Omer Freixa es un africanista argentino titulado en Historia residente en Buenos Aires y profesor en la Universidad de la misma ciudad. Sus investigaciones se basan principalmente en cuestiones relacionadas con la negritud. Asimismo ha publicado en diversos medios argentinos en línea y es uno de los mayores expertos en África del país. Por todos estos motivos decidimos charlar con él a través de Facebook, donde conversamos sobre cuestiones tan interesantes como el neocolonialismo, la trata de esclavos, las elecciones estadounidenses y el terrorismo en África.
– Buenos días, Omer. Primero de todo, me gustaría que nos hablaras sobre tu trabajo y trayectoria.
– Mi nombre es Omer Freixa. Soy historiador africanista argentino, Profesor y Licenciado en Historia por la Universidad de Buenos Aires, Magíster en Diversidad Cultural y especialista en estudios afroamericanos por la Universidad Tres de Febrero. También ejerzo como Docente en dichas casas de estudio y en el profesorado de Historia del Consejo Superior de Educación Católica. Asimismo, soy un investigador abocado a temáticas de negritud y divulgador para sitios on line varios.
– Me interesa todo lo relacionado con la negritud. ¿En este sentido, con que visión sobre la negritud te identificas más? Me refiero a los padres de la negritud como movimiento literario e intelectual.
– Yo no soy afrodescendiente, pero con Nkrumah… su ideal de unidad debe ser una enseñanza universal, no solo para África…Aclaro que no soy afrodescendiente porque se genera cierta distancia, algunos son muy reticentes a que «otros» intervengan en su causa. En realidad escapa a lo que me preguntás. Si es por Negritud, con Senghor.
– Pero Nkrumah no fue uno de los padres de la negritud como movimiento literario surgido en Paris en los años treinta, sino posterior, y era más bien panafricanista…
Valoro su trayectoria, el primer docente afro en dar clase en la Sorbona, no cualquiera. Sí, como panafricanista es con quién me identifico más. Aunque me preguntás por la Negritude.
– Me has hablado de Léopold Sédar Senghor. ¿Cuáles son los defectos que le ves respecto a otros intelectuales coetáneos que predicaban la negritud o el panafricanismo?
– Creo que al involucrarse en política dejó de lado, tal vez, su producción y, terminó casi convirtiéndose en un autócrata (aunque no del rigor de Idi Amin, por caso). Incomparable. Y que se cerró a otras posturas políticas en la forma de relacionarse con Francia. Pero se lo entiende como producto de su época.
– Sí. Falló, por ejemplo, con lo de la francofonía también, dejando de lado los dialectos de su país, cosa que le creó enemigos.
– Toda una clase dirigente le llevó la contra. Y desde Francia se la hicieron imposible. Bueno, era senegalés. De todos modos bastante bien le fue. Además, las divisiones propias del país -él era serer, cristiano-. Bastante complicado en un país de mayoría musulmana. Ello se puede ver cómo otro motivo para que argumente que le fue bien. Pudo ser presidente veinte años sin convertirse en un depredador.
Sí, aunque impulsó el Islam… Bueno, cambiando de tema, háblame de tu visión de la condena a Hissène Habré, que se produjo hace poco.
Mi visión es que es auspicioso y una redención para todas las víctimas que sobrevivieron a ese tirano.
Y para quiénes no saben las raíces del problema, explícanos cuáles son los antecedentes del régimen de Habre, los Antecedentes históricos de su régimen dictatorial.
– En África, hay varios. Idi Amin, en Uganda; Mobutu Sese Seko, en la actual Rep. Democrática del Congo; etc. Pero me interesa puntualizar que no todo son dictadores atroces en África. Eso para romper el estereotipo de que en África es todo violencia, incluyendo la dinámica política.
– ¿Y dentro de su propio país, cuáles crees que son las causas que llevaron a su régimen?
– El neocolonialismo. Te lo resumo: las antiguas metrópolis necesitan sostenes. Y la pacificación (por la fuerza) de un clima caótico previo al golpe de Habré. En eso, siempre los franceses inmersos.
– Los franceses junto a los chinos son los mayores neocolonizadores en África.
– Y los norteamericanos, dependiendo de la región. Por lo menos en presencia militar.
– Sí, a nivel mundial. Aunque con mercenarios más que con el ejército desde hace unos años.
– Sí, por eso lo último, las bases en el Sahel alarman. En Djibouti compiten China y EEUU por la instalación de puestos militares, una zona estratégica por su posición.
– Siguiendo con el tema de las dictaduras, ¿establecerías algún tipo de relación entre las dictaduras existentes en África y el colonialismo?
