El COVID-19 nos cambió la vida en menos tiempo de lo que nos imaginábamos. Estamos llenos de cifras que muestran donde está haciendo más estragos. De un día para otro nos atacó este virus, donde andan cientos de científicos en el mundo investigando como atacarlo y como disminuir su propagación.
A Colombia llegó este no convidado virus a finales de febrero de 2020 y se presenta el primer caso el 6 de marzo, llevamos un mes vigilando cómo se comporta, a que regiones llega y como se expande.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define una pandemia como la propagación mundial de una nueva enfermedad. Y es así como la OMS declara pandemia al COVID-19 a partir del 11 de marzo, cuando llega este virus a más de cien países. La evolución de este virus ha alcanzado la atención de toda una humanidad y logró romper con las categorizaciones sociales que nos acostumbró la misma sociedad.
Un mes hemos pasado en Colombia analizando el comportamiento de este virus y en resumen encontramos lo siguiente:
- 1. El 12 de marzo el gobierno colombiano declara la emergencia sanitaria, lo que conllevó a tomar medidas en salud, medidas de tipo económico y medidas de intervención social.
- 2. Avanza este coronavirus expandiéndose por todo el territorio nacional, pero con mucha discreción en los municipios del pacifico colombiano y de los antiguos territorios nacionales ubicados en el sur de Colombia.
- 3. Bogotá, como capital de Colombia y sitio donde llegan el mayor número de viajeros internacionales, se convirtió en la ciudad por donde penetró el virus y donde al pasar un mes terminamos el 5 de abril con 725 afectados y por supuesto seguirá creciendo como lo dicen las proyecciones estadísticas
- 4. Desde el 24 de marzo estamos en aislamiento todos en nuestras casas, y como buenos colombianos creativos encontramos decenas de excusas para hacerle trampa a la medida, que así sea dura era necesaria para contener este virus.
¿Qué nos espera?
- Continuar conociendo a COVID-19.
- Acatar las recomendaciones de las autoridades.
- Repensarnos.
- Aprovechar estos días de descanso para desarrollar actividades que teníamos aplazadas, como leer, ver documentales, dormir sin presiones, y hasta hablar como ya no lo hacíamos por estar invadidos por tecnologías que nos privaron de ese necesario acercamiento con nuestros amigos y familiares.
Original en: cepsafro