Conocimiento y magia , por Bartolomé Burgos

21/02/2017 | Bitácora africana

Léopold Sedar Senghor y algunos otros afirman que el conocimiento de los africanos es ante todo intuitivo.

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¿Cuál sería la diferencia entre conocimiento africano y occidental?

Según estos autores africanos, la forma de conocimiento occidental es analítica, discursiva y abstracta y aspira a controlar la naturaleza.
Mientras que la forma africana de conocimiento sería intuitiva, emocional, y aspira a tener una relación fe afecto con la naturaleza, más que a controlarla.
Aunque insistan en el aspecto intuitivo del conocimiento africano, también afirman su carácter evidentemente racional. El sujeto que conoce y el objeto conocido estarían así unidos en una especie de fusión.

La dificultad inherente a esta forma intuitiva y emocional del conocimiento es el hecho de que las ciencias positivas necesitan analizar claramente el objeto de conocimiento para conocer las leyes naturales que lo rigen y así poder controlarlo y transformarlo.

¿Qué papel juega la magia en el pensamiento africano?

Un aspecto importante del pensamiento africano es su insistencia en la causalidad mágica.

El pensamiento moderno da por sentada la causalidad natural: Existe una serie de causas que se suceden con regularidad y que por tanto son predecibles. Por ejemplo si acerco fuego a la gasolina esta se incendia; o si planto semilla de trigo será trigo y no avena lo que crezca.

También los africanos conocen este tipo de causalidad natural, que opera principalmente en la experiencia diaria de lo que percibimos por los sentidos y en la tecnología tradicional.

Sin embargo la eficacia de las causas naturales es de carácter secundario: dependen de la causalidad metafísico-religiosa, o mágica que es la verdadera causalidad última.

¿Cómo actúa esta causalidad?

Dios, los antepasados y los espíritus, los poderes mágicos y otras fuerzas ocultas de la naturaleza, son los verdaderos agentes de la causación y son más bien impredecibles:

La causalidad es la suma total de la variedad de causas posibles, que son libres y a menudo caprichosas.

El elemento azar no está presente en el concepto africano de causalidad. La causación siempre tiene un objetivo aunque éste sea desconocido.

¿Cómo afecta esta manera de ver al conocimiento científico?

Desde el punto de vista del conocimiento, si el modelo explicativo de la «magia» satisface mi necesidad de comprensión y mi curiosidad, me veré menos inclinado a buscar una explicación científica. Es este caso se espera más de la magia que de la ciencia, por lo menos de manera inmediata. Por consiguiente el esfuerzo científico se verá disminuido.

Esta mentalidad mágica sigue vigente entre los africanos,; incluso entre bastantes personas educadas.

Autor

  • Bartolomé Burgos Martínez nació en Totana (Murcia) en 1936. Sacerdote miembro de la Sociedad de Misiones de África (Padres Blancos), es doctor en Filosofía por la Universidad Gregoriana de Roma, 1997. Enseñó filosofía en el Africanum (Logroño), en Dublín y en las ciudades sudanesas de Juba y Jartum. Fue fundador del CIDAF (Centro de Información y Documentación Africana) a finales de los setenta, institución de la que fue director entre 1997 y 2003.

    Llegó a África con 19 años y desde entonces ha vivido o trabajado para África y ha visitado numerosos países africanos. De 2008 a 2011 residió en Kumasi, Ghana, donde fue profesor de filosofía en la Facultad de Filosofía, Sociología y Estudios Religiosos de la Universidad de Kumasi. Actualmente vive en Madrid y es investigador de la Fundación Sur.

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