Sí, en muchos casos los dictadores son funcionales a la ex metrópolis. Así fue el caso de Compaoré en Burkina Faso.
– ¿Y qué paralelismos establecerías entre colonialismo y dictadura?
– Muchos dramas poscoloniales cristalizaron en dictaduras. Creo que son esos mismos personajes que quieren ver al pueblo desamparado y aprovecharse del mismo muy parecidos a los antiguos administradores coloniales. La dominación solo ha cambiado el ropaje. La ruina que dejó el colonialismo posibilitó el ascenso de personajes siniestros como Mobutu, un reflejo de la Guerra Fría. Sin embargo, según se mire, podría decir que el colonialismo no ha acabado. No, es su continuación, el neocolonialismo. Los vínculos ya no son de dependencia política, sino económica. Las esferas de interés… perversiones del capitalismo salvaje.
– O sea, como que ha cambiado de máscara…
– Sí, se ha reciclado. No es la primera vez que suceden estos cambios en África. Ha mutado pero en su esencia. Es el mismo manejo arbitrario.
– ¿En qué consiste ese manejo?
– En aparentar desinterés y seguir teniendo negocios turbios con gobiernos títeres. Caso Francia con sus ex colonias, se habla de la Françafrique. Una sociedad en las sombras entre la potencia y mandatarios de ex colonias que «por debajo de la mesa» intercambian favores. Hay un historiador francés que lo estudió muy bien. Casos de asesinatos políticos instigados por la ex metrópoli…
– Sí. Tiken Jah Fakoly habla de la Françafrique. Pero explícame, ¿que región de África te genera más interés?
– Difícil la pregunta… Pero lo que más estudié (académicamente, digo, en el caso basé mi tesis de licenciatura) fue África central. Si me preguntan qué país africano desearía conocer, República Democrática del Congo. Le dediqué 3 años de estudio, con bibliografía variada. Me conmovió la cifra de muertos desde finales de los 90, y el poco interés en el mundo, cuando el coltán procede de allí. Dentro de los países castigados de África, RDC me conmovió profundamente.
– Normal. Lo que sucede es catastrófico. Y Occidente es cómplice.
– Desde ya… otro gran ejemplo de neocolonialismo, para complementar lo que preguntabas antes.
– ¿Y como relacionas el terrorismo con el neocolonialismo?
– El neocolonialismo genera exclusión y pobreza. Ese es el mejor caldo de cultivo para alentar procesos de radicalización (no solo yihadismo).Los gobernantes transan con determinados intereses y olvidan regiones enteras. Un ejemplo, el noreste de Nigeria es lo más visible, con la problemática de Boko Haram.
– En ello pensaba. Aunque también están grupos como “Al Qaeda” en el Magreb. AQMI..
. sí. Hay varios. Lamentablemente son un producto de las mal llamadas Primaveras Árabes, pese a que ya operaban antes algunos. Por lo menos toda esa andanada de cambio social ha despertado células muertas o inactivas. Sino ved Libia, desastre total. La caída de Gadafi es un capítulo aparte. No hay que olvidarse. Los peores ataques (Amenas, El Bardo, Bamako) son posteriores a 2011.
– Ahora que ha muerto Muhammad Ali, háblame de él.
– Un ícono. Leyendo diarios todas las notas decían más o menos lo mismo, pero es necesario. Yo de boxeo sé poco y no es un deporte que particularmente me interese, pero es imposible desmerecer su impronta. Y desde su legado por la lucha contra el racismo. Lo trajeron a Argentina dos veces, ni más ni menos. Peleó con el inolvidable Ringo Bonavena. La foto de este último desafiante, circuló por varios espacios este fin de semana. Está el documental When We Were Kings. Muy criticado Alí por elogiar a Mobutu.
– ¿Qué diferenciaba a Muhammad de otros deportistas de su generación?
– Su conciencia. Llevó la proclama de lucha racista a un punto insospechado. Se comportó como un noble, negándose a ir a Vietnam y resignándose a perder su título. No tengo precedente de una desobediencia civil tan frondosa en los EEUU. Creo que fue un vocero de los de su condición y clase. Y en ese acto de rebeldía
hermoso de cambiarse el nombre.
– Sentó precedente, ¿no?
– Todo lo que hizo, indudablemente. En el mundo norteamericano hay un montón de casos de deportistas que se cambian el nombre y se islamizan, él fue el primero que hizo un acto de liberación de ello. Así lo construyó y presentó.
– Muchos artistas de hip-hop, por ejemplo, islamizaron su nombre personal o artístico.
