¡Qué africano, qué humano y qué universal suena el mensaje del Papa Francisco!
Desde el primer momento, se le ve vivir y proclamar el mismo mensaje: CUSTODIAR!
Lo primero es custodiar la Vida, la vida humana, la familia y toda la creación.
El nuevo líder de la Iglesia católica, Francisco, insiste en: ser custodios de todos, especialmente de los niños, los ancianos, los que son más frágiles que a menudo se quedan en la periferia de nuestro corazón y de la sociedad.
Es nuestra responsabilidad común: sed custodios del ser humano! Sed custodios de los dones de Dios.
“Y cuando el hombre falla en esta responsabilidad, cuando no nos preocupamos por la creación y por los hermanos, entonces gana terreno la destrucción y el corazón se queda árido. Por desgracia, en todas las épocas de la historia existen “Herodes” que traman planes de muerte, destruyen y desfiguran el rostro del hombre y de la mujer”.
“Quisiera pedir, por favor, a todos os que ocupan puestos de responsabilidad en el ámbito económico, político o social, a todos los hombres y mujeres de buena voluntad: seamos “custodios” de la creación, del designio de Dios inscrito en la naturaleza, guardianes del otro, del medio ambiente, no dejemos que los signos de destrucción y de muerte acompañen el camino de este mundo nuestro”.
“Pero, para “custodiar”, también tenemos que cuidar de nosotros mismos. Recordemos que el odio, la envidia, la soberbia ensucian la vida. Custodiar quiere decir entonces vigilar sobre nuestros sentimientos, nuestro corazón, porque ahí es de donde salen la intenciones buenas y malas: las que construyen y las que destruyen. No debemos tener miedo de la bondad, más aun, ni siguiera de la ternura.”
¡Ni tampoco de la justicia!
Para custodiar a los demás y a la creación, hace falta ser fuerte y valiente. Hace falta estar dispuesto a ser perseguidos por los que se dejan llevar por el poder y el lucro.
El fuerte no es el que devuelve violencia por violencia, sino el que supera el mal con el bien, el abuso con el servicio gratuito.
De África, de nuestros mayores y de tantos más, podemos aprender a custodiar y acoger a todas las personas, especialmente a los más pobres, los más débiles, los más pequeños. Eso es lo que vimos practicar a nuestros padres.
Creo que este mensaje del nuevo Papa Francisco es de gran relevancia. Acoger con afecto, ternura y justicia a toda la humanidad, especialmente a los más necesitados.
Sed portadores de luz, calor y esperanza. Protejamos con amor y justicia lo que Dios nos ha confiado.
Este mensaje está lleno de salud y relevancia para España, Europa, África y el mundo entero.
