Estas palabras del papa Francisco ante la 75 Asamblea general de la ONU, el 25 de septiembre 2020, nos pueden sorprender al principio. Pero si analizamos todo el discurso del papa con atención, entendemos muy bien lo que quieren expresar.
Ante una experiencia de semejante magnitud como la pandemia, en las circunstancias actuales de desempleo y exclusión, o bien aprendemos algo nuevo y avanzamos, o bien no cambiamos nada y retrocedemos hacia una sociedad más injusta e inhumana.
“Es imperativo: abrazar el multilateralismo y la cooperación entre los Estados para superar los fanatismos y el aislamiento. No podemos vivir sin el otro y menos aún contra el otro. Construyamos juntos el futuro que deseamos”.
La experiencia de esta nueva crisis nos hará mejores, dice el papa, si:
- Aprendemos a acoger y cooperar, en vez de competir y excluir;
- Superamos el sistema económico injusto y cruel con otro paradigma de desarrollo más ético, participativo y ecológico;
- Afrontamos la carrera armamentista con una tecnología al servicio de un desarrollo integral y sostenible;
- Conseguimos la voluntad política para integrar a los migrantes de forma consensuada, solidaria y ética;
- Llegamos a evitar toda marginación de niños, mujeres y personas vulnerables para promover la convivencia de una nueva familia universal;
- Sabemos vivir la libertad humana y la responsabilidad profesional, trabajando juntos por el bien común.
¿Qué mundo estamos construyendo para nosotros y nuestras familias futuras?
Cuando escuchamos los estériles, partidistas y ofensivos discursos políticos, cuando constatamos el aumento presupuestario para armamentos, cuando nuestro sistema capitalista causa cada día un mayor número de parados y aumenta el abismo entre los super ricos y la gran mayoría de empobrecidos, cuando seguimos rechazando a los inmigrantes sin ningún plan consensuado, cuando lo que sigue interesando es acaparar más poder partidista y recursos, en vez de trabajar juntos por el bien común, nos debemos preguntar:
¿Por qué escuchamos y votamos a políticos partidistas con poca madurez humana y profesional?
¿Por qué prestamos nuestra atención a los medios de comunicación tan politizados, a programas de tv con muy pobre valor lúdico y educativo, y permitimos la dictadura digital de las redes sociales, que realizan su negocio con nuestros datos personales?
Como dijo Martin Luther King: “Hemos aprendido a nadar como los peces y a volar como los pájaros, pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir como Hermanos-as”.