– Sí, pero el origen es él. O el caso más resonado.
– Yo pensaba en deportistas como él, por eso mencioné lo de precedente.¿Y qué me dices de la Nación del Islam?
– Un antecedente poco conocido, antes que Muhammad Ali se hiciera popular. Objeto de todo tipo de ataque, sobre todo a partir del 11S.Ni quiero pensar si gana Trump. Tiene una lógica bastante agresiva. Pero bueno, el entorno no siempre es amigable. Es la visión de la «african personality» pero con excesos.
– Explícame
– Siente orgullo de la raíz afro, pero no teme ocultar el desprecio hacia lo blanco, al WASP. Con eso no justifico las atrocidades cometidas en nombre del último. La violencia no se justifica desde ninguna perspectiva.
– ¿Y cómo crees que perjudicaría a la comunidad afro la victoria de Donald Trump?
– Más asesinatos, más violencia policial, más impunidad… menos repercusión mediática del #BlackLivesMatter, entre otras cosas. Con latinos, homosexuales… etc.
– Si gana Trump, ¿qué le espera a África?
– Desinterés, supongo. Cerrar todo tipo de inmigración. Ya comprometidos están los latinos migrantes, ni quiero pensar en subsaharianos que también van a USA, como a otros países del «Primer Mundo».
– Cambiando otra vez de tema, sé que das clases sobre Historia de la colonización y descolonización en la Universidad de Buenos Aires. En relación a esto me gustaría que nos hablaras sobre el imaginario de las independencias africanas.
– Un tema amplio… ¿que aspecto?
– Hablemos por sectores. Explícame cómo se distribuyen las diferentes ideologías en el continente.
– Un ejemplo es la del caso tanzano. El socialismo africano de Nyerere: Ujamaa, la reivindicación de la aldea como «célula básica» de la humanidad, volver a los tiempos primigenios, antes de la llegada del europeo a África. Una idea noble y grandiosa, pero utópica. En Tanzania no fue buena experiencia aplicar el socialismo africano, el colectivismo resultó resistido y provocó más males que soluciones. Pero no discuto que las intenciones del líder tanzano fueron sinceras. Al menos no derivó en una dictadura sangrienta como en Uganda, por caso, y de los países de la región.
– ¿Cuál fue el mayor defecto de ese colectivismo?
– Que fue mal organizado, e impuesto a la fuerza, si fue necesario. No hubo una política programada, fue hijo de la improvisación.
– ¿Existe algún tipo de colectivismo que haya triunfado en África?
– No que recuerde. Entrometerse con la tierra en África es más delicado que en cualquier lugar del mundo, por motivos «espirituales». Es la morada de los muertos también. Ser despojado de la misma implica no poder rendirle honores. En ella conviven vivos y muertos. No solamente su pérdida gravita en una cuestión económica. En otras culturas también, pero en Occidente no. Esto es lo que los coloniales expropiadores no ponderaban al expropiar tierra.
– Y debió generar grandes conflictos…
– Los genera hoy, se mezcla la política.
– ¿Y la balcanización de África, ha tenido algo que ver con ello?
– Sí, al crear fronteras arbitrarias, se separó a grupos que compartían el usufructo de la tierra. Lo reforzó. Quiero decir, separó una misma etnia bajo dos fronteras «nacionales».Y forzó a convivir en un mismo espacio «nacional» a grupos completamente heterogéneos. La tierra como foco de lucha visibiliza esa problemática.
– Esto ha provocado también que etnias que eran minoritarias y débiles en algunos territorios hayan pasado a ser fuertes en el mismo, ¿me equivoco?
– No, la táctica colonial muchas veces fue beneficiar a etnias minoritarias contra mayorías. El divide y vencerás.
– ¿Y cuál es la herencia más pesada del colonialismo?
– No sé si es la más, pero puedo señalar la continuidad de las élites que sirvieron al colonialismo. Hoy siguen sirviendo, neocolonialismo.
– Háblame ahora de Gran Bretaña, que no la hemos nombrado y es un caso poco citado, ya que al hablar de neocolonialismo se suele mencionar más a otras potencias, al menos aquí en el Estado español, quizá porque no genera tanta atención mediática.
– No es mucho lo que te puedo decir, se ha tratado más Francia. Por otra parte, aquí en Argentina, el tema Malvinas se lleva toda la atención mediática. Igual condenó más que Francia ciertas prácticas autoritarias, entiendo que se alió menos con dictadores que la primera. Y, a comparación de Francia, se ha retirado bastante más. Menos ahora va a interesar el tema neocolonial con el Brexit,
lamentablemente. Está interviniendo, si bien se la puede criticar, contra Boko Haram en Nigeria. Aunque, habrás visto, que el grupo pareciera ser una criatura de los servicios secretos.
