Deberíamos recordar a “lady libertad” de Etiopía en el Día de Mandela

30/07/2010 | Opinión

Este año se ha celebrado el primer Día Internacional de Mandela. Fue el pasado mes de noviembre, cuando la Asamblea General de la ONU adoptó una resolución especial declarando el día 18 de julio un Día Internacional de Mandela, a celebrar cada año.

El Día de Mandela es sin duda un digno tributo a un hombre que pasó 27 años de su vida en la cárcel. El difunto régimen del apartheid había dado muchas oportunidades a Mandela, que celebra su 92 cumpleaños, para que renunciase a la lucha y salir de la cárcel. Nunca cedió y eligió resueltamente morir en la cárcel, antes que arrodillarse ante uno de los sistemas más abominables que la historia haya conocido. La Asamblea General subraya además el hecho de la dedicación de tantos años de Mandela, el primer presidente post-apartheid de Suráfrica y premio Nobel de la paz, “a la humanidad, particularmente en las áreas de resolución de conflictos, relaciones inter raciales, promoción de los derechos humanos, reconciliación e igualdad de género”.

El mundo intenta rendir homenaje a un hombre que ha contribuido tanto a la transformación de Suráfrica como una tierra de injusticia en una hermosa nación arcoíris. A pesar del hecho de que queda mucho por hacer, para curar completamente las heridas de la injusticia política y económica, Suráfrica ha logrado convertirse en el orgullo de África. La exitosa celebración del mundial de fútbol de este año, que fue puesto en escena con multitud de colores y con los cuernos vuvuzelas a todo volumen, es testimonio de que Suráfrica ha cambiado para siempre.

Mientras los surafricanos han disfrutado de su libertad post apartheid, nuestro país, Etiopía, que se jacta de ser la cuna de la humanidad y el símbolo de libertad para los negros de todo el mundo, todavía se mueve en las tinieblas de la injusticia. Sufriendo bajo la tiranía y la pobreza abyecta, todos los grandes sacrificios de nuestros antepasados desde tiempos inmemoriales, todavía no han dado el fruto de un solo día en el que todos los ciudadanos de Etiopía, sin importar su raza ni herencia cultura, puedan tomarse de las manos y cantar esa hermosa canción de esclavitud: “libre al fin, libre al fin… gracias a Dios todopoderoso, somos libres al fin”.

En este histórico Día de Mandela, en el que la gente de todo el mundo rinde tributo a un gran hombre que ha vivido lo suficiente como para recoger los frutos de su inconmensurable sacrificio, los etíopes de todo el mundo deben recordar a nuestros compatriotas que han dado su vida por la libertad. Son mártires que merecen ser recordados y honrados.

También debemos recordar y honrar a nuestros Mandelas, que han seguido los pasos de aquellos cuyas vidas ejemplares brillaron e inspiraron a millones de personas de todo el mundo. La heróica líder Birtukan Mideksa merece ser honrada y reconocida por cada etíope amante de la libertad. En un tiempo en el que el déficit de liderazgo creíble ha hecho de la lucha del pueblo etíope carente de significado y dirección, esta mujer de un coraje y carácter extraordinarios debe ser tan unificadora como Mandela, cuyo desafío y sufrimiento encendió y alimentó la lucha anti apartheid.

Algunas personas pueden no entender el profundo significado del sacrificio desinteresado. Como Mandela, Birtukan languidece en las duras cárceles de los déspotas, sólo porque se negó a arrodillarse ante la tiranía y renunciar a la lucha del pueblo etíope. A ella también se le dio la oportunidad de aparecer en la televisión nacional y negar la inconveniente verdad, para dignificar a un tirano despiadado. Ella eligió morir en la cárcel antes que rebajarse a ensalzar a un dictador insolente y sádico.

