Cosicas, por Félix Pérez Ruiz de Valbuena

5/12/2011 | Bitácora africana

Desde hace años me emociona una canción de Serrat (aquellas pequeñas cosas) que puede que ya haya colgado en estas páginas, pero me sigue poniendo blandito cuando la escucho.

No creo que hay una versión parecida en la música burkinesa porque aquí no se lleva tanto la música triste, melancólica, por así decirlo. Las cosas son más primarias, más directas, más militantes o rítmicas, sin tanta sensiblería, si se me vale el desprecio. Porque cuando se pasea todo el tiempo entre la vida y la muerte, no se gasta uno las energías en males del corazón. Es como cuando cuentan que en países en guerra, se acaban las depresiones o al menos los médicos no se ocupan de tonterías así, que ya tienen bastante con amputaciones, heridas y destrozos físicos en general, que se pueden coser o recomponer más fácilmente que los destrozos del alma. Lo cual no excluye que la gente se acabe volviendo loca o suicidándose.

Pero volviendo a la canción y el título forzado de este post os voy a contar alguna cosica de las que dan color a este país, a África y al mundo en general: las tradiciones. Siempre doy la vara con que hay que luchar contra las tradiciones, empezando por lo de creer en Dios, o al menos las absurdas y por supuesto las que atentan contra principios fundamentales de las personas (aclaro lo de las personas porque siempre quise ser torero).

Por ejemplo os contaba la semana pasada lo de que las viudas tienen que ‘casarse’ o pasar a ser ‘propiedad’ de algún hermano del difunto, so pena de caer en el desprecio de la gran familia, pues hoy os voy a contar algo sobre los gemelos.

Gemelos hay muchos en estas tierras, lo mismo pasa con los albinos. Según me explicaron se debe a cosas de la endogamia y estas viciadas relaciones familiares. Vamos, que se viaja poco y se procrea mucho y siempre con la gente de la aldea con lo que los lazos sanguíneos están muy entrelazados. Aquí en Burkina, como en otras zonas de África lo de los gemelos o lo de los albinos era una desgracia y se los mataba, la mayoría de las veces, al nacer. Ya no recuerdo dónde lo he leído, pero creedme, así era. Lo que no puedo deciros es si era algo generalizado o sólo en algunas etnias, y no recuerdo cuáles. Con respecto a los gemelos creo que ya no se estila, aunque lo más normal es que la esposa pueda ser repudiada, con los chiquillos, en la aldea. Tengo un amigo que está a punto de ser padre y cuando bromeaba con él sobre la posibilidad de que fueran gemelos se le mudaba la cara. En todo caso sigue existiendo el tráfico de niños y los gemelos son muy indicados para ello. Porque siguen existiendo los sacrificios rituales y la sangre de crío se muy valorada para mejorar el wack. ¡Vamos, no me compares el wack que me hicieron matando una cabra que si hubiera sido unos gemelitos, capullos o no!

Aquí hay gente que está muy loca y que lo mismo que todos adoran a algún dios, les da por hacer magia o voudou. Y lo que sí sigue habiendo es persecuciones de albinos. Y hay varias ONGs locales, en Burkina Faso, que se dedican a la protección de los albinos. Sangre y órganos de albinos significan mucho dinero. Pero lo que os voy a contar es más suave, sobre los gemelos.

