En los últimos días he estado ausente de este blog debido a un viaje en zonas de Sudán donde no había conexión alguna a internet ni nada que se la pareciera. Retomo ahora el hilo con la traducción un artículo escrito por un analista bosnio llamado Savo Heleta y que ha aparecido recientemente en la prensa. Aunque la dramática situación de Gaza haya pasado a un segundo plano, sus puntos siguen siendo válidos a la hora de analizar diferentes contextos y poner el dedo en la llaga de la doble moral que por desgracia abunda tanto en los ambientes políticos y diplomáticos.
El reciente conflicto entre Israel y Hamas en Gaza ha provocado furia y protestas en todo el planeta, especialmente en el mundo árabe y musulmán. Algunos de los países del Medio Oriente y África Septentrional han sido testigos de las mayores manifestaciones de su historia, condenando el asesinato de civiles y de niños por parte de las fuerzas israelís.
Durante todo el tiempo, los medios de comunicación de Oriente Medio, como Al-Jaziira, hicieron una cobertura del conflicto de 24 horas. Uno se pregunta porqué el conflicto de Darfur nunca ha recibido una atención similar. Desde el año 2003, esta provincia occidental de Sudán ha sido el epicentro de un conflicto entre rebeldes de origen africano y el gobierno de Sudán controlado por los árabes y sus milicias satélites.
Como en el caso de Gaza, son los civiles de Darfur los que han pagado un precio más alto. Se sestima que en los seis últimos años cerca de 200.000 personas han muerto en Darfur víctimas del conflicto armado, hambre y enfermedades. Las Naciones Unidas y las agencias humanitarias estiman que cerca de dos millones de darfurianos – de una población de seis millones – están ahora mismo viviendo en campos de refugiados.
Incluso en los momentos más aciagos de Darfur, en 2003 y 2004, cuando comunidades enteras fueron destruídas por las fuerzas gubernamentales y sus milicias, muy pocas personas en el mundo árabe y musulmán protestaron y condenaron los asesinados de inocentes darfurianos. Hasta hoy, ni siquiera un líder musulmán o árabe ha criticado públicamente las acciones de Sudán y las atrocidades en Darfur.
La élite sudanesa gobernante se presenta como un régimen árabe tanto dentro como fuera del país. Según algunos, esto explicaría la falta de atención que el conflicto de Darfur tiene en el mundo árabe. Sin embargo, ambas partes en Darfur son musulmanas y los darfurianos – tanto árabes como africanos – son los musulmanes más devotos de Darfur.
Rami Khouri, un periodista libanés, piensa que el silencio en el mundo árabe «no es específico de Darfur o Sudán, sino que refleja una extendida enfermedad que ha asolado la región durante largos años: los gobiernos árabes tienden a no meterse en los asuntos de los otros cuando cualquiera de ellos es acusado de cualquier fechoría y a la mayoría de los ciudadanos árabes se les ha adormecido para paralizarlos de cara a cualquier atrocidad pública o actividad criminal en sus sociedades.»
Esto cambia solamente cuando los musulmanes sufren a manos de no-musulmanes: americanos, rusos, serbios, israelíes.. por nombrar solo unos cuantos. En un caso así los gobiernos y las organizaciones musulmanas y árabes son muy activos a la hora de condenar las atrocidades mientras que los ciudadanos muestran solidaridad con las víctimas y se manifiestan contra «cruzados, infieles o sionistas.»
Pero cuando los musulmanes sufren a gran escala a manos de un régimen árabe, entonces es cuando apenas hay condenación alguna de la violencia y los crímenes en el mundo árabe y musulmán. Aunque millones de musulmanes inocentes hayan sido las víctimas en Darfur en los seis últimos años, el hecho que sean las víctimas de un régimen árabe parece impedir que la opinión pública árabe o sus gobiernos reconozcan el sufrimiento y la catástrofe humana en Darfur.
Ahmed Hussein Adam – portavoz del Movimiento de Justicia e Igualdad, el movimiento rebelde actualmente más poderoso en Darfur -, ha condenado los asesinatos en Gaza pero según sus palabras «veo con preocupación y pena las movilizaciones políticas, diplomáticas y humanitarias en favor de los ciudadanos de Gaza mientras [los países árabes] adoptan una actitud de desdén hacia la seguridad y el bienestar de los civiles en Darfur. Es una vergüenza que se considere la sangre de la gente de Darfur menos importante que la de la gente en Gaza»
Abdel Wahid Al-Nur, líder de uno de los grupos del Movimiento de Liberación de Sudán, piensa que «si los países árabes e islámicos movilizaran en 10% de lo que han movilizado en Gaza», hace ya tiempo que habrían detenido el sufrimiento de millones de personas en Darfur.
Durante todo el tiempo que ha durado el conflicto de Darfur, la Liga Árabe ha apoyado a Sudán y ha defendido sus infames acciones. Cuando el fiscal de la Corte Internacional de Justicia decidió hacer una petición de arresto del presidente de Sudán por presuntos crímenes de guerra y genocidio en Darfur, la Liga criticó la decisión y la llamó una «postura desequilibrada.»
Después de haberse emitido las órdenes de arresto contra Omar el Bashir por crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad, el mundo árabe y musulmán continúan apoyando al régimen sudanés. El príncipe Saud al-Faisal, ministro de asuntos exteriores de Arabia Saudita, expresó que su país «apoya a Sudán con el corazón y el alma» a pesar del proceso abierto.
Inmediatamente después del conflicto de Gaza, la Liga Árabe pidió a las Naciones Unidas que «se formara un comité internacional para investigar los crímenes de Israel en Gaza y un tribunal para juzgar a los criminales de guerra israelíes.» Es espantoso que la gente de Darfur, que han sufrido incalificables atrocidades desde 2003, no importen para muchos en el mundo árabe y musulmán, simplemente porque sus torturadores sean musulmanes árabes y no judíos o cristianos.
Los asesinatos de niños y civiles en Gaza deben ser condenados en los términos más contundentes posibles, pero ¿qué pasa con los inocentes de Darfur, su angustia y su sufrimiento? ¡¡Ellos son también seres humanos!!
Savo Heleta
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