Crónica desde Karamoja de un misionero sobre la visita del Papa a Uganda

10/12/2015 | Crónicas y reportajes

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El padre Longinos López Elanyangikoi, misionero comboniano en Kanawat (Karamoja), escribe sobre la reciente visita del papa Francisco a Uganda

“Saludos desde Kanawat (Karamoja) en Uganda. Os deseo una Feliz Navidad de Paz. Un año más que va pasando como el viento y a penas uno se va dando cuenta del paso del tiempo. Me alegro que llegue esta época para conectar con vosotros y saber que estáis ahí, y que yo sigo por Karamoja (…).

Cuando visito a la gente de la Parroquia, en sus poblados, chozas o casas, mi pregunta suele ser: ¿Por qué, esta gente vive así, en esta situación, con lo mínimo, que ronda el límite humano para poder vivir o yo diría sentirse humanos, hijos de Dios como tú y yo? ¿Cuándo llegará la ‘hora’ en que todo esto cambiará? ¿Por qué todo va tan lento, muy poco cambia o se transforma? ¿Qué puedo o podemos hacer, o realmente los seres humanos somos así de complicados, en una sociedad compleja, desigual y muchas veces indiferente?

Cuando pienso en lo ocurrido hace unas semanas en Burundi, París, Malí, cuando veo las imágenes de gente que camina hacia Europa, que pasan de un país a otro, para conseguir una vida mejor, pienso también en los diferentes gobiernos, partidos políticos, empresas, multinacionales, sus intereses o sus incapacidades para afrontar esas situaciones, quizás no esperadas.

Como están ocurriendo, dejan ver que algo no funciona bien en nuestra sociedad, nuestro mundo, y que los países de origen se desentienden de sus propios ciudadanos y siguen poniendo el interés en permanecer en el poder, tráfico de armamentos y aprovecharse de la situación. De alguna forma todos estamos atrapados en esa maraña.

Desde la realidad de Karamoja, posiblemente, si Europa estuviese más a la mano, mucha gente intentaría ponerse en camino hacia una vida ‘posiblemente mejor’, quizás por una simple razón: poder comer al menos tres veces al día, poder mejorar la salud y aprender algo más de lo que se suele aprender aquí en las escuelas, con el estómago medio vacío, sin apenas materiales educativos, y con poca visión de un futuro mejor.

El Papa Francisco estuvo en Uganda, pero solamente en Kampala, muy lejos de donde yo vivo y en estos días con muy malos caminos, llueve cuando no debería, pues sería la época seca, sin duda que todos estamos de cabeza con el clima, como si estuviese descontrolado o lo hemos descontrolado y nos está pasando factura, pero pagando casi siempre los más necesitados. Año muy malo para las cosechas, con escasez de comida, se multiplican las enfermedades, se debilitan las mentes y los cuerpos; ya veremos cómo va evolucionando esto.

Volviendo a la venida del Papa. Ha sido una gran bendición para toda Uganda, sus gentes, para los políticos ante unas elecciones muy cercanas. El Papa se ha acercado a los ugandeses, como lo ha hecho en Kenia y en la República Centroafricana. La gente lo ha sentido muy cercano, incluso en los discursos, apuntando a los problemas que existen en el país, animando a la juventud y dando pistas de un futuro diferente.

Ya estamos a las puertas de la Navidad, y no sé qué deciros en esta Navidad, que no os haya dicho ya de una u otra forma. No sé cómo se presentara este año, sin duda más parecida a la ‘primera Navidad’, que a cualquier otra cosa.

Deciros que os llevo muy presentes en mi vida aquí, que pienso de vez en cuando con vuestros y las diferentes situaciones que me vais comunicando. Creo que la amistad, el cariño, y los buenos deseos, hechos realidad están ahí, nos unen, y eso es muy importante para mí. La visita del Papa Francisco, por lo que he leído de sus discursos, y su presencia, han sido y seguirán siendo un aliento de ánimo y esperanza para esta Navidad y para el nuevo año, donde se celebraran elecciones generales en Uganda. El Papa ha llamado la atención y ha pedido a los sacerdotes ugandeses que sean misioneros en su propio país Uganda, marchando a diócesis donde los sacerdotes son muy pocos y la población abundante. Posiblemente pensaba en nuestra pobre realidad en Karamoja.

La situación mundial de muchos seres humanos hoy no requiere ayuda material solamente, algo que se van repitiendo con mucha frecuencia; debemos obligar a los gobiernos a mirar a la gente en estas situaciones, como seres humanos, personas que sienten y viven como cualquiera de nosotros, no como extraños, indiferentes. Los gobiernos dominan, usan sus ciudadanos para sus propios intereses, no están para ‘servir’, para mejorar sus vidas y la del país; seguimos siendo unos números metidos en un ordenador, con un control. ¿Cuándo tendremos gobiernos que estén disponibles a servir a sus ciudadanos?

En el 2016, me tocará como responsable de esta Misión o Parroquia de Kanawat, dividirla en dos parroquias, debido la mucha población, unas 80.000 personas y las distancias, teniendo presente el tipo de caminos, que no son carreteras, y que en realidad son 18 zonas o pueblos, algunos a 50kms del centro de la Misión o Parroquia actual. Siendo dos parroquias, con al menos dos sacerdotes en cada una, se podrá estar más cerca de la gente, y se podrán realizar otro tipo de actividades y de desarrollo. Rezad por este ‘Proyecto’ de futuro, que aun estamos intentando buscar los fondos para hacer un pozo y poder comenzar el proyecto. Os invito a que participéis en este proyecto como podáis, sin vuestra colaboración y ayuda, será difícil llevar adelante el proyecto. El Proyecto se llama ‘Kokoria’, pues así se llama el lugar.

¿Cómo será tu Navidad, vuestra Navidad? y ¿cómo se presenta el nuevo año 2016? ¿Podríamos mejorar algo nuestro entorno, nuestras familias, situaciones conflictivas en algunos países? ¿Qué opinas? ¿Qué podemos hacer cada uno de nosotros allí donde vivimos y trabajamos? Creo que algo podemos hacer, algo puede cambiar, si nos ponemos en ello, si miramos a los ojos a tantas personas que sufren en nuestro entorno y lejos.

Os deseo una Feliz Navidad, algo diferente, por un bien común y solidario. Que el Hijo de Dios haciéndose realidad humana, desde lo más sencillo y cercano a los más necesitados, nacido en un establo, entre los marginados, nos bendiga y siembre en nuestros corazones semillas de Paz, de Humanidad y de Misericordia, en esta Navidad. Un fuerte abrazo y perdonad por mi atrevimiento al escribir lo que veo y siento

OMP

(Fundación Sur)

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