Cuando voy a la capital suele coincidir en que vuelvo el viernes, que es el día de la plegaria especial, por así decirlo, de los musulmanes, como la misa de los domingos para los católicos. Como dice el Corán, un solo hombre no es Islam. Hay que hacer ‘peña’, ser muchos para todo: rezar, ayunar, peregrinar, quizás lo de dar limosna es un vicio más solitario. Salvo los viernes que se juntan todos en las mezquitas para rezar. Así que como antes de volverme al pueblo paso a hacer la compra por el mayor supermercado del país, que no es muchísimo más grande que el de Mota del Cuervo, Cuenca, y está situado justo al lado de la Gran Mezquita de Ouagadougou, he podido comprobar en vivo y en directo cómo se desarrolla la plegaria del viernes. Incluso hace 3 semanas nos pillo al salir del supermercado y tuvimos que esperar, pacientes, media hora, a que terminara. Porque todo se llena de fieles, devotos musulmanes, cada uno porta su nappe, alfombra, sobre la que sentarse, arrodillarse, postrarse, venerando a Alláh, el evanescente. Pero como en la mezquita no cabe todo el mundo, todas las calles, calzadas, aledañas, se llenan de fieles (hombres), incluso el aparcamiento del supermercado. Así que a esperar tocan. Este viernes, ayer, fuimos más previsores y estábamos allí antes de las 10, evitando la sagrada hora punta.

Y pude comprobar la procesión de la profesión de los milagros. Ciegos ancianos guiados por un lazarillo, a cual más desharrapado. Batallones de minusválidas con sus sillitas mecánico autopropulsadas (propulsión animal, ellas mismas) y, por supuesto, mujeres con sus gemelos entre pecho y espalda… uno delante y otro detrás.

Le comentaba a Asséto, mi mujer, que lo de los ciegos y las minusválidas me parecía más normal, pero que alguna de las mujeres que pedían limosna con los gemelos no parecían demasiado pobres… y aquí viene la cosica, que soy incapaz de escribir tipo twiter.

Es más por una cuestión de tabú, lo de pedir limosna las madres de gemelos, que por una cuestión estrictamente financiera. Las madres de gemelos están ‘obligadas’ a pedir limosna los viernes. Los viernes es lógico, porque se saca más, es uno de los 5 principios del Islam: dar limosna. Y qué mejor día que el viernes que es la plegaria pública y que todo el mundo puede ver cómo te estiras siendo un musulmán fetén. Lo que no supo explicarme era el porqué. Supone que los gemelos eran una desgracia que obligaba a la madre a la mendicidad…

Lo gracioso del asunto es que es algo que deben hacer aunque no sean pobres de solemnidad, y me ponía el ejemplo de la hermana del director de la cadena de TV en la que trabajaba.
Mujer moderna y actual, la madre de los gemelos trabaja de Directora de Marketing en Ecobank, uno de los bancos más importantes de África del Oeste, salvaje oeste, tuvo los gemelos y los viernes en el descanso del mediodía (se suele cerrar casi todo, comercio incluido, de 12 a 15 horas) le traía los churumbeles la señora que se ocupa de ellos en casa y se ponía a la puerta del banco a pedir. “Dame algo, payo, y te abro una cuenta remunerada asociada a la cotización del NASDAQ que te vas a chupar los intereses…”

Asséto me ha jurado que es verdad, que ella la ha visto, yo sólo cuento lo que me cuentan como Kapuscinski. Estuvo 3 meses pidiendo y que después lo arregló con un voudou que le hicieron en Benín, porque son burkineses de ascendencia beninesa.

Parece ser que llegó un nuevo director regional que no era muy partidario de que los directores y responsables del banco no tuvieran dedicación exclusiva.

Original en FronteraD

Autor

  • Pérez Ruiz de Valbuena, Félix

    Félix Pérez Ruiz de Valbuena. ( Calatañazor, Soria, Diciembre 1954 ) Estudió economía . Marxista-leninista de formación política, afirma que no le sirvió para hacer nada demasiado útil en la vida universitaria, salvando quizás el Festival de los Pueblos Ibéricos. Empresario familiar comparte con sus dos hermanos la propiedad de una empresa de formación. reside actualmente en Burkina Faso con la esperanza de comenzar de nuevo con proyectos que le devuelvan la ilusión. Con tres hijos y un nieto, que le hacen felices los más de los días. Y como dice Soltero y sin compromiso. Es colaborador de la Revista Digital Frontera D con su Blog Negros sobre blanco , que iremos reproduciendo en nuestra sección de Bitácora Africana, agradeciendo a Frontera D la autorización para hacerlo y por supuesto a Félix Pérez Ruiz de Valbuena

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