De Gabón a Congo Brazza, por José Eladio Santacara

30/04/2010 | Bitácora africana

A Gabón

Después de más de un mes viajando casi paralelo al ecuador. empiezo a viajar hacia el sur rumbo a Ciudad del Cabo. Llego a la frontera y la paso sin problemas. Haber qué ocurre en Gabón, pues según el mapa hay unos 300 km de carretera en muy malas condiciones y no digamos nada del Congo!.

Música

La música de Nigeria ejerce una gran influencia en todos los países que le rodean. No en vano con el 20% de la población africana es el gigante de la zona, y tal vez el género más escuchado sea la música ghospel. En Camerún se ha desarrollado una música mezcla de autóctona y salsa llamada Makossa, pero hay otra que suena como «más africana»: la Bikutsi, muy popular sobre todo en la zona de Yaounde. Ambas son muy movidas. Para las danzas tradicionales en Camerún utilizan una especie de kora-guitarra llamada Elong, tambor, 2 cencerros colgados del cuello una calabaza rodeada de cascabeles a modo de maraca (amba) y curiosamente un tubo de plástico largo que da una sola nota y me recordó al didgeridoo australiano. Otro grupo de instrumentos (todos depercusión) son el gran tambor tocado verticalmente, el tam-tam tocado horizontalmente, que es un tronco hueco y con una abertura longitudinal sobre la que se toca, y el tabor pequeño parecido al anterior. Las músicas son: la 1ª de Nigeria, la 2ª popular de Cameroun, y la 3ª también de Camerún (Makossa).

Vuelve la tranquilidad

Gabón con una extensión de aproximadamente la mitad de la península ibérica, está poblada por menos de 2 millones de habitantes de origen bantú. Es rica en minerales, petróleo y tiene grandes reservas forestales, lo que hace que tenga la mayor renta per cápita del área subsahariana (aunque como de costumbre muy mal distribuida). A mediados del siglo XIX fue conquistada por Francia y obtuvo la independencia en 1960. Aunque su sistema político no es ninguna maravilla, en la actualidad es un país tranquilo que me vendrá bien antes de entrar en los conflictivos Congos.

A Libreville

La carretera en buenas condiciones va abriéndose paso entre la espesa selva, y a veces no puedo evitar el pararme para adentrarme en ella por algún sendero. Antes de llegar a Lambarené me desvió a la derecha para ir a Libreville. La carretera empieza a deteriorarse con continuos agujeros que hacen que llegue a la capital ya de noche. Atravieso barrios muy pobres pero casi repentinamente todo cambia: calles nueva y bien arregladas, modernos y originales edificios al lado del mar y pasos elevados para facilitar el tráfico. Después de buscar un rato encuentro un aparcamiento en el parking de un edificio de apartamentos. Al día siguiente pregunto por la embajada de Angola, y casualmente la tengo enfrente: son cosas del viaje!.

.- Se nos han terminado las hojas para hacer los visados-me dicen.

.-Inténtalo en el Congo-.

No sé por qué razón parecen reacios a dar visas y ya me estoy preocupando pues ya me han dicho lo mismo en varios lugares. Volveré a intentarlo en el Congo. Doy una vuelta por la ciudad nueva y tal vez sea la más bonita que he visto en África. Aquí habita más de un tercio de la población del país, y a juzgar por los malos accesos que tiene, es como si viviese de cara al mar y de espaldas al país cual si fuese la Singapur Africana. Resulta difícil de entender cómo se han podido gastar tanto dinero para construirla, pero no hay para arreglar los accesos.

Cabo Esterias

Voy a ver este cabo a unos 20 km de la capital pues tengo oído que es muy bonito y tranquilo. Efectivamente es un sitio apacible, me dan permiso para aparcar y decido quedarme unos días para escribir una crónica en este lugar que se adentra en el mar rodeado de playas. Es un campus universitario de estudios forestales, a los 3 días llega el director y les echa la gran bronca por dejarme aparcar y estar allá.

