Deberíamos, más bien, luchar por la moderación de la riqueza

11/03/2019 | Opinión

economia_solidaria-2.jpgLas Naciones Unidas han incluido en su agenda de desarrollo sostenible «la Lucha contra la pobreza» al reconocer el desafío y el impacto global para la humanidad. La pobreza es una preocupación desde hace tiempo contra la cual muchos héroes civilizadores han luchado para tratar de hacerla soportable. El IESU (Encarnación del Espíritu de Santidad Universal) dijo: «Siempre tendréis a los pobres entre vosotros, pero a mí no me tenéis siempre”.(Jn 12: 8) y el 3er califa del Islam Seydina Uthman (RA) dijo que la pobreza en un lugar se debe sin duda al exceso de riqueza en otros lugares. Algunos pueden sentirse avergonzados de leer citas de Clasicos y Eternos Libros Sagrados o de un líder musulmán, tanto que las palabras de Dios en nuestros días son menos «hot» que los pensamientos de un Deepak Chopra o una Oprah. Sin embargo, estas dos citas nos brindan una orientación sabia y simple en nuestra lucha actual para mejorar las condiciones de vida de los pobres.

Debemos reconocer que la pobreza se ha descrito durante mucho tiempo desde el punto de vista de naciones «muy ricas y poderosas» que consideran a los países pobres como una malformación económica para el mercado. Siempre ha sido un paradigma irrevocable hacer que los pobres sean ricos y desarrollados desde que el mundo de las finanzas y el capitalismo, que son la referencia social y económica actual, que guía el crecimiento deseado y continuo del consumo a través de la innovación de contenidos.

Por lo tanto, cualquier empresario o empresa tendrá como objetivo maximizar los beneficios, crear riqueza y crear valor. Hemos estado gobernados por esta codicia durante demasiado tiempo ya. Y los pueblos de los países del Sur (en una perspectiva de economía informal), especialmente los de la Madre Tierra original (en una perspectiva de ecología de emergencia) y los del Extremo Norte (en una perspectiva de la humanidad Ética) revindican ahora el derecho a una mayor ética de equidad y a una justicia socioeconómica.

La nueva situación de este tiempo consiste en encontrar en la pobreza la solución de nuestros problemas socioeconómicos y ecológicos. El modelo económico informal toma en cuenta la interdependencia de cada uno de sus actores (no competimos entre nosotros y no nos matamos entre nosotros de ninguna manera para sobrevivir), la relación con la naturaleza y su preservación como Fuente de Sostenibilidad y alimento del alma y, por último y sobretodo, la entrega y dedicación a Dios y a las reglas cósmicas. En efecto, el problema no es ni ha sido nunca reducir la pobreza y luchar por el desarrollo de los países del Sur, que poseen la mayoría de los recursos de la Tierra, sino reducir la tasa de consumo frenético y falsamente avalado por el resto del planeta. Los habitantes de estos «plan nets» son una minoría de muertos-vivientes, endeudados afectivamente (individualidad) y financieramente (insolvencia). Por lo tanto, la solución consiste principalmente en moderar las riquezas y compartir los ingresos. Podemos ver dos hechos destacados diferentes para conocer la visión de los países del Sur sobre la cual quiero llamar su atención. Si leen las estadísticas y el análisis sobre la penetración de las tecnologías de la información en África, por ejemplo, los inversores estarán convencidos de que los africanos son compradores de dispositivos móviles, de chips, de créditos de comunicación, etc. pero nunca hablan de la pequeña inversión realizada para mejorar la calidad de la comunicación o la oferta de servicios de los proveedores, principalmente de los grandes jugadores que pueden pagarla. Ellos que cuentan vergonzosamente con la renuncia de los deberes y el desconocimiento de los derechos de estas personas que los sirven de usuarios. La atención se centra siempre en el consumo de bienes y no en la comodidad de uso como en los países occidentales. Mientras tanto, en los países occidentales, el desperdicio de recursos es común porque nos gusta comprar más alimentos de los que una boca puede tragar de manera razonable o cambiar con frecuencia los dispositivos móviles o electrónicos para seguir las tendencias y objetivos sin ser objetivo.

En Montreal, y tal vez en otros lugares, parece que el mismo camino o la misma acera suele ser objeto de reparaciones sospechosas, ya que el uso corriente o los administradores municipales traen al público a gastar todo el presupuesto asignado (el mundo de la construcción que sigue siendo jugoso y de ángeles felices en los juegos) para evitar devolver una cantidad sustancial de subsidio a los contribuyentes, lo que podría reducirlo para la reconducción de su asignación del año siguiente. Secreto de Polichinela y de policía fiel.

Mientras tanto, el Pueblo (migrantes de diáspora y residentes) de los países del sur, principalmente con una organización de vida étnica, se adaptan y hacen frente a este sistema facticio. Los miembros más ricos de las comunidades tienen, a menudo, la responsabilidad implícita de ayudar a los más pobres cuando estos tienen problemas para permanecer en vida socioeconómica: colectiva y solvente. Esto, incluso antes de tener mejores condiciones, llamadas de bienestar (seguridad) y fortalecerse (confianza) con sus propios esfuerzos socioeconómicos, marco, capital, capacidades, calidad y karma. La mayoría de los gobiernos de países o de Estados tienen sus límites de intervención socioeconómica.

Además, lo ideal es que las acciones de solidaridad étnica se realicen sin el lamentable intento cobarde de obtener ganancias o con segunda intención de robar o de obtener una ventaja a largo plazo en el contexto de una agenda oculta o de secretos. Es la actitud y la fe del modelo de la civilización africana que debe conservarse, regenerarse y extenderse, primero para África y la afirmación económica de todos los países del Sur, a pesar de la gran angustia de la época que es evidente en la filosofía occidental de la ocupación estresante.

En cuanto al comunismo, que era la alternativa antes de que este modelo informal africano renaciese, fracasó porque pretendía satisfacer las diferentes necesidades de toda la población; incluso con identificación de clase socioeconómica reducida. La Providencia es un atributo de Dios y nadie desempeña este papel de Dios en la Tierra, especialmente cuando niegas su existencia y majestuosidad en tu sistema de sociedad.

Esta filosofía informal que incluye el enfoque de la economía de comunidad es de gran valor debido a otro sesgo en el llamado natural y divino y al recordatorio de «compartir» oportunidades y recursos económicos a través del mercado y trabajo, y respectivamente en los resultados y la realización.

Como vemos, la Economía Informal y su fuerte Identidad de ser y de Organización de Vida étnica son, ahora, más una solución que una desventaja frente al cambio climático último en los entornos social, económico, natural y cósmico.

Arnaud Segla

Fuente: L’Afrique des Idées

[Fundación Sur]


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