Por lo menos 120 personas murieron, centenares resultaron heridas y 14.000 huyeron de sus casas; son cifras provisionales difundidas por la Cruz Roja centroafricana después de la violencia intercomunitaria que duró tres días en la ciudad de Bozoum, en el noreste del país. Aldeas enteras fueron atacadas y devastadas, y por lo menos 1.300 viviendas fueron incendiadas. Los protagonistas de esta última masacre, de una larga serie, son los ex-rebeldes de la coalición Seleka (de mayoría musulmana) y milicianos de los grupos de autodefensa Anti-Balaka (de mayoría cristiana).
Según a declarado a MISNA el padre Cyriaque Gbate, secretario general de la Conferencia Episcopal Centroafricana (CECA), contactado en Bangui. “Aunque hayan cesado los combates alguna hora atrás, la tensión sigue por las nubes en Bozoum. El prefecto está manteniendo una reunión urgente con las autoridades locales y representantes de los Anti-Balaka… lo que disparó la rabia de los ex-integrantes de la Seleka fue la alegría manifestada por la población local” tras la renuncia del ex-presidente de transición Michel Djotodia.
Según la misma fuente la oleada de violencia llegó a otras zonas remotas del país. En Mbata, localidad meridional cercana a la frontera con la República del Congo, por lo menos 11 personas perdieron la vida y decenas de viviendas fueron incendiadas por os rebeldes. Para vengarse, la población local atacó la mezquita. En Mbaiki, centenares de civiles se habrían refugiado en la selva, temiendo represalias de los ex-Seleka. En Beloko, junto a la frontera con Camerún, al final de intensos combates los Anti-Balaka habrían logrado vencer a la coalición rebelde y tomar el control de la frontera. No hay información sobre número de muertos y heridos.
Ante estas noticias, la Conferencia Episcopal Centroafricana lanzó un llamado urgente a la comunidad africana e internacional para conjurar el riesgo de nuevas masacres en gran escala. Según Gbate “Urge que las tropas africanas de la MISCA y los militares franceses de la operación Sangaris sean desplegados a las zonas más aisladas y de mayor peligro”.
Fuente: MISNA