.- Siento la bronca que te han echado por mi culpa, creo que sin ninguna razón- le digo al encargado mientras tomamos una cerveza.

.- Es algo heredado de los tiempos coloniales. Entonces los colonizadores nos trataban así, y ahora lo hacemos entre nosotros mismos- me contesta con cierta amargura. El 29 de marzo salgo para Libreville; mientras me preparo pasa delante del moderno y novísimo centro informático un niño jugando con un coche hecho con dos latas de refresco. Esto es África.

Al Congo-Brazzaville

Sigo dirección Lambarené y la frontera del Congo-Brazzaville. Hasta Mouila la carretera es nueva, otra vez los chinos, y de ahí en adelante es una pista pero dado que no ha llovido en los últimos días está en buenas condiciones. Me desvío a la derecha para ir a Mayumba en la costa. La selva que casi había desaparecido debido a la explotación maderera vuelve a aparecer en todo su esplendor. Empieza a llover, y a 20 km de Mayumba decido volver: la pista se está volviendo impracticable, Ibiletxe empieza a patinar peligrosamente y además me dicen que la pista está medio inundada cerca de la costa. En la frontera me piden dinero por salir, me extraña pues hasta ahora la policía ha sido muy correcta, pero no le doy nada. Me dirijo a la frontera del Congo con la preocupación del estado de la pista pues estamos en época de lluvias. Veremos.

Congo-Brazzaville: La ansiada paz

El Congo-B. fue colonizado por Francia hacia 1880, obteniendo su independencia en 1960. Desde entonces su historia está plagada de golpe de estado y guerras civiles entre el norte y el sur, sobornos, corrupciones y escándalos económicos por controlar las riquezas del país en los que se han visto involucradas varias empresas francesas. Después de la última guerra civil que ha durado 10 años parece que la situación está tranquila a pesar de que hay grupos incontrolados que siguen haciendo la guerra por su cuenta: espero no encontrarme con ellos!.

Frontera

Nada más entrar en el Congo la pista se convierte en apenas un sendero: parece mentira que esto figure en los mapas como una carretera general!. Alli mismo me hago la visa.

.- Puedes llevar a 2 chicas hasta su pueblo que está a 12 km?-. Enseguida un control policial: me miran el pasaporte y no me dicen nada, pero a la chica mayor, tendrá unos 20 años, le piden 5000 Cfas., unos 9 Euros, y los tiene que pagar: eso es mucho dinero aquí.

.- Por qué les has pagado? Es un chantaje y el dinero es para él- le pregunto.

.- Ya lo sé, pero que puedo hacer?- me contesta con amargura y resignación.

La pista se complica

A 1 km. la pista está cubierta por un inmenso charco de
agua de más de 20 m. de largo.

.- Pásalo por el medio como hacen todos- me dicen.

Me da apuro pues Ibiletxe es baja y no llevo toma elevada
de aire. Intento por un lateral pero me quedo atascado. Varios jóvenes me empujan (previo pago), y me decido a ir por el medio. Paso y seguimos adelante pero no me gusta nada esta situación. En el siguiente también intento vadearlo nuevamente me quedo atascado. Al rato pasa un todo terreno, saco la cinta de nailon para remolcar, la sujetamos adelante e intenta sacarme. La cinta se suelta y el guardabarros de plástico salta por los aires. La volvemos a enganchar y esta vez sí, Ibiletxe sale del atasco. A partir de aquí paso todos los grades charcos por el centro, y que sea lo que tenga que ser: no tengo otra opción. Veo cómo el agua llega hasta casi la parte superior de las ruedas, y dado que debo pasar rápido para no quedarme atascado las piedras van chocando violentamente contra los bajos y el protector de cárter: espero que aguante. Llegamos a su pueblo y decido pasar la noche aquí pues debo colocar el guardabarros y ver cómo está el protector y los bajos. El pueblo es muy pequeño, apenas dos docenas de casas, y no hay ni electricidad ni agua corriente. Coloco el guardabarros, me ducho pues llevo bastante barro encima y a dormir preocupado por lo que encontraré mañana pues las limitaciones de Ibiletxe han aparecido en toda su crudeza. Al día siguiente mientras reparo el dañado protector aparece un alemán con su flamante todo terreno: a dormido también en el mismo pueblo y está haciendo la misma ruta que yo alrededor de África. Me quedo con las ganas de decirle que vayamos juntos por si acaso, pero por su forma de hablar veo que no está por la labor. Se marcha, marcha atrás así que…
La chica de ayer viene hacia mí:

.- Me cargas el móvil?-.

