respecto al clima.

Las compañías cero neto compran su responsabilidad de emisiones históricas y actuales, y priorizan iniciativas que favorecen los intereses de las corporaciones. Dondequiera que las empresas promuevan “soluciones basadas en la naturaleza” (NBS en inglés), advertimos de una desposesión basada en la naturaleza a través de planes de compensación de carbono de los bosques y el suelo, basados en la falsa afirmación de que pagar a otro para que se ocupe de las emisiones de carbono en lugar de tomar medidas directas para reducir la contaminación frenará de algún modo la crisis. La lucha contra la crisis climática requiere una transición justa para abandonar los combustibles fósiles, poner fin a la minería destructiva y a la agricultura extractiva, y centrarse en la recuperación de los territorios y ecosistemas dañados. Nuestras soluciones, verdaderamente basadas en la naturaleza, agroecológicas y controladas por los campesinos, si son soluciones justas. Los “unicornios de carbón” y el pensamiento mágico no van a resolver el problema, solamente lo harán las acciones inmediatas para la transformación del sistema.

Por otro lado, lo que ellos llaman “agricultura inteligente para el clima”, nosotros llamamos “Agricultura Corporativa Inteligente”, ya que provee de un marco de referencia que permite integrar a los OGMs y los agroquímicos a la agricultura de pequeña escala, basándose en el mismo paradigma racista y sexista de la Revolución Verde. Posiciona a la ciencia y a la tecnología capitalistas como soluciones a los problemas a los que se enfrentan los campesinos “subdesarrollados” y supuestamente “no educados”. Estos problemas fueron originalmente creados por el capitalismo global, el despojo, el saqueo colonial, las guerras y la violencia generalizada.

Mientras que muchas soluciones falsas corporativas cooptan el lenguaje de la Agroecología Campesina, en ningún lugar podemos encontrar la afirmación o garantía de los derechos fundamentales al acceso a la comida nutritiva, la vivienda digna y la autodeterminación de la tierra y los pueblos. Lo que está garantizado es los ciclos sin fin de acumulación en beneficio de aquellas que están provocando la crisis climática, incluyendo corporaciones mayores y agronegocios como John Deere, Bayer-Monsanto, Syngenta, Cargill, Nestlé, Wal-Mart y otros.

¡La transición es ahora! ¡La soberanía alimentaria alimenta la justicia climática!

Les trabajadores de la tierra y otros productores de alimentos del mundo exigen – y estamos dispuestos a llevar a cabo – una transición climáticamente justa en la agricultura. Durante décadas, les productores locales de alimentos han sido empujados por el camino de la intensificación y el monocultivo por parte de la agroindustria corporativa y sus aliados. La cooptada Cumbre del Sistema Alimentario de la ONU de 2021 fue sólo un ejemplo más. Lo que los pueblos y el planeta necesitan urgentemente son gobiernos e instituciones que ofrezcan oportunidades coherentes para la transición hacia sistemas agrícolas más ecológicos y sociales. Durante demasiado tiempo les agricultores han cargado con la culpa de un modelo impuesto por el capital. Esto se acaba ahora. La sociedad debe reconocer que nuestros sistemas de agricultura, agua y uso de la tierra son lo que son hoy en día debido a las presiones sistémicas. A medida que nos alejamos del capitalismo de los combustibles fósiles, no debemos perder a agricultores, ni destruir los medios de vida, ni la capacidad de producción de alimentos saludables. El apoyo gubernamental a las subvenciones y a los programas de formación para apoyar la transición es esencial, y esta transición justa en la agricultura debe centrarse en los principios de la justicia climática. Esto significa que todos les implicados en la cadena alimentaria – incluidos les campesinos, pastores, trabajadores migrantes, trabajadores contratados, les sin tierra y los pueblos indígenas – deben estar al frente de la definición y la aplicación de las políticas públicas necesarias para esta transición.

En nombre de La Vía Campesina hacemos un llamado para ponerle un alto a todas las soluciones falsas y los mecanismos de mercado del Artículo 6. Hacemos un llamado para una transición justa a Cero Real, no a los esquemas de mercadotecnia corporativos escondidos en el “cero neto”. Al mismo tiempo, y de alta importancia, hacemos un llamamiento a todas las antiguas potencias coloniales para que asuman sus responsabilidades históricas y reduzcan drásticamente las emisiones en su origen, ¡ahora mismo, incluso mediante una reducción inmediata de su presencia militar en todo el mundo! Al mismo tiempo, y de alta importancia, hacemos un llamamiento a todas las antiguas potencias coloniales para que asuman sus responsabilidades históricas y reduzcan drásticamente las emisiones en su origen, ¡ahora mismo, incluso mediante una reducción inmediata de su presencia militar en todo el mundo! La Vía Campesina se solidariza con las víctimas de todas las guerras, sanciones y ocupaciones, ya sean los mutilados y asesinados de Palestina, Irak y Afganistán o los pobres, trabajadores e indígenas de los Estados Unidos que carecen de hospitales, escuelas y el pan de cada día. Por la Soberanía Alimentaria, los Derechos Humanos y la Madre Tierra – ¡Desfinanciar la máquina de guerra!

Las rutas para alcanzar la justicia climática deben de ser radicalmente diferentes a aquellas que produjeron la crisis. La Agroecología Campesina y la Soberanía Alimentaria pueden “alimentar al mundo y enfriar el planeta! Éstas ofrecen la posibilidad real de reducir las emisiones y llevar a cabo la justicia social y los derechos de los pueblos y del planeta. Un sistema alimentario basado en la Soberanía Alimentaria y los sistemas alimentarios localizados, alimentados por las familias agricultoras a través de la agroecología campesina, puede verdaderamente transformar a la sociedad mientras que reduce las emisiones de carbón de manera dramática y mucho más rápida que cualquier solución falsa vendida por las corporaciones. Todo esto se puede hacer sin la mercantilización del carbón, y, al mismo tiempo, puede contribuir a fortalecer las soluciones que ofrecen las organizaciones de base ante la pobreza, el hambre y la violencia.

¡Defensores agroecológicos de la tierra, el agua y el territorio del mundo, uniós! ¡Con los productores de alimentos al frente de nuestra convergencia global por una Soberanía Alimentaria que alimente la Justicia Climática!, ¡la vida prevalecerá sobre la muerte!


¡La transición es ahora!

¡La soberanía alimentaria alimenta la justicia climática!

¡Globalicemos la lucha! ¡Globalicemos la esperanza!

Fuente: La Vía Campesina@via_campesinaSP

[Fundación Sur]


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