Cumbre de la Unión Africana: los planes de Gaddafi no coinciden con las preocupaciones del resto de los líderes

30/06/2009 | Crónicas y reportajes

Los líderes africanos se reúnen el día 1 de julio, con una serie de conflictos que reclaman su atención, aunque ya están distraídos por el plan del líder libio, Muammar Gaddafi, de crear un “gobierno africano”.

Gaddafi fue elegido presidente de la Unión Africana en febrero, y el “rey de reyes” de estilo propio, está utilizando su estancia en el cargo para presionar a favor de su plan de Unidad Africana, bajo un ejecutivo de la Unión Africana más fuerte, a pesar de las fuertes objeciones de los países principales como Suráfrica, la mayor economía del continente.

Su campaña ya ha desviado la atención de los puntos problemáticos como Mauritania, que va a celebrar elecciones presidenciales en julio, después de haber sufrido un golpe de estado el pasado mes de agosto, o Guinea Bissau, donde las elecciones tuvieron lugar la semana pasada, tras el asesinato de su presidente.

El líder expulsado de Madagascar, Marc Ravalomanana, ha acudido a la cumbre para pedir que se tomen acciones más duras para restaurarle en el poder, mientras que los grupos de derechos humanos están pidiendo a la Unión Africana que abandonen su reticencia ante la orden de arresto internacional contra el presidente de Sudán, Omar Al Bashir, que también asistirá a la cumbre de jefes de estado, que tendrá lugar entre el 1 y el 3 de julio.

Si Gaddafi se sale con la suya, estos asuntos pasarán a un segundo plano, para ocuparse de su plan de agrupar los actuales organismos de la Unión Africana, bajo una sola autoridad con poderes ejecutivos más significativos. “Necesitamos resolver esto, incluso si tenemos que someterlo a votación”, señaló Gaddafi en una reunión ministerial preliminar, celebrada el día 28 de junio, también en Sirte. “Si dos tercios estamos de acuerdo, el otro tercio deberá respetar la decisión de la mayoría”.

Sirte, la ciudad natal de Gaddafi, que él mismo ha convertido en un centro administrativo ultramoderno, está toda forrada de carteles de propaganda que animan a los delegados, con eslóganes que van desde “África es esperanza”, hasta el amenazante “Muerte a los enemigos de África”.

La ciudad situada entre el desierto y el Mediterráneo está engalanada con luces centelleantes y espectáculos láser en las cunetas que ocultan la severidad de las tensiones de los 53 miembros de la Unión Africana.

El presidente de la Comisión de la Unión Africana, Jean Ping ya ha dejado claro que cree que las prioridades del bloque continental deben centrarse en resolver las crisis políticas y armadas que plagan el continente.

En lo que los delegados definieron como una tensa ceremonia de apertura de las negociaciones ministeriales del día 28 de junio, Ping apuntó a la actual inestabilidad en Sudán y en Somalia, donde la Unión Africana tiene destinada una fuerza de paz de 4.300 soldados, como ejemplo del trabajo al que se enfrenta el bloque continental.

“La situación general del continente sigue siendo alarmante, con la persistencia de golpes de estado o cambios de gobierno anticonstitucionales”, explica Ping, refiriéndose a Madagascar y a Guinea Bissau. “No es más ni menos que una evolución política preocupante y regresiva, que pide una respuesta coherente de los órganos competentes de nuestra unión”, añadió.

La presencia de Bashir también destaca el desafío a la orden de arresto emitida por el Tribunal Penal Internacional, ICC, por crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad, en Darfur.

“Miramos a los líderes africanos para que profundicen en su compromiso de apoyar los mecanismos, como el ICC, que proporcionan justicia a las víctimas africanas de los abusos más serios de los derechos humanos”, declara Georgette Gagnon, directora de Human Right Watch Africa.

La agenda oficial de la cumbre de tres días es menos controvertida, centrándose en impulsar la inversión en la agricultura del continente.

Gaddafi también ha invitado a otros líderes mundiales, entre los que destaca el presidente de Brasil, Luis Inacio Lula da Silva y el italiano, Silvio Berlusconi. Algunas fuentes diplomáticas aseguran que Gaddafi puede tener algún invitado estrella más por sorpresa, sin dar más detalles.

(The Star, Suráfrica, 30-06-09)

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