Mientras se observa en Ruanda una gran continuidad en la gobernanza, con su autoritarismo, su violencia y su desprecio por los derechos humanos, el desplazamiento desde el exterior al interior del país de hechos considerados como amenazadores para el poder es un nuevo dato potencialmente importante. Testimonio de ello son las detenciones y procesos contra personas consideradas hasta hace poco como adictas al régimen, así como las persecución judicial de sospechosos acusados de colaboración con los rebeldes hutu de las Fuerzas democráticas para la liberación de Ruanda (FDLR) que operan en RDC y el movimiento de oposición Rwanda National Congress (RNC). La represión por atentar contra la seguridad del Estado amenaza a todo el mundo y genera un gran nerviosismo en Kigali. Este golpe de fiebre se produce en un contexto regional en el que el régimen ruandés se enfrenta a vecinos hostiles o percibidos como tales. Al Congo y a Tanzania se ha unido recientemente Burundi con el que, al menos oficialmente, las relaciones eran antes cordiales. Por fin, el régimen se percata de que su crédito ante los principales donantes mengua. No obstante, estos temen ante todo la incertidumbre y dudan en abandonar a Kagame. (Documento completo en el pdf.)
Editorial: La Corte Penal Internacional investiga la violencia sobre los pueblos del este de la República Democrática del Congo
El fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI), Karim Khan, ha puesto en marcha una investigación sobre los crímenes cometidos en la región de...