.-Por supuesto- definitivamente África no vive su vida pienso. El móvil es un gran invento, pero no es la gran prioridad para estas gentes. Sin embargo por todas partes hay carteles de las grandes multinacionales que les incitan a que compren uno y se gasten en el el poco dinero de que disponen. La mayoría de las veces no tienen ni para comprar las tarjetas, pero tienen un móvil!. Siempre que aprendo algo al principio me pongo nervioso, pero aprendo rápido. Los charcos de agua se van sucediendo pero ya he cogido la técnica para atravesarlos no importa lo grandes que sean. A veces debo bajarme para ver la profundidad o el mejor sitio de vadeo, pero sigo adelante. Pincho cerca de un pueblo pequeño y todos acuden a ver al hombre blanco empapado en sudor mientras cambia la rueda. Me piden dinero y les digo sonriéndome:

.- Vosotros me tenéis que pagar a mí por el espectáculo que os he dado!-.

Son amables y simpáticos y se lo toman con humor. Les doy galletas a los críos, me despido y sigo adelante.

Cuando empieza a anochecer paro en un pequeño pueblo a reparar el pinchazo. Lo hace todo a mano pues apenas tiene herramientas. Cuando termina le pido permiso para aparcar allí mismo, y me voy a dormir tranquilo aunque esta dura poco pues empieza a llover fuertemente y eso me deja preocupado.

Dolisi

El sendero aunque mojado está en bastante buenas condiciones: llego. En Dolisi, una pequeña ciudad a unos 200 km. de Brazzaville está el cruce para ir a Pointe Noire en la costa el mayor puerto del Congo- Brazza, desde donde exporta el petróleo. En Dolisi bato un récord: media para para intentar abrir siquiera un email y no lo consigo!. De todas formas estoy contento pues pienso que tal vez lo peor ha pasado. En la ciudad se ven Chinos por todas partes transportando maquinaria pesada, y de aquí a unos años se podrá circular con tranquilidad por la nueva carretera, pero de momento toca sufrir por la impresentable pista. La deforestación es total, y el arbolado ha desaparecido totalmente. Las onduladas y verdes colinas se
han quedado totalmente desnudas bajo un hermoso cielo azul, que me recuerda los de Thailandia: nunca me expliqué porqué eran tan bonitos y espectaculares precisamente allí. Al atardecer comienza de nuevo a llover y la pista se vuelve bastante resbaladiza y peligrosa. Aparco en un pequeño pueblo a dormir y nuevamente soy la atracción del vecindario: de nuevo no tienen ni luz ni agua, así que cualquier novedad es bien recibida.

Autor

  • Santacara, José Eladio

    José Eladio Santacara nacido en la localidad navarra de Carcastillo, es ingeniero de telecomunicaciones y viajero impenitente, entre otras hazañas cuenta con un viaje alrededor del mundo y posteriormente un viaje recorreiendo muchos paises africanos, Marruecos, Sahara, Mauritarnia, Senegal, Guinea, Malí, Costa de Marfil, Ghana, Togo, Benin, Nigeria, Camerún, Gabon, Congo, Angola, Namibia, Sudáfrica, Mozambique, Bostwana, Zambia, Malawi, Tanzania, Kenya, Etiopía, Sudán y Egipto. Probablemente se nos habrá quedado alguno.

    José Eladio Santacara en su página web www.munduatamusika.com fue relatando las jornadas de este periplo por África que ahora encontraremos en la Bitácora Africana

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