Crónica de un actor nigerino en los escenarios de Cartago, por Afribuku

21/02/2014 | Bitácora africana

Autor invitado: Abdoul Aziz Iro * (Níger)

Tras unos meses de reflexión después de mi experiencia como actor invitado del 22 al 30 de noviembre de 2013 a las XVI Jornadas Teatrales de Cartago quisiera compartir todo lo allí vivido con los amantes del teatro. Sirva esta crónica para relatar mi paso por este célebre evento, uno de los grandes escaparates teatrales del continente africano hacia el resto del mundo.

Nuestra compañía partió de Niamey el 19 de noviembre con escala en la ciudad de Argel que pudimos visitar y donde tuve la desgracia de haber sido agredido por unos gamberros en la calle sin consecuencias graves. Abandonamos la ciudad al día siguiente hacia Túnez donde un delegado del Hotel África nos esperaba para conducirnos a nuestro alojamiento. En el hotel nos encontramos a la dirección del festival que nos acogió en el espacio reservado a los invitados del evento. Al llegar dos días antes de la celebración del festival, tuvimos tiempo suficiente para descubrir la capital de Túnez hasta que el 22 de noviembre comenzó el evento en cuestión.

Me han preguntado en distintas ocasiones las diferencias que puedo apreciar entre el público tunecino y el nigerino: no son comparables, simplemente porque en Níger no hay público.

El primer día presentamos nuestro espectáculo, Les châteaux d´Espagne (expresión traducida en castellano por “castillos en el aire”), una obra dividida en tres actos representada por el trío Boubacar Seyni, Rahila Omar y yo mismo, Abdoul Aziz Iro, cuya puesta en escena fue realizada por Ali Garba y que se estrenó en el café cultural Etoile du Nord. Este mismo día nos presentaron al responsable de nuestra estancia y gira, el actor Ashraf Rabbih. Nos acercamos al café cultural donde un equipo nos esperaba para preparar el espacio para nuestra representación y su escenografía. Tras el almuerzo y los últimos preparativos, los nervios. Es en este momento cuando un buen actor de comedia despliega todos sus chistes con sus compañeros para acabar con el estrés pre escénico para poder posteriormente concentrarse. Después de que el propietario del café Étoile du Nord nos trajera un exquisito zumo de limón caliente que tanta falta nos hacía para calentar las cuerdas vocales, nos preparamos para comenzar nuestro espectáculo. Lo primero que me impactó fue la gran cantidad de figuras del mundo cultural entre el público asistente: el Director Cultura de Senegal, la compañía LBA (La Boca de África), el director de CITO o el presidente de ANIMAS entre otras grandes. Oíamos gritos desde el público: “¡Quiero este espectáculo en mi teatro!”. Tras una hora de representación no pudimos salir más felices del escenario.

Para terminar la noche, asistimos a la recepción de la apertura del festival. Un instante mágico rico en diversidad y un marco inigualable para el intercambio de experiencias entre profesionales del mundo del teatro. Los gestores culturales y artistas juntos para debatir sobre el teatro. Conocí a actores de Guinea, de Marruecos, de Sudán, de Francia, de España, de Suiza… fue un momento maravilloso que pensé que sería el mejor de mi estancia en Túnez pero aún me aguardaban otras sorpresas.

Después de haber descansado bien, desciendo desde mi habitación en el piso 16 a la recepción del hotel. Todas las personas que me cruzo me dicen: “¡Ah! ¿eres el de Níger? Me encantaría ver vuestro próximo espectáculo, ¿cuándo es?” Sorprendido les respondo: “En el centro teatral del Kef de artes dramáticas y escénicas”. Fue solamente después cuando llegó a mis oídos que nuestra obra había suscitado un interés muy importante en el debate sobre la inmigración de esa misma mañana. Supongo que el tema de migraciones interiores en África no ha sido demasiado tratado por otras compañías con anterioridad…

El resto del día lo pasamos con otros participantes del festival, tanto público como artistas. Es un verdadero sueño poder encontrarse y dialogar con figuras del arte con las que siempre soñé poder acercarme: LBA de Senegal, Zie Coulibaly de Costa de Marfil, la compañía de Amirou Conte de Guinea Conakry, Dao Traoré, Hocine, Bilak o los estudiantes del Instituto Superior de Arte Dramático de Túnez que se sorprendían enormemente al escuchar que he aprendido a actuar improvisando y que en Níger no existe ningún instituto de artes dramáticas. Me impresionó mucho descubrir que en Túnez hay 520 compañías de teatro profesionales mientras que en Níger no se cuentan ni 20, y curiosamente mi país tiene el doble de habitantes.

