Críticas a la clase política de Costa de Marfil, por querer designar ellos mismos la fecha de las elecciones

14/07/2010 | Opinión

Desde hace algunos días, Costa de Marfil, experimenta una actualidad política muy mediatizada. Laurent Gbagbo, presidente de la República, Guillaume soro, primer ministro, Henry Konan Bédié, presidente del partido PDCI-RDA, y Alassane Ouattara, candidato “excepcional” del RDR a las elecciones presidenciales, se han reunido para buscar una fecha exacta para las elecciones presidenciales en Costa de Marfil. Una reunión llena de “defectos”. Obviamente, no son Bédié, Ouattara, Soro o Gbagbo quienes tienen que elegir una fecha para las elecciones presidenciales.

Yo no los encuentro bien cualificados para asumir esta misión, particularmente, a nivel constitucional. Efectivamente, me doy cuenta de una realidad: Bédié y Ouattara son jefefs de partidos políticos. Laurent Gbagbo, del FPI es el presidente saliente, y son todos candidatos a las elecciones presidenciales. Y, desde mi punto de vista, ninguna fórmula constitucional, bajo ningún tono, o lo que sea, permite a Bédié, Outtara o Gbagbo, siendo candidatos, fijar una fecha para las elecciones presidenciales. En esta situación, destaca un hecho, según la constitución, sigue siendo la Comisión Electoral Independiente la única prevista para el anuncio de una fecha para las elecciones presidenciales en Costa de Marfil.

Por lo tanto, escribo sin emoción, que Bédié, Ouattara, Gbagbo y Soro han protagonizado, hace algunos días, el escenario político más ridículo de la salida de la crisis de Costa de Marfil. En el plano emocional, esto seduce, pero a mi juicio, es más divertido cuando se sabe que Bédié, Outtara y Gbagbo son ellos mismos candidatos a las elecciones presidenciales. No tiene derecho a ser jugadores y árbitros. Por eso no se me van de la cabeza.

Gbagbo, Bédié, Outtara, incluso en calidad de miembros del CDC, Cuadro Permanente de Concertación, del acuerdo político de Uagadugú, no están por encima de la constitución. Una vez más, la reunión de la semana pasada, entre Bédié, Gbagbo, Ouattara y Soro es un revoltijo de falsa elegancia política, que hace de Costa de Marfil, el país “campeón de lo imposible”, donde las buenas disposiciones institucionales han desaparecido. En esta situación, una peligrosa ética de la extrema constitucional, Alassane Ouattara se encuetnra a gusto. En esta estela política de chistes, el candidato “excepcional de la Unión de los Republicanos ya no quiere “errores políticos profesionales”. Él, que en todo momento se quejaba sin preocupación de los procesos constitucionales, de la falta de “derechos” de Costa de Marfil. Hoy Ouattara, que se presenta de manera “excepcional” a las elecciones presidenciales, es quien ha arrojado más luz sobre las violencias cometidas contra la constitución. Pero, más allá de todas estas comedias políticas, una sola certeza: la comisión electoral independiente, es la única que puede proponer una fecha para las elecciones presidenciales. Y no los jefes de los partidos políticos. Hay que evitar poner un medio competente, Youssouf Bakayoko y su misión electoral independiente, con la misma versión que ha interpretado el antiguo presidente Beugre Mambe, en un patético calvario. En definitiva, y esta es mi opinión, proponer una fecha para las elecciones, sea cual sea la naturaleza de la crisis política que golpea a Costa de Marfil.

Hay que dejar al presidente de la comisión electoral independiente, el diplomático Youssouf Bakayoko, hacer el trabajo que la constitución marfileña le ha confiado. Youssouf Bakayoko, es un diplomatico consciente, que ha dejado su carrera en la cumbre, en el ministerio de Asuntos Extranjeros, para ocuparse de otra misión. Yo se que el embajador Youssouf Bakayoko, aunque miembro del aparato político del PDCI-RDA es un marfileño altamente capacitado, profesionalmente humilde y responsable. Y a pesar de todas las hostilidades políticas ambivalentes actuales en torno a la fecha precisada para las elecciones presidenciales, en Costa de Marfil, la Comisión Electoral Independiente, es a todas luces, la mejor para proponer una fecha al gobierno, constitucionalmente. Hay que dar confianza a Youssuf Bakayoko y a la Comisión Electoral Independiente, para evitar a Costa de Marfil, una gran angustia política, democrática e institucional.

Por Ben Ismaël

(L’Intelligent d’Abidjan, Costa de Marfil, 05-07-10)

Traducido por Rosa Moro, de Fundación Sur.

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