Desde Cotonou, capital económica de Benin, un grupo de Jefes de Estado y líderes políticos africanos, bajo la bandera de la Fundación Chirac, ha lanzado el día 12 de octubre un llamamiento internacional de movilización contra los medicamentos ilícitos. Según la OMS, más de doscientas mil personas mueren cada año, principalmente en África y en el tercer mundo por automedicación y recursos a falsos medicamentos. El llamamiento lanzado desde la mítica sala roja del Palacio de Congresos de Cotonou suena como el inicio de una toma de conciencia a escala internacional contra los que se ha convenido en llamar las industrias de la muerte. Son éstas las que producen y lanzan al mercado toneladas de medicamentos-imitación, recondicionados o sin principios activos, verdaderas drogas que ponen en peligro la vida de miles de consumidores en el mundo. Ha quedado establecido que los daños de la automedicación son devastadores y constituyen serios problemas de salud pública.
La Fundación Chirac, presidida por el antiguo Presidente francés, Jacques Chirac, ha decidido poner todo su esfuerzo al servicio de la lucha contra los medicamentos-imitación ayudando a los países africanos a dotarse de laboratorios de control de calidad. Es el mérito del llamamiento de Cotonou: movilizar en torno a una cuestión de salud pública de gran importancia el interés de los gobiernos, de las organizaciones científicas o políticas internacionales. Los falsos medicamentos matan más que la misma droga y las cifras más macabras provienen de los países más pobres. La seguridad, el control e inspección de los productos farmacéuticos que circulan en los países africanos interpelan la conciencia de los responsables políticos al más alto nivel.
Por:
Bernadin MONGADJI
(Aube Nouvelle, Benin, 13-10-09)
Lucha contra los falsos medicamentos
El antiguo presidente francés Jacques Chirac ha lanzado el lunes 12 de octubre en Cotonou una campaña internacional contra los medicamentos falsos y ha lanzado un llamamiento para que en 2010 se celebre una conferencia mundial con vistas a crear una “convención internacional de lucha contra los falsos medicamentos”. Seis Jefes de Estado y numerosas delegaciones y representantes internacionales han firmado un llamamiento en ese sentido a favor de una movilización internacional sobre la cuestión.
“La más hiriente de todas las desigualdades es la que afecta a la salud”, declaró Jacques Chirac en Cotonou ante los presidentes africanos de Benin, Togo, Senegal, Burkina-Faso, Congo-Brazzaville, Níger y Centroáfrica. En nombre de la fundación que lleva su nombre hizo un llamamiento para que se establezcan instrumentos eficaces de lucha contra el tráfico de falsos medicamentos, con personal formado y dispositivos represivos adaptados”. El Presidente Boni Yayi de Benin hizo saber que más del 85% de los benineses se aprovisionan de medicamentos en el mercado informal; situación que además de generar fracasos terapéuticos, produce la fármaco resistencia y toxicidades, así como enormes mermas en los ingresos para las farmacias y para el Estado. (…) Para el Doctor Ponnek Delaloy, representante de Laos, “la salud y el medio ambiente constituyen el objetivo último del desarrollo duradero, ya que nuestra vida es efímera”. El representante de las ONU fustigó la invasión en hospitales y farmacias de falsos medicamentos y exigió un combate sin tregua contra los que venden la muerte a las personas enfermas. El presidente senegalés Abdoulaye Wade puso de relieve que la falsificación no se limita a los medicamentos sino que se extiende también a los productos cosméticos y de higiene e incluso al agua mineral. Wade opinó que hay que atacar las raíces del problema hasta llegar a las fábricas especializadas en producir medicamentos falsos e establecer una inspección general sobre medicamentos en África. (…)
Según la OMS, el tráfico de falsos medicamentos representa el 10% del mercado farmacéutico mundial, unos 45.000 millones de euros. En Panamá hubo 300 muertos en 2006 como consecuencia de la utilización de un excipiente falso. Unos 100 bebés nigerianos murieron en 2008 tras absorber un falso jarabe.
El Estado de Benin parece ausente e impotente frente a la plaga de estas “farmacias”. “La mayoría de las veces nos abastecemos en Ghana o en Nigeria y pagamos las tasas en la aduana, como cualquier otro producto”, explica una señora que se hace llamar “farmacéutica”. “No hacemos nada ilegal”.
El profesor Marc Gentilini, de la Fundación Chirac ha declarado que “es notorio que el tráfico de falsos medicamentos es muy floreciente y muy rentable; está superando al tráfico de drogas”. Amor Toumi, director de farmacia de la OMS señala que “un comprimido de viagra cuesta fabricarlo 0,05$ y el beneficio es de 6.000$ a 20.000%. Cuando se trata de un falso viagra, la cosa no es muy grave, pero si se trata de un medicamento parea afecciones potencialmente graves como los antipalúdicos o antibióticos, el tema es terrible”. Según el profesor Gentilini, del 30 al 70% de los antipalúdicos que circulan en África son falsos total o parcialmente. (…).
Los falsos medicamentos se venden en farmacias en la calle y en los mercados. En Kinshasa, por ejemplo, habría unas 4.000 tiendas que llevan el nombre de farmacia, cuando sólo son 70 las autorizadas. El circuito de distribución oficial no es respetado. El importador-exportado no es controlado. África parece ser el continente más afectado por este tráfico que, según el profesor Gentilini, “seguirá teniendo auge mientras no sepamos proponer medicamentos a bajo precio en los países pobres”.
(A partir de una crónica de Aube Nouvelle, Benin, 13.10.2009)
Enviado por Ramón Arozarena.