– ¿Por qué lo dices?
– Hay toda una teoría armada que afirma que es una creación de la CIA para distraer la atención y que intereses foráneos aprovechen lo que realmente importa del país, el petróleo. Pero queda bien ser humanitario y participar en la alianza regional, aunque el «cerebro» de la red sea Chad. Francia colaboró o colabora. Con las teorías conspirativas/paranoides se pueden escribir decenas de libros.
– ¿Y que crees que hay de cierto en ello?
– Nunca lo sabremos. Pero, por caso, hablando de yihadistas, el ISIS sí que fue un «error» táctico de EEUU. No me la puedo jugar y decirte que sobre Boko Haram sea así.
– Hemos hablado antes de las ideologías en torno a los procesos de independencia en África, pero, ¿que me dices en cuanto a los diferentes movimientos artísticos y culturales?
– La historia del continente (re)escrita por africanos, se me ocurre. Con las descolonizaciones hubo un intento sistemático de recuperar la raíz africana, tan bastardeada por los colonizadores. Pienso en el caso de Cheikh Anta Diop, desde la historia. El valor de reivindicar el antiguo Egipto como una civilización africana, pese a recibir todo el desprecio de la Academia de su época.
– Me refiero a pintura, música, escultura, cine…
– Desde lo artístico, grandes cantantes como Pepe Kalle, el grupo Ladysmith Black Mambazo, etc. Hoy las tesis de Diop son reconocidas. Pienso que no había intelectuales, artistas que pudieran brillar en Europa bajo el colonialismo, hoy sí. O al menos gozar de algo de reconocimiento.
– Todo fue apoyado por la política… Tenemos el caso de Léopold Sédar Senghor, por ejemplo, que promovió la École des Arts de Dakar y el Festival Mondial des Arts Nègres.
– De todos modos no fueron la mayoría de los gobernantes africanos.
– Háblame de alguno de esos movimientos artísticos y culturales independientes al poder.
– Está el caso actual del Africa39.Una generación joven de escritores sub 39.
– Está bien, aunque cítanos algún caso del periodo de descolonización.
– El caso de los sapeurs en Congo. Desde la moda. Ese es más antiguo, surge en RDC en los 60.
– Aunque es algo lleno de contradicciones, ¿no crees?
– Sí, como forma civil de protesta desde lo bajo es bastante contradictorio que luzcan como dandys.
– A eso me refería. Aunque también podría ser como una protesta a través de una especie de ironía o burla.
– No le voy a negar originalidad, también puede ser leído como una forma extravagante de protesta, no obstante la contradicción.
– Eso mismo.
– En Argentina salen a cortar calles con palos y pasamontañas últimamente. Después empiezan las comparaciones con África que tanto me disgustan. Es otro asunto.
– ¿Qué dicen?
– El estereotipo, cuando ven algo malo, ya lo vinculan con África, hambre, pobreza, catástrofes. Se ve mucho en las redes sociales. El racismo es abundante. Hay pobreza y hambre alarmantes en Chaco, la provincia, es cierto, «ah ya somos África». No es lo mismo Sudáfrica que Níger. Y cosas por el estilo.
– ¿Jamás dicen nada bueno?
– En Argentina decir negro es uno de los peores insultos. No conocen su historia…Mayoritariamente eso, o la niegan. La esconden debajo de la alfombra, digamos.
– ¿Y que se debería de hacer para esos casos?
– Difícil. Tal vez concientizar, educar. Desde el Estado, una medida importantísima fue censar afrodescendientes en 2010 (en el último Censo nacional) y otra no menos importante en 2013 fue la de aprobar el Día del afroargentino y de la cultura afro, aunque la mayoría no tiene idea alguna de qué es y cuándo se celebra.
– ¿Y que papel podría desempeñar en ello enseñar Historia de África en las escuelas?
Hoy se enseña una historia blanca de la Argentina. Desde mi humilde lugar, trato de incorporar contenido afro al currículo, pero soy uno de los pocos que lo hace, supongo. A veces es difícil detectar la afrodescendencia, no importa o no se quiere verla. Si en el imaginario común occidental África siempre representa algo malo. O el hecho de no sentirse menos por haber compartido un pasado como esclavos. Pero precisamente del pasado debe aprenderse.
– ¿Y crees que algo ha mejorado?