Las escenas teatrales de Túnez y de Níger son realmente diferentes. Sabiendo que posees todos los medios que te pueden ayudar a una buena presentación desde el aspecto técnico, cuando sabes que hay un púbico que va a asistir a tu espectáculo, es fácil motivarse mucho más y te concentras más en hacer un buen espectáculo. Hablando de la cuestión de los espacios, en Níger no tenemos ninguna sala de teatro cubierta, sólo una al aire libre en Niamey, y ese concepto de técnico de sala o director de gira es prácticamente desconocido en Níger. Me han preguntado en distintas ocasiones las diferencias que puedo apreciar entre el público tunecino y el nigerino: no son comparables, simplemente porque en Níger no hay público. En Túnez me sorprendió ver que el público reserva entradas con anterioridad para ir a un espectáculo. En Níger, en salas al aire libre con entrada gratuita, lo normal es esperar alrededor de veinte personas como público, si tienes suerte. En Túnez el público conoce el teatro como disciplina, probablemente porque existen institutos de enseñanza de arte y de teatro, instituciones que brillan por su ausencia en Níger.

A nivel artístico los espectáculos que más disfruté en las Jornadas Teatrales de Cartago fueron “Sal de Mar” del Centro de artes dramáticas de Gafsa (Túnez) y “Suposiciones de aquello que fue” presentado por el grupo Lotfi Ben Sabaa de Argelia. Las destaco porque fueron representaciones en árabe, idioma que no domino. La expresión corporal de los actores era tan sublime que no necesité una traducción para disfrutarlas. El impacto de las dos obras en mí fue tal que de estas dos obras que han cambiado radicalmente mi manera de ver el teatro.

Llegados a Túnez, formamos parte una vez más de los encuentros entre artistas y continuamos nuestra visita a la ciudad. Momentos maravillosos e inolvidables. Nos encantaron los espectáculos de las compañías argelinas, guineanas y tunecinas. Un nivel altísimo. Debo detenerme para resaltar la importancia de este continuo intercambio de impresiones entre artistas y profesionales del sector dentro del festival. Este intercambio rico en colores, olores y sabores nos ha permitido a todos conocer cómo se vive el teatro en otros países, sus apreciaciones, proposiciones e interpretaciones acerca de los escenarios. Personalmente creo que estos intercambios son los que propician la creación de un tejido cultural ya sea a nivel local o internacional; estas redes de intercambio suponen un crecimiento exponencial de calidad y cantidad en cualquier disciplina artística.

He descubierto también por primera vez lo que es una sala de teatro profesional y poder dialogar y debatir con doctores, profesores y profesionales del mundo del teatro. Un nuevo horizonte se ha abierto ante mí después de mi experiencia en Túnez.

El 27 de noviembre tomamos la carretera hacia el Kef, a 170km de Túnez en donde estaba programado nuestro espectáculo en el Centro de Artes Dramáticas y Escénicas de la ciudad. Aunque el frío nos recibió en el Kef, yo sólo podía pensar en lo que daría por poder formarme como actor en un centro parecido. Hay mucho trabajo que hacer en Níger todavía… El responsable del centro y su equipo se involucraron en el aspecto técnico de nuestro espectáculo, ofreciéndonos consejos de los que tomamos buena nota. Tras dar lo que considero como nuestro mejor espectáculo de la gira, volvimos a Túnez con una temperatura ambiente de 1ºC, mientras contemplábamos el amanecer en nuestra furgoneta al ritmo de nuestras propias risas.

Gracias a estos encuentros, este viaje me ha permitido ver cómo se trabaja en las escenas teatrales extranjeras. He descubierto también por primera vez lo que es una sala de teatro profesional y poder dialogar y debatir con doctores, profesores y profesionales del mundo del teatro. Un nuevo horizonte se ha abierto ante mí después de mi experiencia en Túnez. He confirmado la utilidad del “con un poco se puede hacer mucho”, algo que Níger conocemos bien. A mi vuelta a Níger, me siento más atrevido para intentar nuevos retos. En el Kef, con un profesor de teatro aprendí que es la motivación lo que estimula al arte, y que los medios técnicos son sólo eso, medios. Y desde ese momento he reformulado mi trabajo completamente.

Poco más que añadir a una de las más bellas experiencias de mi vida. Y aunque la organización y distintos amigos que hicimos durante el viaje nos inundaron de regalos antes de emprender el viaje de vuelta a Níger, el mayor regalo ya lo tenía guardado en mi memoria para siempre.

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*Abdoul Aziz Iro es un actor y gestor cultural afincado en Niamey, Níger.

Traducción: Javier Mantecón Botella

Original en: Afribuku

Autor

  • afribuku

    Afribuku pretende hacer descubrir y reflexionar sobre manifestaciones culturales africanas contemporáneas de interés, divulgándolas a través de esta página y de las redes sociales. En África existen numerosas propuestas artísticas de excelente calidad que permanecen ocultas a los ojos del mundo. Es necesario que todos aquellos que creemos en una visión más realista y honesta de África tratemos de que la comunidad iberoamericana se familiarice y comience a disfrutar de la gran diversidad que ofrece este continente.

    @afribuku

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