Cuestión de pelotas, por Félix Pérez Ruiz de Valbuena

17/06/2014 | Bitácora africana

Hace casi un mes de mi último post en el que os contaba mis angustias hasta haber conseguido ganar la Liga de fútbol, mi equipo, el Atlético de Madrid.

Y pensaba que eufórico por ganar la Champions una semana después, quién no ha jugado alguna vez a la Lotería, os escribiría animoso por haber hecho el doblete o haber perdido, sin más, que es lo que creía que pasaría, en buena lógica.

Porque la lógica decía que con el equipo ‘justito’ del Atleti y las bajas de sus 2 mejores jugadores, Diego Costa y Arda Turán, las posibilidades que teníamos eran una o ninguna.

Así las cosas nos encontramos ganando el partido por la mínima, más por errores del contrario que por méritos propios. Pero el fútbol también es esto.

Se había cumplido el tiempo reglamentario y parecía que los pobres, los perdedores, los parias, quizás podríamos ver cumplido nuestro sueño.

Pues no, a tomar por culo una vez más.

La historia la conoce todo el mundo, pero me cuesta transmitir lo mal que lo encajé.

Lo normal era que el RM estuviera ganando desde los primeros minutos y todos tan tranquilos…

Pero estar ganando a falta de 2 minutos del tiempo de descuento y que te empaten…, te hace sentir de nuevo el pupas.

Recuerdo la final de 1974 con la misma conclusión, 40 años antes.

Mi problema es que no puedo esperar otros 40 años, que ya tengo 60 y no creo que llegue a los 100, que la salud la tengo muy maltrecha desde que estoy en Burkina Faso.

Antes me dedicaba a todo tipo de desmanes y desmesuras y el consumo de todo tipo de sustancias que me hicieran vivir la vida loca…, hace más de 5 años que dejé el vino, aunque no las mujeres, pero África consume mucho.

Esto de África está bien para venir de visita, te repones tan rápido como el tiempo que tardan tus amigos en rehuirte para evitar el coñazo de tener que ver las fotos o los vídeos de tu increíble aventura africana, o la mágica estatuilla que te vendió, especialmente para ti, un brujo africano. Que todos los que vienen se acaban sintiendo protagonistas y no paran de contarte sus memorias de África.

Bueno pues volví a Burkina después del disgustazo de la Champions que me atacó el sueño y el reposo varios días.

También me atacó el ánimo y el sosiego al punto de perder la compostura y de paso a algún conocido en Facebook debido a los exabruptos (para mí más de ellos que míos, pero los míos, me refiero a mi familia se ponían más de su lado, lo mismo tenían razón), hasta que decidí dejarlo: los comentarios y algunos amigos (tampoco demasiado amigos, no nos engañemos).

Y pensaréis, ¿este tío es gilipollas? ¿a quién le importa si gana un equipo que finalmente es propiedad y negocio de particulares? Como si me llevara un disgusto si el Banco de Santander pierde unos cuantos puntos un día aciago de Bolsa.

Pues sí tenéis toda la razón: completamente irracional.

Pero como me decía hace un montón de años un responsable del partido en el que militaba, Samuel, bueno, no, el partido era el Partido del Trabajo, marxista-leninista, pensamiento Mao Tsé Tung, era el responsable el que se llamaba Samuel (el que me dio permiso para casarme, te lo podías haber ahorrado, guapo, bueno tampoco, que tengo una hija maravillosa y soy amigo de mi ex), cuando yo le recriminaba que fuera del RM, el equipo del régimen de Franco (en aquel partido se podía discrepar, otra cosa es que te hicieran el más mínimo caso, que los dirigentes siempre tenían razón y yo era un pequeño burgués asimilado): «el RM es como mi madre, siempre le querré»

Pues a mí me pasa un poco igual, y además me siento un poco reflejado en él: soy un perdedor, aunque con alguna alegría de tarde en tarde.

Porque asín es la vida: se pierde más veces que se gana y hay que saber aceptarlo.

Los del Real Madrid no pueden comprender la finura de esta filosofía, jajaja.

Lo quieren ganar TODO, no dejar nada para los demás. Ese es su concepto, otra cosa es que lo logren siempre.

