INTRODUCCIÓN
Tuvimos la ocasión en estas semanas del verano de charlar con nuestro compañero, P. Juan Ignacio Antoñanzas, que por motivos de salud, estuvo por Madrid. Él es profesor y formador en el seminario teológico de los Misioneros de África en Abiyán y nos ha contado que las gentes, poco a poco, van regresando a sus pueblos, que tuvieron que abandonar por causa de los combates pos electorales entre partidarios del ex presidente Gbagbo y del elegido Alassane Wattara.
¡LAS NOTICIAS SON BUENAS!
Es la respuesta que dan los marfileños a quienes les preguntan por la situación de su país. En el oeste, cerca de la frontera de Liberia, sonó la hora de la reconciliación, como pidió el presidente Wattara en su discurso inaugural.
Esta región aún tiene frescas las cicatrices de varias masacres entre seguidores de Gbagbo y partidarios de Wattara. Muchos huyeron a la vecina Liberia, refugiándose en las aldeas con familiares y amigos. Las agencias internacionales están esforzándose para facilitar el retorno de los que se refugiaron en Liberia.
EL ALCALDE DE TULEPLEU
Esta población de unos 50.000 habitantes está a escasos kilómetros de la frontera de Liberia. Karim Abdul Diarra estaba a la puerta de su despacho vacío, con la mirada vagando por un horizonte encharcado por la lluvia. Nos cuenta: “Hace un par de meses Tulepleu parecía una ciudad fantasma, sólo se veían perros errantes. Ahora van regresando numerosos residentes, pero aún no están aquí todos.”
Esta población fue la base de retaguardia de las fuerzas del ex presidente Gbagbo, cuando las Fuerzas Nuevas de Wattara tomaron la ciudad en marzo pasado. El hospital quedó completamente arrasado, pero las escuelas van abriendo progresivamente dada la proximidad del nuevo curso escolar. Karim piensa que pronto la crisis será un mal recuerdo. El comercio también se va reorganizando.
LAS FUERZAS REPUBLICANAS DE COSTA DE MARFIL
Las FRCI – de sus siglas en francés- son el ejército resultante de la fusión de las Fuerzas Nuevas y de los elementos del ejército de Gbagbo, que se han integrado.
Su misión actual es securizar la frontera de la región, pues se temían arreglos de cuentas y venganzas entre partidarios de los vencedores de ayer y los de hoy.
LA MISIÓN CATÓLICA DE DUEKUÉ
El P. Cipriano, párroco de esta misión, tiene en tres hectáreas de terreno a 11.000 refugiados: muchas mujeres y niños, pero también algunos milicianos. En plena guerra llegaron a amontonarse hasta 30.000 desplazados. El regreso a sus pueblos se fue organizando con la colaboración de la UNICEF, venida de la ciudad de Man, capital de la provincia, para continuar con sus programas de salud pública, higiene y saneamiento, además de educación. El P. Cipriano dice que “el reto más difícil es la reconciliación”.
De un pueblo a otro, según el ritmo de las ofensivas y represalias, el origen de los asesinos cambiaba de etnia. Unos cayeron frente a las balas de los mercenarios liberianos, otros murieron cuando los Guerés, sostenidos por Gbagbo y sus milicias, reconquistaban terreno, los Malinkés, partidarios de Wattara y hasta las FRCI –Fuerzas Republicanas de Costa de Marfil- que tienen por misión reconstruir la paz.
LA CARRETERA DE TULEPLEU A DANANE
Es sólo una pista de selva, cuya tierra roja laterítica está inundada por las lluvias. Se va abriendo paso en medio de una floresta tropical lujuriante. El 4×4 blanco de la UNICEF demoró más de cuatro horas para cubrir los 90 kms. que las separan.
Lo mismo acontece para llegar a Blolequin y después a Guiglo, donde la pista se cruza con el asfalto hasta llegar a Duekué. A este itinerario lo llamaron “el eje de la muerte”. Se ven aldeas quemadas, propiedades arrasadas, restos de masacres, de abusos y crímenes… Es una zona martirizada.
CRISIS ALIMENTARIA
Honoré Attiowa, jefe del pequeño pueblo de Sahibili, no lejos de Tulepleu, dirige un COMUNIDAD DE PESCADORES, de los que la mayor parte son agricultores.
Nos comenta:”Nos dicen que la guerra ha terminado, pero el miércoles 13 de julio, uno de nuestros campamentos en medio de una plantación de cacao fue incendiado.” Durante la guerra les quemaron las piraguas y artes de pesca. Después de varios meses escondidos en la selva han regresado ya casi un millar de vecinos de los dos mil trescientos habitantes, que contaba el pueblo. Ahora el problema es como sobrevivir hasta las próximas cosechas de arroz y de maíz, los graneros están vacíos y muchos destruidos.
“Las organizaciones internacionales deberían asistirnos por lo menos durante un año, hasta las futuras cosechas”, es la conclusión del alcalde de Tulepleu. Lo mismo opina su colega, el alcalde de Blolequim. Huyó de su ciudad, ocupada por los mercenarios liberianos. Se refugió en Liberia, después de recorrer a pie unos 170 kms. El 21 de marzo, las fuerzas leales a Wattara tomaron Blolequim. Una semana después, cuando unos 800 habitantes estaban reunidos en el patio de la prefectura, surgieron los mercenarios pro Gbagbo, dispararon a discreción y mataron a 79 personas, que fueron enterradas en una fosa común.
El alcalde confía en sus paisanos, que se han puesto manos a la obra para reconstruir Blolequim. Ya están instalados más de 30.000 habitantes, de los 55.000 residentes que tenía la ciudad antes de la crisis. El miedo desanima a muchos para regresar a sus casas y propiedades rurales.
EL MIEDO DOMINA A MUCHA GENTE
El 5 de julio, el Alto Comisariado de las NU para los Refugiados inauguró el campo de Nahibly, en los alrededores de Duekué, para aliviar las instalaciones de la misión católica. Allí viven más de 700 desplazados, rodeados de defensas de estacas de madera y protegidos por seis torretas-miradores, desde donde vigilan los soldados marroquíes del contingente de la ONU para Costa de Marfil.
Federico de Woelmont, responsable de la Protección de los Refugiados, declara:”El miedo está aún muy presente. En ninguna parte antes el Alto Comisariado había fortificado un campo de refugiados con empalizadas de estacas. Estamos saliendo de la crisis, pero las gentes piensan que los disturbios se pueden reproducir y tienen miedo de regresar a sus aldeas.”
CONCLUSIÓN
Como decía nuestro compañero, Juan Ignacio Antoñanzas, “LAS NOTICIAS SON BUENAS” . El curso escolar va a funcionar normalmente a partir de septiembre. Esperemos que las cosechas sean abundantes y que el cacao y el café vuelvan a exportarse y sobretodo que los rivales de ayer se reconcilien.