– Sí, en cuanto a la organización de redes, de reconocimiento estatal, pero queda mucho por hacer. Viene a cuenta del inicio del año pasado del Decenio Internacional de los Afrodescendientes observado por Naciones Unidas (2015-2024). Sería lo más sólido. El compromiso para que cada Estado con población afro alcance objetivos para esas comunidades de bienestar, progreso en los derechos. Cumplir los compromisos acordados en las Conferencias contra Racismo.
– ¿Se cumplirán o será papel mojado como en muchos otros casos?
– Más lo segundo, pero espero que existan algunos progresos en los países. Ya de hecho algunas organizaciones estaban denunciando que no se cumplen.
– Aún hay tiempo…
– Sí, pero pese al año y medio que pasó, las críticas ya son fuertes. No hay buenos pronósticos.
– ¿Qué ha sucedido en ese año y medio?
– Países puntuales promovieron acción afirmativa, pero han sido pocos y no en demasiadas cuestiones.
– ¿Cuáles son los países que más se resisten?
– México censó a sus afros a fines del año pasado. Lo más resonante. Los que más se resisten son en donde la presencia afro está invisibilizada, como México, por eso fue notable que hayan llegado al punto de censarlos. Chile también. Chile es calamitoso, el peor de América en cuanto al no reconocimiento de afrodescendientes. Ahí no hubo siquiera una medida de acción afirmativa en año y medio.
– Es un avance entonces….
– Es una buena forma de incentivar que sigan en carrera. Ahora irían por la recopilación de estadísticas en México.
– ¿Pero cómo recibe la población mexicana esos avances? ¿Es crítica con los afromexicanos en su mayoría, o los apoya?
– Es indiferente al reclamo. Se los niega, invisibiliza. Se habla de mestizaje entre originario e hispano, y los negros, asumiendo que la trata se detuvo a partir de cierto momento, se fueron extinguiendo. Me recuerda mucho al caso argentino.
– ¿Es así en toda Latinoamérica?
– No, depende del caso. Chile y Paraguay son los más extremos. En Colombia o Brasil, por caso, es imposible negar la afrodescendencia. Pero también las comunidades se quejan de situaciones de marginalidad, desventaja, falta de atención por parte de las autoridades. Claro que las peores que la pasan son a las que ni siquiera el Estado les reconoce existencia. Como hasta hace poco, la de Argentina.
– ¿Y en los países americanos anglófonos…?
– Tenemos el caso de los Estados Unidos, al cual sumamos un historial de violencia policial contra individuos afro. Las estadísticas también son penosas, la mayoría de reclusos en las cárceles son negros, la diferencia en el ingreso, los salarios más bajos, etc. También se refleja claramente en el corredor de la muerte.
– A pesar de tener a Barack Obama de presidente.
– Sí, no es garantía de nada. Incluso muchos activistas lo ven como un «negro del establishment». Un personaje que no se coloca al nivel de los más desfavorecidos para solucionar sus problemas. Muchos no recibieron con entusiasmo la noticia de su llegada al poder, es una crítica al imperialismo que divide en dos el movimiento en América Latina.
– ¿Y tú que opinas de él?
– Que no ha podido hacer nada contra la ola de violencia.
– ¿Qué se lo ha impedido?
– Ya especulo. Hay algo en la esencia de la sociedad. La violencia racial es de vieja data. En unos años un líder no puede cambiar todo. La sociedad está en crisis por todos lados, es su reflejo.
– Esa crisis es a nivel internacional, parece, y viene causada, en parte, por el sistema neoliberal que domina el mundo en la actualidad.
– Sí, pero empezó en EEUU con las hipotecas, en 2008.Donde peor se vivió fue ahí. Sí, es cierto que es todo el sistema, pero preguntabas por Obama.
– Sí, correcto. Esta crisis se refleja también en países africanos como Nigeria, donde vemos en ciudades como Lagos una zona súper rica y a muchísima gente viviendo, en cambio, en la miseria, y también en conflictos en las ciudades del norte del país con los terroristas de Boko Haram. ¿Qué opinas?
– Son dinámicas locales, el tema Boko Haram ya lleva más de una década. Pero se visibilizó sobre todo desde hace no más de 3 años. No están desconectadas del entorno más general. El sistema perpetúa las desigualdades.
– ¿Cómo?
– La desigualdad genera pobreza, que hace de imán para procesos de radicalización.
– Ahora que pienso, no hemos hablado de Historia africana pre-colonial. ¿Qué relación existe entre Kémit y el África actual?
– Todo, es la primera civilización africana que floreció, pese a que en Occidente la despojaron de su africanía y la sumaron a la sucesión de hitos occidentales: Egipto, Mesopotamia, mundo clásico, Medioevo, etc. Ya conversamos sobre la titánica obra de Anta Diop.
