Los habitantes del condado de Garissa en Kenia se enfrentan a un problema que asola a la ciudadanía mundial mucho anterior al virus: la escasez de agua. Como en otras tantas regiones, las mujeres son las encargadas de proveer agua a las familias y comunidades, tarea que no solo consume gran parte de su tiempo y energía, sino que en Garissa se ve dificultada por la sequía.
A pesar de haber notado económicamente los efectos de la covid-19, los habitantes de este condado niegan haber conocido ningún caso de infección por el virus, mientras que señalan los ataques del grupo terrorista Al-Shabaab como su principal temor.
Fuente: TalkAfrica
[Traducción y Edición, Irene Ruzafa Martín]
[Fundación Sur]
Artículos relacionados:
– Puesta en marcha en Kenia de un centro de datos para religiosas en África
– Violencia política intrapartidaria en Kenia
– La parroquias de Kenia forman a los católicos en el cuidado del medio ambiente
0 comentarios