También hay otros que piensan que Birtukan ha dado muestras de falta de juicio, poniéndose a sí misma y a su familia en peligro. Sí, Birtukan podría haber evitado ir a la cárcel. Igual que Mandela podría haber evitado pasar 27 años de su vida en confinamiento solitario. La razón por la que Mandela es considerado ahora un héroe, incluso por aquellos que solían regañar y cuestionar su liderazgo, no es por su rendición sino por su inquebrantable desafío contra el apartheid.

En estos tiempos en que tantos líderes, que han prometido liderar la lucha del pueblo etíope han perdido credibilidad, Birtukan sigue siendo la única que tiene su visión clara, sus llamadas son inquebrantables y permanece firme. Durante los últimos 19 años, muchos de nuestros líderes han gastado gran parte de su sabiduría, energía, tiempo y recursos, en peleas, riñas y minándose unos a otros, en lugar de combatir la inhumana tiranía que ha revivido el apartheid en nuestra tierra. Hoy, incluso más que antes, la lucha necesita no a muchos sino a un líder unificador.

Nos guste o no, no hay otro líder en Etiopía que se haya ganado el amor, la admiración y la credibilidad de los etíopes amantes de la libertad dispersados por todo el mundo. Ella es la única que puede unificar nuestra nación profundamente dividida. No tenemos que esperar 27 años para reconocer el hecho de que el sacrificio de Burtikan es tan valioso como el de Aung San Suu Kyi, Nelson Mandela o Martin Luther King.

En uno de sus discursos, ella dijo que estaba preparada para el sacrificio y se dirigió a la audiencia para que le dijeran su decisión “¿Y vosotros?” preguntó valientemente. Ahora esta cuestión nos inquieta a cada uno de nosotros. Apenas se ha hecho nada para movilizar a la gente en Etiopía y en el resto del mundo para pedir su liberación persistente e inequívocamente. Igual que los surafricanos hicieron de la liberación de Mandela una causa de reunión durante su amarga lucha, los etíopes amantes de la libertad, sin importar sus pequeñas diferencias políticas, étnicas o de cualquier otra clase, deberían reconocer la importancia de un chivo expiatorio tan bueno como la dama de la libertad.

Durante la 64 reunión plenaria de la Asamblea General de las Naciones Unidas, que adoptó la resolución el pasado mes de noviembre, el desvergonzado representante del tirano, Mesfin Mideksa, dijo: “La constitución federal etíope está firmemente anclada en el principio de acuerdo con un verdadero reconocimiento y salvaguardia de las identidades individuales y los derechos, así como asegurar la completa representación y participación de todas las naciones y nacionalidades en el país”. Sabemos que esto es una mentira contradictoria que se hace eco del vacío de un régimen tiránico injusto. Aunque no están relacionados en absoluto, Birtukan y Mesfin, al que pagan para que mienta, no como la heroína, tienen exactamente el mismo apellido. Pero ellos representan visiones completamente contradictorias. Mesfin representa a una tiranía criminal que miente, que chupa la sangre de los pobres etíopes. Burtikan, castigada sin clemencia por decir la verdad, representa la libertad, la justicia y la dignidad.

El 28 de diciembre de 2008, es una fecha importante para la historia de Etiopía. El tirano ordenó a sus agentes de seguridad que arrestasen a Burtikan y la condenó a pasar el resto de su vida en la cárcel. El tirano, con cautela declaró que Birtukan tiene “cero posibilidades” de ser puesta en libertad de nuevo.

Fiel a su palabra, ¡Birtukan es la Mandela de Etiopía! En reconocimiento de su inconmensurable sacrificio por el bien de la libertad, la dignidad y los derechos, declaremos el 28 de diciembre el Día Burtikan. Hasta que salga libre de la cárcel, concentrémonos en honrar a Lady Libertad por todo el mundo. Su desafío a la tiranía simboliza el deseo colectivo de la nación de libertad y representa la corazonada de la mayoría de los etíopes, que han sido reducidos a esclavos pagadores de impuestos, refugiados y prisioneros de un régimen tirano, que ni representa ni respeta ni a los etíopes ni a su historia.

¡Feliz Día Mandela!

(Addis Voice, Etiopía, 18-07-10)

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