– Coincido contigo y con el Doctor Diop. Explícame sobre algunos de los paralelismos entre Kémit y el África actual.
– La obra faraónica es de corte negroide, si está bien utilizada la expresión. O sea, el principal, o uno de los principales ingresos económicos de Egipto como Estado es el turismo. Lo que se le muestra al turista (aunque no interese) es arte «negro».Los pueblos del mar que sacudieron Egipto allá a finales del Segundo Milenio A.C., es bueno recordarlo, eran muchos de origen africano. El término camita se presta a debate.
– ¿Cuál es el debate?
– Si realmente tiene prosapia africana o es otra cosa. Generalmente se lo hizo pasar como pueblos pastores procedentes del norte de África, considerados más evolucionados que los agricultores negros del sur. Por las tesis evolucionistas del siglo pasado y el anterior.
– ¿Y cuál es la realidad?
– Es una interpretación bíblica, no etnológica. No existe el «pueblo africano», hay millares de grupos, en vez de lo primero. De ahí se basó el argumento de la maldición del camita para acusar racismo bíblico y esclavizar africanos por siglos.
– Tal y como mencionaron algunos ideólogos panafricanistas y de la negritud…
– Sí, es lo que tiene que denunciar todo buen antirracista que se precie de serlo.
– Cambiando de tema, ¿que me dices respecto a los enfrentamientos actuales entre Etiopía y Eritrea?
– Lo primero que pensé es que la guerra fue reciente, si pensamos que aún no pasaron 20 años. En historia es muy reciente. Y lo que llama la atención es que la agresora, según denuncia de Asmara, fue Etiopía.
– ¿Y tú cómo lo ves?
– Es una continuidad de la cuestión secesionista. Producto de las caprichosas fronteras impuestas por los europeos en África.
– ¿Y los somalíes ocupan algún lugar dentro del conflicto?
– No que sepa en forma visible, pero no me extrañaría que apoyen la causa eritrea por su historial de conflictividad con Etiopía. Sí, de hecho hay población somalí en Eritrea, pero que buscaría integrarse a Somalia. Aunque el pleito sea con Etiopía, pudieran aprovechar para buscar cumplir sus proclamas, el tema de la Gran Somalía.
– Si Etiopía ve reducida su capacidad y poder en la zona, los somalíes podrían aprovechar la ocasión…
– Sí, como rebote indeseado de esta tensión que espero no decante en guerra abierta como hace 18 años.
– ¿Existe ese riesgo?
– Sí, las tropas están asentadas en los dos lados de la frontera. Los enconos siguen. Ya hubo otras escaramuzas, pero esto escaló a un nivel que no se veía hace tiempo, con bajas de ambos lados.
– ¿Y cómo pueden solucionarlo?
– Complicado responder. Generalmente intercede la Unión Africana, aunque en 1998 la OUA, tengo entendido, poco hizo.
– ¿Y esta vez, crees que será igual, o algo ha cambiado?
– No puedo hacer futurología, pero lo de ayer (*) preocupó. Encima la región no está fácil.
– El cuerno de África durante mucho tiempo ha sido un lugar conflictivo.
– Lo sigue siendo, aunque los conflictos sean locales. Sumado al tema de la sequía.
– Ese si es un tema preocupante.
– Sí, el Cuerno de África siempre se presenta como el arquetipo del continente en términos negativos. Sin embargo, también tiene algunas cosas positivas. Desde ya. Pero el cliché siempre resalta lo negativo. Kenia no es Somalia
– ¿Qué podríamos mostrar a la gente sobre la región para que cambiara su visión sobre ella?
– Que Kenia es un polo de desarrollo dentro de África y representa un pivote en el oriente, junto a Nigeria, Egipto y Sudáfrica, por caso, en otras áreas. También Etiopía, el segundo más poblado del continente, no del peso de Kenia pero importante igual.
– Es un país rico en África, al menos en términos macroeconómicos.
– Cierto. No te quiero desplazar, pero querías preguntar por la era pre-colonial.
– Sí. ¿Cuál crees que es el personaje más relevante de la historia pre-colonial?
– Hay para elegir. No creo que haya uno solo, hay varios. Pero en África occidental me quedo con Mansa Musa, el emperador de Malí. En África Austral, Shaka. Los emperadores etíopes en oriente. Y siempre me va a faltar alguien.
– ¿Por qué el Mansa Musa y no Sunyata?
– Es a discreción, pero Mansa Musa se hizo famoso en el mundo, figura en un Atlas de un mallorquín.