Y acabada la temporada nacional de fútbol, empieza la internacional: BRASIL 2014

En la Biblioteca OLVIDO, en Ouahigouya, Burkina Faso, tenemos un espacio donde proyectamos los partidos y el viernes, 13, teníamos el debut de la Selección Española contra Holanda.

Allí me planté yo en mi espacio reservado, primeras filas un poco orillado porque me gusta fumar (como se puede hacer en cualquier espacio al aire libre en España) y más de una vez me ha echado la bronca alguno de los parroquianos (¿o se dirá mezquitanos?, que casi todos son musulmanes) por fumar aunque intente echar el humo para otro lado.

Los negros, que lo sepáis, tienen los sentidos muy desarrollados, más que nosotros, oído, vista, olfato…

Salvo el sentido del gusto y el sentido común, sobre todo este.

Podéis pensar que son comentarios racistas, pero venid a vivir aquí y veréis que es lo más normal.

Allí estaba yo con mi kit completo de animar a España: bufanda, atada a la muñeca, que no hace frío en esta época del año (ni en ninguna otra), camiseta y una chapa del Atleti (no tenía de La Roja).

Todo empezó bien y comenzamos marcando.

Yo me levanté agitando mi bufanda y gritando de alegría.

Había más de 50 personas, pero me di cuenta, al volverme cantando que pocos compartían mi alegría.

Las tornas cambiaron, Holanda empezó a golearnos y comprendí que estaba solo.

Eso es algo normal en el ser humano, la soledad, pero uno espera, al menos en los partidos de fútbol, no así en los debates filosóficos o estéticos, encontrar compañía y apoyo.

¡Qué jolgorio y alegría desatada de los burkineses a cada gol de Holanda!

La verdad es que me lo tomé por ofensa, para qué os voy a engañar.

Teniendo en cuenta que aquí no se sigue en absoluto la liga holandesa, que son todos segiuidores del Barça o del Real Madrid, si acaso del Chelsea o de Mourinho (se identifican mucho con lo cabrón que es) o cualquier equipo que tenga jugadores africanos, o sea negros (nada de Magreb).

Y que, además, no exista en la Región la cooperación holandesa, no pude dejar de pensar que era animosidad contra España, de forma gratuita y absurdamente canalla.

La 2ª ‘empresa’ más importante, en número de trabajadores, de la provincia es una ONG española, EDUCO, y en la biblioteca que tengo en marcha creo que hacemos un montón de cosas por la población de la ciudad y la región.

Pero les da igual, como si acabo cerrando, que me quedan cuatro telediarios.

Que me toquen así las pelotas me saca de quicio: es gratuito. No lo entiendo

Menos mal que no todo es así, los niños y las mujeres de las aldeas sí que merecen la pena, la mayoría.

Esa misma mañana del viernes fatídico fuimos a una aldea, Yallé, a llevar unos uniformes de colegio para los niños y para grabar un vídeo que poder mostrar en el colegio que nos los dio y conseguir de la dirección, personal y la asociación de padres que nos den todos los que puedan para el próximo contenedor que traigamos.

Pero lo que estoy pensando en serio es cerrar otros servicios, que me cuestan una pasta y sólo me dan disgustos.

Por mis pelotas

Original en: FronteraD

Autor

  • Pérez Ruiz de Valbuena, Félix

    Félix Pérez Ruiz de Valbuena. ( Calatañazor, Soria, Diciembre 1954 ) Estudió economía . Marxista-leninista de formación política, afirma que no le sirvió para hacer nada demasiado útil en la vida universitaria, salvando quizás el Festival de los Pueblos Ibéricos. Empresario familiar comparte con sus dos hermanos la propiedad de una empresa de formación. reside actualmente en Burkina Faso con la esperanza de comenzar de nuevo con proyectos que le devuelvan la ilusión. Con tres hijos y un nieto, que le hacen felices los más de los días. Y como dice Soltero y sin compromiso. Es colaborador de la Revista Digital Frontera D con su Blog Negros sobre blanco , que iremos reproduciendo en nuestra sección de Bitácora Africana, agradeciendo a Frontera D la autorización para hacerlo y por supuesto a Félix Pérez Ruiz de Valbuena

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