Declaración de la señora Victoire Ingabire Umuhoza en el Tribunal Supremo de Kigali

25/04/2012 | Opinión

Transcripción exacta de la declaración hecha en la sala del tribunal

Durante este periodo de más de seis meses desde el comienzo de este juicio, he constatado varias irregularidades que he tolerado, pero hoy, he perdido la confianza en este sistema de justicia por dos razones principalmente:

La primera es que este sistema de justicia ha recurrido a la intimidación contra el testigo informante llamado a la sala por el abogado defensor. Fue interrogado y la celda de su prisión fue registrada, creo que aquí hay un gran problema, porque si la fiscalía tiene alguna queja contra el testigo informante, debería haberlo planteado con antelación ante el tribunal. Sin embargo, dado el hecho de que este incidente tuvo lugar cuando el testigo acababa de dar información al tribunal y estaba previsto que volviera al tribunal el próximo día éste es el motivo por el que pienso que los hechos son intimidación. Y me pregunto cómo cualquier otra persona se atreverá a testificar después de tales abusos contra el único testigo de la defensa que se ha atrevido a dar un paso hacia adelante. ¿Por qué digo esto? Debo recordar al fiscal Bonaventure Ruberwa una conversación que tuve con él en su oficina antes de ser arrestada. La fiscalía había buscado testigos contra mí entre los prisioneros de la cárcel de Gisenyi. Los prisioneros dijeron que habían sido contactados para testificar contra mí, alegando que yo había intentado reclutarlos, diciéndoles que yo había vuelto a Ruanda y que podía liberarlos. En ese momento, le dije al fiscal que era consciente de ese escenario y le pedí que lo detuviese.

En octubre de 2010, cuando fui arrestada, tras la difusión de las acusaciones de que yo tenía el objetivo último, en colaboración con un ex soldado de las FDLR, de desestabilizar el país, alguna gente también me proporcionó otra información, diciendo que conocían a Vital Uwumuremyi (el testigo clave de la acusación en este juicio). Incluso me dieron los nombres de sus contactos dentro de los Servicios Secretos de Ruanda. Sin embargo, para no poner en peligro su seguridad, esta gente ahora se ha retractado, diciendo que no pueden testificar sobre nada. El hecho de afirmar que tenían alguna información y después decir que no podían testificar, y lo tomé como una ridícula exageración. Sin embargo, después de ver cómo ha sido tratado el testigo de la defensa, han desaparecido las dudas sobre esta gente que se negó a testificar por miedo de su seguridad. De hecho, yo estaba convencida de que tenían razón. Antes de eso, pensé que eran gente cobarde, pero después de este tipo de intimidaciones me pregunto cómo debe sentirse la gente que no está en prisión cuando, después de testificar, encuentran su casa patas arriba. Estoy convencida de que esta gente hacía lo correcto cuando se negaron a testificar en mi juicio, porque vieron cómo fueron tratados estos testigos.

Este temor a las intimidaciones nos ha llevado a mi segunda razón: Los crímenes de los que estoy acusada son muy serios; son crímenes como incitar al genocidio, y amenaza de derrocar al gobierno mediante el terrorismo y la guerra. Si los testigos de la defensa son intimidados mientras que las autoridades me acusan de estos crímenes tan serios, ¿qué juez en Ruanda se atrevería a dar una sentencia que vaya contra los cargos presentados contra mí por el régimen? Un veredicto así ¿Sería aceptado por ese mismo régimen? Especialmente porque estos jueces son también objeto de intimidaciones similares a las que se están ejerciendo contra los testigos de la defensa.

¿Por qué digo todo esto? Digo esto porque desde el comienzo de este juicio, el presidente de la República y ministro de Justicia, me ha acusado continuamente a través de los medios y discursos públicos situándose muy cerca de la fiscalía, aunque yo tenía confianza en este sistema de justicia. Porque en el tribunal, yo tenía la esperanza de que el ejecutivo dejaría al poder judicial hacer su trabajo de forma independiente. Pero como ellos han seguido lanzando acusaciones contra mí en los medios de comunicación, dentro y fuera del país, me pregunto qué juez en Ruanda, se atrevería a tomar una decisión que vaya contra los cargos formulados en mi contra por parte de las autoridades. Creo que estas dos razones son lo suficientemente fuertes como para destruir cualquier esperanza en obtener un juicio justo en este tribunal.

Jueces honorables, el pasado 8 de abril de 2011, el fiscal general ordenó a la dirección de la prisión de máxima seguridad de Kigali llevarme a su oficina. Fue allí. Mantuvimos una reunión que duró dos horas. Durante esa entrevista, me dijo que, según sus análisis, había concluido que yo planeaba instalar un régimen hutu, del cual los tutsi tenían miedo, y que eso era inaceptable. Él añadió que si yo no hubiera sido metida en la cárcel, yo hubiera animado a la gente a recurrir a la desobediencia civil. Le dije que estaban equivocados sobre mis intenciones. Escribí un informe sobre dicha entrevista y se lo envié. Puedo darles una copia de este informe, (el informe es entregado al juez que preside la sala).

En un informe que envié al fiscal general después de nuestra reunión a puerta cerrada, que duró dos horas, el 8 de abril de 2011. Se me especificó que la razón por la que yo estaba encarcelada era porque yo, supuestamente, pretendía establecer un régimen hutu. Porque creían que yo incitaría a la población a levantarse contra el gobierno (interrupción). Este informe incluye declaraciones del fiscal general, las razones de mi encarcelamiento y mi respuesta a tales acusaciones. Esto es por lo que se lo estoy entregando al tribunal.

Podrá ver que el informe está sellado como “confidencial”, porque en ese momento, no quería que este documento se desvelase al público, pero pido al vicepresidente de FDU-Inkingi, Boniface Twagirimana, que lo publique y deje que la gente sepa las razones por las que estoy encarcelada.

Quisiera repetir a sus señorías que no volví a mi país para alienar los derechos de nadie: que no volví a mi país para causar problemas; que no volví a mi país con la intención de cometer terrorismo o lanzar una guerra. Nosotros nunca, en nuestro programa, defendimos la utilización de armas para cambiar el actual régimen. Todas estas cosas no eran parte de nuestro programa. Volví a mi país porque lo amo; mi intención era trabajar con otros compañeros de Ruanda en apoyo de un desarrollo basado en la democracia. Este es el camino que hemos tomado con mi partido FDU-Inkingi. Sé que este es un largo proceso que requiere de coraje y abnegación; pido a todos los activistas de FDU-Inkingi que sigan este camino (interrupción).

Jueces honorable, he decidido retirarme de este juicio y pido a mis abogados que dejen de representarme y que se alejen de este juicio, porque me he dado cuenta de que no obtendré justicia. A partir de ahora, boicotearé todas las futuras audiencias judiciales. Pido a mis abogados que detengan todos los alegatos, porque he llegado a una conclusión similar, que el régimen tiene miedo de que yo pueda incitar al pueblo a levantarse contra él, y que aunque encuentre pruebas exculpatorias, no significará nada. Específicamente, mientras el régimen no esté convencido de que yo, Ingabire, no pretendo incitar al pueblo a levantarse contra él, todo lo que yo haga será inútil.

Publicado en Hungry of Truth el 23 de abril de 2012.

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