– Sí, el atlas de Abraham Cresques… Que hablaba de su oro…
– Exacto, en el mapa de Abraham de Cresques aparece con una pepita y un cetro… Y corona de oro. Si bien Sunjata es el fundador del Imperio y la gesta del mandén, etc. Musa peregrinó a La Meca, haciéndose conocido por todos los lugares que atravesó, especialmente en Egipto donde provocó impacto económico.
– Cierto. Se habla de su riqueza. Además, es considerado el hombre más rico de la historia.
– Sí, anduvieron circulando las notas sobre qué sería el equivalente a hoy. Sería más rico que Zuckerberg. Otro dato: se aventura con que en época del reinado del Mansa Musa se realizó un viaje de exploración a América, siglo XIV, sería con una diferencia temporal muy anterior a los viajes ibéricos.
– Sí, he leído algo sobre esa teoría. ¿Tú que opinas?
– Que no está debidamente probada, son especulaciones. Había una tesis pero no sé en qué quedó, data de los 70.
– Sí, es una teoría que no se suele tomar muy en cuenta. ¿Qué le falla?
– Evidencia histórica, supongo. Deberían encontrar restos de sus embarcaciones en territorio americano…
– Yo he leído artículos donde comparan el arte africano con el arte americano pre-colonial. Por ejemplo, máscaras del imperio de Mali con máscaras aztecas, mayas, olmecas…
– La expedición puntualmente decía haber llegado a algún punto del Caribe. Después están esas famosas cabezas olmecas y su «extraño» parecido con arte escultórico de África occidental. Siempre están esas teorías, pero lo importante es preocuparse por la influencia que dejó el gran delito, la esclavitud y trata.
– ¿Qué cambió en las culturas africanas a raíz de la esclavitud?
– La concepción de la vida, la autoestima. Pero, en el caso de los exitosamente trasladados, el orgullo de haber sobrevivido al periplo. Se introdujo el concepto de Diáspora.
– ¿Crees que debe haber reparación?
– Sí, tema espinoso. En el Caribe la están buscando.
– ¿Cuál es tu posición al respecto?
– Que se deben agotar todas las instancias para demandar indemnizaciones… Y reparaciones. Que es un reclamo justo.
– ¿Por qué se ha condenado en muchos casos la esclavitud pero no se hace ninguna Ley de Memoria Histórica ni se repara?
– La falta de organización de un movimiento que exceda un marco regional, tal vez. Sin embargo, la Conferencia de Durban la condenó, lo que pasa es que transcurren 15 años y las reparaciones no llegan. Me parece que es un problema de articulación.
– Pero Europa y Occidente también tienen que ver…
– Sí, se van a negar, trabar, retrasar. Aprovechan las divisiones en sus filas, etc.
– ¿Y por qué no desean reparar?
– Porque el costo económico sería considerable. Lo mismo que aconteció cuando debieron indemnizar a amos cuyos esclavos habían sido emancipados.
– ¿Y, en caso de reparar, acabarían con alguno de los problemas de África, o crees que el dinero iría a parar a saco roto?
– Más lo segundo.
– ¿Existe actualmente algún político africano que mire por África y por la población de su país?
– Mugabe dice hacerlo, pero no lo creo. Rotundamente no lo veo así.
– ¿Por qué?
– Dice tener una política pro-africana, pero es un déspota senil. No veo líderes africanos hoy como a la altura de aquéllos de la generación de la independencia. Si no están inmersos en escándalos de corrupción o abusos de poder, están con objetivos más modestos, sin miras regionales o continentales. O, en más de un caso, atentos a ver la forma de arreglar los desastres de gestiones y/o conflictos precedentes. No se me ocurre ninguno que esté a la altura de Senghor, Mandela, Nyerere, etc. Ni ninguno que destaque a nivel internacional. Si llegan a hacerlo es más por razones negativas.
– ¿Y por qué crees que sucede?
– La ilusión y el optimismo tras las independencias se quebraron, puede que sea una continuidad de ese hecho. En efecto, muchos hablan de «afro-pesimismo».Pero tampoco hay que quedarse solo con lo negativo. Tal vez el neocolonialismo explique ese cuadro, también, no es un solo motivo para algo tan complejo.
– Pero es curioso que, a pesar de ese afro-pesimismo, no surja algún presidente como los que has nombrado entre los 55 Estados que forman África.
– Sí, por eso vale la explicación, pero si te vinculás al afro-pesimismo, no hay nada bueno en África, y sí hay elementos positivos.
– Deberían reivindicarse esos elementos positivos.
– El periodismo ordinario no lo hace.
– ¿Existe algún periódico africano que lo haga?
