Del 17 al 21 de junio se celebró en Senegal la segunda edición del encuentro de profesionales del sector musical, Dakar Music Expo. Fundada por Dudu Sarr y bendecida por Youssou N´dour y Angelique Kidjo, esta feria explora busca facilitar y crear espacios de intercambio en los que los agentes, bookers, managers, productores y directores de eventos musicales puedan compartir e incluso resolver sus cuestiones e inquietudes.
Esta segunda edición de Dakar Music Expo (DMX), estuvo marcada, como no, por la COVID. Ante la imposibilidad de celebrarse en dos fechas distintas, finalmente, contra viento y marea, con un gran handicap de movilidad internacional y con un reducido aunque célebre Festival de Saint Louis celebrándose en las mismas fechas, se decidió seguir adelante. Y qué gran acierto. La gran afluencia de profesionales, eventos y público generalista pese a las restricciones de viaje, ha constatado la necesidad de organizar este tipo de propuestas.
DMX reunió durante tres días a una serie de profesionales con hambre de conciertos, para discutir acerca de los temas que más afectan a la escena musical senegalesa. La primera jornada, concentrada en el rol de la mujer en la industria musical, puso de manifiesto la importancia básica del colectivo femenino en el sector y la dificultad de conciliación de éste en una sociedad que aún las exige el cuidado familiar.
Otros paneles concentraron el debate en el salto tecnológico en los formatos de difusión de la música y las oportunidades que el mundo digital otorga en un continente en el que el teléfono móvil se erige como una verdadera revolución o en el rol de las músicas urbanas y el management en momentos de crisis como esta pandemia que aún seguimos viviendo.
Una de las fórmulas que suscitaron más interés fueron los diferentes enfoques a otras realidades de industrias como la francesa, italiana o la iberoamericana. En esta última, a través de un debate moderado por afribuku, la plataforma BIME PRO, representada por Vera Wrana e invitada por el programa Cultura Dakar y MMF Latam, representada por Cedric David, acercó de manera práctica las especificidades del mercado musical español e iberoamericano al público senegalés. Y es que la presencia de agencias, asociaciones o iniciativas como Kandang, Music in Africa, Visa for Music, AMAA o Banlieues Bleues, en su mayoría basadas en el continente africano fue sin duda el gran acierto y fortaleza de esta edición. El tejido asociativo senegalés es sólido, aunque no esté siempre vinculado al sector privado. Poner en contacto a estos dos mundos, en ocasiones enfrentados de manera artificiosa y contraproducente, se erige como una necesidad para la industria musical, que debe sumar activos, no disociarlos.
DMX, además fue un espacio perfecto para la presentación del trabajo de numerosos artistas. Desde artistas ya consagrados como la renovada y legendaria Orchestre Baobab, el hip hop lírico y combativo del togolés Elom 20ce, el afrojazz de Alibeta, la sesión luso africanista con reivindicación al legado del coupé décalé del gran DJ Boddhi Satva a proyectos colectivos como la femenina Orchestre Jigeen Ni o la Africa RemiXX Orchestra o showcases de artistas emergentes como ISS814, Sheitan Brothers o F.u.l.a.; el menú que ofreció DMX fue a todas luces exquisito.
Asimismo, estos espectáculos y showcases evidenciaron la importancia de no perder la básica y constante conexión entre industria y los imaginarios de los propios artistas, verdaderos motores de toda esta historia. Porque al igual que la industria exige cada vez más profesionalidad a los artistas, éstos deben exigirle a ésta más sensibilidad y conocimiento. No en vano en varios paneles de DMX se subrayó la necesidad de realzar la especificidad de las escenas locales. En un mundo de músicas urbanas cada vez más estandarizado, la búsqueda de músicas personalistas e intransferibles se hace cada día más complicado. Tal y cómo se formuló en varias ocasiones “¿Para qué un promotor internacional se acercaría a un artista senegalés que fotocopia de mala manera a la última estrella del estilo de moda si eso ya funciona?”. Lancémonos a la búsqueda de lo diferente, de las aristas, de lo irregular, del arte al fin y al cabo.
Para aderezar esta programación se proyectaron los documentales “Africa Mia” (2019) acerca de la emotiva historia del grupo Las Maravillas de Mali, “Tonton Manu” (2021) sobre la figura del mito recientemente fallecido Manu Dibango o “Le Silence est un Cri” del antes mentado e hiperactivo Elom20ce y talk shows de Claude Siar, director del ya legendario programa de radio “Couleurs Tropicales” de RFI.
El objetivo global del evento por tanto era plantear una organización desde todas las perspectivas de la industria musical, la de los managers, la organización de conciertos y festivales, las compañías, las instituciones, discográficas, o el público o lo que se conoce en la profesión, una organización 360º, que implique todos los ángulos del sector.
En perspectiva, podemos concluir que la propia celebración de ferias de esta naturaleza en el continente africano ya supone un éxito en sí, pero en el caso específico de DMX, es necesario ya no solo reconocer su valentía sino su fluida y formidable realización. Esperamos que esta segunda edición se constituya únicamente como los cimientos de lo que está por venir. Iniciativas como Dakar Music Expo ponen el mapa internacional las escenas de estas regiones cada vez más organizadas y competitivas aunque aún consideradas “periféricas” para una industria musical cada vez más global.
Javier Mantecón
Fuente: afribuku