Costa de Marfil ha votado para elegir un nuevo parlamento en unas elecciones boicoteadas por el partido del ex hombre fuerte Laurent Gbagbo, que actualmente está a la espera de juicio en La Haya, por crímenes contra la humanidad.
Las votaciones han tenido lugar un año después del conflicto por las elecciones presidenciales, que llevaron al mayor productor de cacao del mundo al borde de la guerra civil.
El nivel de participación fue bajo, pero no se informó de incidentes, según un portavoz de la misión de paz de la ONU. Alrededor de 5.7 millones, de los 21 millones de habitantes que tiene el país, estaban inscritos para votar.
Los resultados que fueron vigilados por 150 observadores internacionales y 3.000 marfileños, se publicarán a mediados de esta semana.
El presidente marfileño, Alassane Ouattara ha pedido a los votantes que ignoren la llamada al boicot del partido de Gbagbo. El nuevo parlamento, dijo, será “verdaderamente consensuado y democrático… y contribuirá al refuerzo de la democracia en nuestro país”.
En las elecciones había más de 1.000 candidatos para 255 escaños parlamentarios.
El boicot ha significado que la coalición que apoya a Ouattara es la principal favorita para ganar con mayoría en la nueva Asamblea. Aunque Laurent Akoum, portavoz del partido de Gbagbo, el Frente Popular Marfileño, FPI, declaró que la baja participación demuestra que el gobierno es “ilegítimo”, recordando de paso que no habían hecho ninguna llamada a la violencia ni habían intentado impedir a los votantes que votasen.
Incluso en la segunda ciudad más grande de Costa de Marfil, Bouake, el fuerte de Ouattara, la participación fue más baja que en las elecciones del año pasado.
Ouattara, de 69 años, llegó a la presidencia hace seis meses, después de las elecciones presidenciales de noviembre de 2010, tras las cuales Gbagbo se negó a abandonar el poder desencadenando un conflicto que se cobró unas 3.000 vidas. Finalmente Gbagbo fue capturado en el palacio presidencial en abril, por parte de las tropas francesas y de la ONU en el país, que actuaron apoyando el bando Ouattara.
El partido de Gbagbo, que pidió el boicot de las elecciones, considera que todavía no se cumplían las condiciones para celebrar unas elecciones justas, exigiendo la liberación de sus principales líderes, que todavía se encuentran detenidos, además del ex presidente.
El partido FPI ha descrito el traslado de Gbagbo a La Haya, para ser juzgado por crímenes contra la humanidad, cometidos durante los meses de enfrentamientos entre noviembre y abril de este año, como “justicia del vencedor”, y ha amenazado con retirarse del proceso de reconciliación si no se juzga a los dos bandos, como se recomendó al final de la contienda.
El TPI ha llevado a cabo investigaciones paralelas a la justicia marfileña, por crímenes cometidos tanto por las tropas leales a Gbagbo como por las leales a Ouattara.
(Times Live, Suráfrica, 12-12-11)