– Los que conozco están más abocados a las realidades nacionales de los países en donde se los escribe. Pero de vez en cuando te encontrás con alguna buena nota en la prensa occidental seria, sobre África.
– Pero suelen ser más blogs personales o de esos diarios quiénes lo hacen que el propio diario en sí…
– Claro… Hay algunas notas positivas, pero son de corresponsales o alguien que la escribió ad hoc. No abundan, puedo resumir.
– Y los africanistas serios no deben tener medios para montar un medio con la suficiente proyección, ¿no?
– No, y tampoco hay interés por fuera. ¿A quién le importa Nigeria, Mozambique cuando los tiroteos son en Orlando, Texas, etc.? Hoy se cumplieron 26 meses del secuestro de Boko Haram. La memoria es selectiva, y con África aún más.
– Si fuera en París todos los medios occidentales hubieran hablado de ello.
– Seguro. Hubo una masacre al estilo Orlando hará unos días en Veracruz, México, ¿has leído, visto, oído? Aunque no sea África.
– Poca cosa, la verdad.
– Por eso, es lo que vende más lo que importa como noticia. África es el mejor ejemplo de noticias sumamente invendibles, salvo raras excepciones como hace dos años el secuestro en Chibok.
– Parece que lo que venden es solamente exotismo y miseria.
– O sangre, muerte, conflictos, catástrofes.
– No importan las personas, sólo el beneficio. Anteponen ciertas imágenes, aunque sean falsas, por el bien del negocio, a las verdaderas imágenes por el bien de África.
Sí, lo que mide es el rating. Después está la otra visión de África contribuyendo a la gala de la imagen de paternalista de Occidente como benefactor, dador de ayuda, de los africanos como sujetos desprovistos de toda iniciativa que piden a gritos ayuda.
– Como en la mayoría de países hoy en día lo importante son los datos macroeconómicos…
– Sí… y las audiencias.
– ¿No crees que las grandes ONGs hacen el trabajo sucio de los Estados africanos, llenando así el hueco que estos dejan al no cumplir con sus obligaciones hacia sus ciudadanos?
– Sí, al margen de que varias de ellas tengan intenciones nobles. Se ve más en el caso de Estados colapsados. Que son más fuertes las colectas en Estados que se encuentran en un estado calamitoso, pienso, en RD del Congo y su conflicto en el este.
– Ponme un ejemplo.
– MSF con el caso del ébola, cuando los gobiernos de los tres países más afectados estaban desbordados. Estuve en España y observé considerable publicidad en la calle.
– ¿Allá en Argentina existe tal cantidad de publicidad sobre ONGs?
– Se ve mucho en redes sociales, no sé si tanto en la calle. Siempre aflora cuando pasa alguna desgracia.
– Lo último que dices es cierto, ¿pero el resto del año…?
– La verdad que no veo demasiado. No sé si en Europa, en general, hay más conciencia. Pero bueno, imagínate acá la poca importancia que le pueden haber dado a algo tan remoto, a juzgar para el argentino, como el ébola. Salvo cuando cundió la alarma porque detectaron un presunto caso en el norte nuestro. Y empezaron, Brasil, Venezuela, etc. El 99% falsas alarmas.
– ¿Nadie en Argentina financia para investigar en África?
– Poco y nada.
– Hasta aquí es todo. Si deseas aportar algo más sobre alguna cuestión tratada o algo que haya quedado en el tintero…
– El Apartheid. Se cumplen 40 años de Soweto… Y está el movimiento estudiantil en efervescencia. Lo que demuestra que el Apartheid sigue bajo otro ropaje. Las diferencias socioeconómicas no han desaparecido.
– Ni las raciales…
– No, las raciales van a tono de las otras. Generalmente los sectores más bajos son los negros. Pero legalmente no. Está entre los principales países más desiguales del mundo. Más el año pasado el tema de la xenofobia. Con razón Mandela decía la «Nación del Arco Iris». Diversidad, y también variedad de problemas.
– A eso me refería. La población negra sigue siendo la más pobre.
– Desde ya…Creo que con eso estamos, ¿ok?
– De acuerdo. Muchas gracias por tu amabilidad y tan grata conversación. Esperamos contar contigo más adelante. Gracias.
– Cuando necesiten algún escrito, me avisan y sin problema. Abrazo y saludos.
– Saludos, amigo.
Por Antonio J. López
http://ceaboletin.blogspot.com.es
Centre d´Estudis Africans i Interculturals l Nº 21
Fundación Sur
Omer Freixa colabora con Fundación Sur y se pueden leer sus artículos en Bitácora Africana
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