Siete años después de haberse dividido por una guerra civil, cinco millones de votantes de Costa de Marfil, acudirán a las urnas el día 31 de octubre, para las elecciones presidenciales, que pretenden unificar al país, el mayor productor de cacao del mundo.
En la votación se enfrentan uno de los supervivientes descarnados de la política africana, el hombre fuerte, Laurent Gbagbo, contra sus más antiguos rivales políticos, el ex presidente Henri Konan Bedie, de 76 años, y el ex primer ministro, Alassane Ouattara.
Gbagbo, elegido en el año 2000, todavía está en el poder, a pesar de que su mandato terminó hace cinco años, con las elecciones repetidamente pospuestas, entre disputas por el desarme de los rebeldes y el registro de los votantes.
El país está dividido en dos, con una misión de la ONU y una francesa, patrullando la zona Buffer, entre el norte, de las fuerzas rebeldes, y el sur, controlado por el gobierno. A pesar de ocasionales erupciones de violencia, un acuerdo de paz firmado en 2007, ha mantenido en marcha el programa de desarme, lo cual ha hecho posible que el norte haya vuelto gradualmente al gobierno.
Sin embargo, la inminencia de las tantas veces retrasadas elecciones, hace que la amenaza del resurgimiento de la violencia permanezca activa.
El jefe de las fuerzas armadas, el general Philippe Mangou, emitió un comunicado en el que advertía “seriamente a los posibles alborotadores y a sus líderes, en esta época tan delicada y crucial de la historia de Costa de Marfil”.
Miles de soldados van a ser desplegados por todo el país para garantizar la seguridad en las elecciones, aunque la campaña se ha desarrollado prácticamente en paz.
Gbagbo de 65 años, después de una década en el poder, espera asegurar su legitimidad para un mandato de cinco años, después de que su último mandato terminase hace cinco años.
Bedie, que sucedió a Houphouet Boigny, como presidente, pretende volver, después de haber sido derrocado en el primer golpe militar del país, en 1999.
Outtara, de 68 años, ex primer ministro, es el otro candidato, que fue excluido de las elecciones del año 2000, por el cuestionamiento público sobre su nacionalidad marfileña.
Costa de Marfil se vio sacudida por un golpe militar en 1999, y después un intento frustrado de golpe de estado contra Gbagbo, en 2002, que desembocó en una guerra civil a gran escala, en la que murieron miles de personas.
Este país, que en su día era aclamado por ser un modelo de estabilidad, se hundió en años de inestabilidad política, malogrando los avances alcanzados durante la época del “milagro marfileño”, el padre de la nación, el presidente Felix Houphouet Boigny, que gobernó desde la independencia de Francia, en 1960 hasta su muerte, en 1993.
(News 24, 28-10-10)