Creo en la capacidad de las mujeres y hombres de Burkina Faso para resolver la crisis de la transición

17/11/2014 | Opinión

Las noticias que me llegan sobre la transición en Burkina Faso, reafirman la idea global que tengo de los hombres y mujeres de este país, idea que se ha ido forjado durante muchos años de presencia y convivencia. De ella nace mi confianza en su capacidad para resolver la crisis actual.

Los burkineses aman la paz, son extremadamente pacientes, están dispuestos hasta cierto punto a sacrificar mucho a la paz social, pero saben decir basta y levantarse masivamente contra los abusos de poder. No es la primera vez que lo hacen, aunque, sin duda, la revuelta de octubre 2014 haya sido la más importante y mediática

Hemos visto la revuelta ciudadana masiva ante el proyecto de modificación constitucional de Blaise Campaore de reformar el artículo 37 que limitaba a dos quinquenios el mandato presidencial, límite que impedía a Campaoré, volverse a presentar en 2015.

Para comprender la indignación popular, hay que recordar que el presidente ya había reformado en dos ocasiones, en 1997 y en 2000, ese artículo, en primer lugar anulando la limitación, luego introduciéndola con un tope de dos mandatos de siete años, y finalmente, en 2005, estableciendo dos mandatos de cinco años, con el fin de perpetuarse en el poder ejercido durante 27 años, al que llegó tras el golpe de estado en el que se asesinó al popular presidente anterior, Thomas Sankara.

Enorgullecido y cegado por la imagen que había conseguido de mediador y pieza clave de la “francafrique” en la región, la revuelta cogió por sorpresa a Campaore, a pesar de que en varias ocasiones los Obispos de BF denunciaron la situación explosiva que se estaba gestando y el peligro que suponía para el país el proyecto de revisión constitucional. La insurrección popular del 30 de octubre obligó a Blaise Compaoré a huir a Costa de Marfil dejando atrás cuentas de justicia sin saldar. Parece que pronto gozará de un exilio dorado en Marruecos

Los militares tomaron el control del país y el coronel Zida asumió provisionalmente la jefatura del Estado. Representantes de la oposición, sociedad civil y distintos actores que habían participado en las revueltas elaboraron la Carta de la transición, hoja de ruta de la transición, que deberá ser presidida por un civil elegido por consenso.

La Carta de transición, que regirá la transición política como complemento de la Constitución del 2 de junio de 1991, fue firmada el 16 de noviembre durante una ceremonia que reunió a representantes de la sociedad civil y de las fuerzas de defensa y seguridad del estado. Inmediatamente se reunió el Consejo de designación del presidente de la transición.

Las distintas entidades habían seleccionado tres nombres: el de Joséphine Ouedraogo, que había sido Ministra de la Familia en el era de Sankara, Michel Kafando, antiguo ministro y antiguo embajador, y Chérif Sy, periodista, director de la publicación Bendré. Finalmente, la persona elegida para presidirla en la noche de domingo-lunes ha sido Michel Kafando. Kafando es un hombre sabio y maduro con gran experiencia diplomática.

La mayoría ha visto con buenos ojos su elección, aunque algunos sankaristas no olvidan los problemas que Kafando tuvo con el joven revolucionario Sankara, que lo obligaron a huir del país y a exilarse.

Tanto los unos como los otros, todos están dispuestos a contribuir para que el proceso de transición desemboque en elecciones presidenciales y legislativas en 2015, libres y trasparentes que permita al país de los hombres íntegros elegir su camino sin imposiciones ni orientaciones externas, vengan de donde vengan.

Paquita Reche, mnsda

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