Cuando la Iglesia interviene en la política de la R.D. Congo

4/07/2014 | Opinión

Los obispos han pedido al presidente Joseph Kabila que no se presente en el 2016 para permitir la alternancia. ¿Sigue teniendo peso en la política congoleña la iglesia católica? La iglesia católica siempre ha alzado su voz en el escenario político congoleño; es una tradición. En 1991, Laurent Mosengwo, un arzobispo, estaba al frente de la Conferencia Nacional Soberana, cuando el régimen de Mobutu estaba ya agotado. El mismo arzobispo se convertirá entre 1992 y 1994 en presidente del Alto Consejo de la República. Tras la controvertida elección de Joseph Kabila en noviembre de 2011, la Conferencia episcopal (Cenco) se hizo eco de las numerosas irregularidades y de las violencias post-electorales. Laurent Mosengwo, ahora cardenal de Kinshasa, declaró que los resultados no eran conformes “ni a la verdad ni a la justicia”. Una frase retomada por la oposición congoleña.

¿La Iglesia, en la oposición?

¿Estaría aliada la Iglesia católica con la oposición política? No siempre. Algunos eclesiásticos no dudan en ponerse al lado del poder, como el sacerdote Apollinaire Malu Malu, que preside la Comisión electoral nacional independiente (CENI). Nombramiento que desagradó profundamente a Laurent Mosengwo (de nuevo él). La CENCO había prohibido a los sacerdotes prestarse a ser candidatos a la CENI, argumentando que existía “incompatibilidad entre la misión religiosa y cargos estatales”. Criterio que comparte el Vaticano. Desde que Laurent Mosengwo forma parte de los nueve prelados nombrados por el Papa Francisco para la reforma de la Curia, el cardenal congoleño se ha mostrado discreto y deja a la CENCO hablar en su nombre.

La Iglesia llama a la “vigilancia”

La última invectiva política de los obispos no se ha andado por las ramas. La CENCO pide al presidente Kabila que no modifique la Constitución y que, en consecuencia, al terminar su segundo (y último) mandato en 2016, se marche. Todo Kinshasa se pregunta si el presidente abandonará, como lo exige la Constitución, dentro de dos años o si tratará de aferrarse al poder. La CENCO llama a los congoleños a que permanezcan vigilantes.

Los obispos piden “que se proteja la nación, que se pongan en valor los recursos naturales y que no se alienen y que es necesario consolidar la democracia por medio de la organización de unas elecciones libres, creíbles y transparentes”. Se muestran contrarios a cualquier método electoral “que privaría a los ciudadanos de su derechos a elegir a sus gobernantes y a participar directamente en la gestión de la cosa pública” (se trata de una alusión clara a la voluntad de la CENI de que los senadores y gobernadores de provincias sean elegidos por escrutinio indirecto. “Proteger la nación es respetar la ley fundamental”, por lo que no debe modificarse el artículo 220 que limita a dos los mandatos presidenciales. Los obispos, de algún modo, invitan a los congoleños a oponerse “por todos los medios legales y pacíficos a cualquier tentativa de modificación” de este artículo.

¿Tiene la Iglesia capacidad de movilización?

¿Cuál es el peso real de la iglesia católica en el tablero político congoleño? En la RDC, el 40% de la población es católica. La influencia de la Iglesia sigue siendo por lo tanto importante, a pesar del crecimiento de las llamadas iglesias del Despertar. Siempre ha constituido una voz contestataria y denunciadora frente al régimen establecido. Es la única institución presente en todo el territorio, en un país en el que el Estado y sus servicios están con frecuencia ausentes. No obstante, sus tomas claras de posición, más bien favorables a la oposición, no han pesado demasiado. Las divisiones de la oposición no han permitido a estas fuerzas movilizar “la comunidad católica”. La “marcha de los cristianos” de febrero de 2012 que trataba de denunciar las elecciones de 2011 y de exigir la dimisión de la CENI no significó una movilización eficaz.

La advertencia de la CENCO tendrá al menos el mérito de aumentar la presión sobre Kabila, en el momento en que todos esperan que aclare sus intenciones para 2016. El 30 de junio, día de la independencia, todo el mundo ha escrutado los más pequeños detalles del discurso presidencial, pero no ha habido alusión alguna a 2016. La declaración de los obispos le ha recordado que la iglesia sigue queriendo tener la función de aguijón político en el Congo.

Christophe Rigaud

Fuente: Afrikarabia

[Edición y traducción: Ramón Arozarena]

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