Década para mejorar la situación de la mujer africana, 2010-2020, por Paquita Reche, mnsda

8/06/2011 | Bitácora africana

En octubre de 2009 se proclamó en Nairobi la Década de la Mujer Africana. Se marcaron unos objetivos para que mejore la situación de la mujer africana en los próximos diez años. Estos objetivos están en la línea de los Objetivos del Milenio para el Desarrollo, la entidad ONU-mujeres para la igualdad de género y acceso al poder de la mujer, y también en la de los compromisos adquiridos en el Protocolo de Maputo.

El Protocolo de Maputo fue un paso importante para promover y asegurar el respeto a los derechos de las mujeres africanas. El protocolo completa la Carta africana de los Derechos humanos en lo relativo a los derechos de las mujeres. Fue adoptado el 11 de julio de 2003 en la segunda cumbre de la Unión Africana, en Maputo (Mozambique). Exige, de los gobiernos africanos, la eliminación de la discriminación y violencias hacia las mujeres en África y la puesta en marcha de políticas de igualdad entre hombres y mujeres. 53 jefes de Estado de la Unión africana lo firmaron, aunque en algunos países siga sin aplicarse, y en otros, como Níger, fuera rechazado por el Parlamento.

Todos estos logros son fruto de cien años de luchas de las mujeres de África por conquistar sus derechos. Luchas que se globalizaron, se hicieron más visibles y recibieron un nuevo impulso en 1995, fecha muy importante para la toma de conciencia de los derechos de la mujer y su capacidad para reclamarlos y ejercerlos. 1995 se proclamó Año Internacional de la Mujer. En ese año se celebró la Conferencia Mundial en Pekín. Muchas mujeres africanas asistieron como delegadas y millones participaron activamente en su preparación en los distintos países. Allí surgió la idea del movimiento “la Marcha Mundial” que reúne a más de 5.500 grupos en 163 países. Este movimiento tuvo gran acogida en África.

En 2004 se celebró en Ruanda la Marcha Mundial. Las mujeres que asistieron escribieron una Carta a la Humanidad. Esta carta, resultado de un proceso de consulta mundial, recuerda el por qué de la lucha de las mujeres, los logros obtenidos, el camino que queda por recorrer, los nuevos retos a los que están confrontadas como son el sida, la trata de mujeres y las violaciones como arma masiva de guerra. La Carta Mundial a la Humanidad, se basa en valores de igualdad, libertad, solidaridad justicia y paz. Para darla a conocer, se organizó en el 2005 un relevo que partió del Brasil el 8 de marzo para llegar a Burkina Faso en octubre después de hacer escala en 50 países de los que 14 eran africanos. Desgraciadamente, algunos dirigentes como los de Níger no aceptaban el mensaje y cerraron las fronteras al grupo de mujeres de Burkina que quisieron llevarla a sus hermanas del país vecino.

En ella podemos leer:

“Nosotras, las mujeres, hace mucho tiempo que estamos marchando para denunciar y exigir el fin de la opresión a la que somos sometidas por ser mujeres, para que la dominación, la explotación, el egoísmo y la búsqueda desenfrenada del lucro, que traen injusticias, guerras, conquistas y violencias, tengan un fin”.

”Las mujeres constituimos más de la mitad de la humanidad. Damos la vida, trabajamos, amamos, creamos, militamos, nos distraemos. Nosotras garantizamos actualmente la mayoría de las tareas esenciales para la vida y la continuidad de esta humanidad. Sin embargo, nuestra posición en la sociedad permanece infravalorada”.

En la Carta Mundial, las Mujeres declaran que la paz es mucho más que la ausencia de la guerra, es el cumplimiento y el respeto de todos los derechos de los habitantes del planeta.

En 2010, unidas por los 5 valores de la Carta Mundial de las Mujeres para la Humanidad: la igualdad, la libertad, la justicia, la solidaridad y la paz, el movimiento Marcha Mundial, se reunió en Bukavu, en solidaridad con las mujeres de la RDC que sufren cada día las consecuencias del conflicto armado: “Nosotras nos mantenemos en acción. Nuestra solidaridad se extiende a todas las mujeres de cada territorio azotado por la violencia de la guerra y de la pobreza. Nos movilizamos, quebramos el silencio, fortalecemos nuestro compromiso de seguir nuestra marcha”, dijeron.

La década consagrada a la mujer africana se ha marcado diez objetivos. No son nuevos. Recuerdan los Objetivos del Milenio para el Desarrollo y otros objetivos de políticas anteriores, que en algunos países orientaron acciones en ese sentido. Acciones, que ya dieron frutos en algunos, en otros no se realizaron o quedaron cortos. No llegaron a la mayoría de las mujeres, especialmente a las mujeres rurales.

Los objetivos de la Década de la Mujer africana son muy ambiciosos y abarcan todos los campos de las realidades económicas, políticas y sociales y que tejen la vida de hombres y mujeres. Tienen en cuenta el cuadro medioambiental y cultural en el que se desarrollan y que, en parte, las condiciona. Afectan de un modo especial a las mujeres por la situación especial o de inferioridad en la que se encuentran.

Estos objetivos son:

1. La lucha contra la pobreza y promoción del empoderamiento de la mujer y su capacidad emprendedora

2. La seguridad agrícola y alimentaria

3. La salud, la mortalidad materna, el VIH y el SIDA

4. La educación, ciencia y tecnología

5. El medioambiente, cambio climático y desarrollo sostenible

6. La paz, la seguridad y la violencia contra las mujeres y las niñas

7. La gobernabilidad y la protección legal

8. Las finanzas y el presupuesto de género

9. Las mujeres y las tomas de decisiones

10. El apadrinamiento de jóvenes

El décimo objetivo tiene en cuenta lo que se ha llamado “efecto niña” para marcar la importancia de la escuela y la educación en los cambios sociales y desarrollo de un país. En el foro social de Dakar algunas pancartas lo recordaban: “Invertir en la educación de niñas para cambiar el mundo”.

Autor

  • Nació en Chirivel (Almería). Estudió Magisterio en Almería, Licenciaturas de Pedagogía y de Filosofía, en la Complutense de Madrid.

    Llegó por primera vez a Africa en 1958 (a Argelia): después estuvo en Ruanda, Guinea Ecuatorial y desde el 1975 en Burkina Faso.

    En África trabajó como profesora en el Instituto Catequético Lumen Vitae de Butare, Profesora de enseñanza secundaria de español y filosofía; Universidad Popular (filosofia). También ha colaborado con Asociaciones de mujeres y con niños de la calle en Burkina Faso.

    Está en España desde 2004, actualmente, en Logroño. Colabora con la revista de los misioneros de África "Africana", Los Comités de Solidaridad con África Negra y con Rioja Acoge.

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