En este trabajo constato que, en realidad, he tratado sobre dos historias, la del cristianismo y la del islam en Nubia. Es normal. Las dos están interconectadas. El declive de la influencia cristiana supuso el aumento del poder musulmán. Las razones de este fenómeno son numerosas. Probablemente ninguna de ellas tuvo un carácter determinante, pero todas influyeron de alguna manera en el proceso que llevó a la desaparición del cristianismo en Nubia.
A mi modo de ver, uno de los elementos que, a la larga, más influyó en el proceso, fue la política fiscal que, los diferentes poderes establecidos en Egipto mantuvieron sobre los nubios: primero el “baqt”, parecido a un pacto amigable o alianza mutua que se convirtió poco a poco primero, en una carga unilateral sin contrapartidas por parte de los soberanos musulmanes y luego, la “yizya” que, durante la época de los mamelucos, se convirtió en la norma para los pueblos sometidos al islam.
Otro de los factores de la desaparición progresiva del cristianismo en Sudán fue sin duda una opción política errónea: el apoyo incondicional de los nubios a los fatimíes. A ello se añade la situación de inseguridad de los años 1275 y 1320, consecuencia de las incesantes guerras entre nubios y mamelucos, con el resultado que ya sabemos. A ello contribuyeron las disputas por el poder en el mismo palacio, y las injerencias cada vez mayores de los soberanos egipcios en los problemas del país. La sospecha de que la iglesia y los soberanos nubios mantenían relaciones políticas con el exterior se acrecentó de manera especial durante las cruzadas. Ello impulso a los soberanos ayubíes y mamelucos a un mayor control de dichas relaciones, impidiendo el acceso de los cristianos al Mediterráneo, con la consecuencia de una disminución considerable del clero.
Ibn Jaldún atribuye el declinar definitivo de Nubia a las invasiones de algunas tribus beduinas en territorios nubios. Los beduinos, incapaces de someterse a las leyes y costumbres del lugar, crearon el caos en todo el país. Los soberanos nubios no se dieron cuenta de las consecuencias que podían tener las alianzas matrimoniales con los beduinos árabes. El derecho tradicional de los nubios es matrilineal, el de los árabes es patriarcal. El resultado fue fatal para los primeros, cuyas hijas perdían poco a poco sus derechos en favor de los varones.
A las razones de tipo externo, que explican el avance progresivo del islam, se añaden, sin lugar a dudas, otras de tipo interno al cristianismo de aquel lugar y época. El clero era extranjero, la liturgia se hacía en una lengua diferente a la de los nativos del lugar. Bastaba cortar el cordón umbilical que los unía con el extranjero. Eso mismo ocurrió en África del Norte. El cristianismo floreciente de los primeros siglos desapareció como por encanto. No estaba enraizado suficientemente en el pueblo. Sin embargo, existe un ejemplo contrario de supervivencia cultural y religiosa: el representado por los coptos de Egipto, los cristianos copto-ortodoxos de Etiopía, y los cristianos de Medio Oriente, que mantienen, a pesar de muchas trabas, su fidelidad al cristianismo.
Agustín Arteche Gorostegui
Investigador de la Fundación Sur
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