Congo-Kinshasa: Del imperio al reino lunda – La organización del poder y el papel desempeñado por las mujeres

12/05/2009 | Crónicas y reportajes

Kinshasa — Según la tradición, el imperio nace en el siglo XVI cuando un grupo de descendientes del imperio Luba, dirigido por Ilunga Tshibinda, hermano o sobrino del emperador Ilunga Kalala, emigra hacia el Oeste y llega a la tierra de la confederación Lunda o Ba Lunda, situada en el Kasai superior al suroeste de Katanga. Ahí toma como esposa a la reina Lueji (Rwej), hija del rey Konde de los Bungu, jefe de la confederación, que le entrega el brazalete sagrado «Rukan», como símbolo de realeza. Su hijo Yao Nawedji (de 1660 a 1675) toma el nombre de Mwant Yav (venerable Yav), que en adelante conservará el título de soberano Lunda. Lueji, estéril, según se dice, es la madre simbólica del imperio. Y es una mujer llamada Kamonga la progenitora del heredero. La Confederación de los Balunda. El nombre de Lunda que significa «amistad» fue tomado en la segunda mitad del siglo XVI por los jefes Bungu instalados en el suroeste de la actual Katanga.

ORGANIZACIÓN DEL PODER

El imperio y el reino lunda estaban considerados los mejor organizados de África antes del la Conferencia de Berlín. Las mujeres también podían ejercer el poder. Disfrutaron de una gran prosperidad gracias a sus contactos privilegiados con socios comerciantes, principalmente, árabes y portugueses. La captura y posterior ejecución de los jefes que se habían rebelado contra el poder colonial, que resultó de la Conferencia de Berlín, fueron la clave de la decadencia del imperio.

El poder es una monarquía de obediencia democrática. El emperador es elegido por un Consejo imperial compuesto por personalidades (en Tubung) que responden a criterios espirituales, intelectuales, físicos y morales, y por representantes de los tribunales de todas las otras tribus que forman parte del imperio. Este Consejo está a su vez bajo la autoridad del Gran Consejo de la emperatriz Rwej, madre del imperio. El emperador debe rendir cuentas al Consejo imperial de todas las acciones llevadas a cabo y las decisiones, siempre colectivas, se toman tras largos debates y después se someten al culto de la emperatriz «N-a-Rwej» para su aprobación y bendición. Los responsables del culto transmiten la decisión al emperador que la anuncia públicamente y ordena su aplicación. Este último no es más que un ejecutor, pero es un ser sagrado porque lleva los símbolos, entre los cuales destaca el brazalete de cobre « Rukan» (o Lukano), que portará durante todo su reinado, es decir, durante el resto de su vida, pues «se muere en el poder, para el poder y por el poder en el seno de la dinastía de los Mwant Yav del imperio Lunda».

Si emperador viola el juramento sagrado o las leyes que aportan armonía y fuerza al imperio, o se muestra incompetente, pueden condenarlo a muerte, pues no puede dimitir. La única forma de arrebatar el puño al Rukan sería con su ejecución llevada a cabo por la emperatriz Rwej que es la única que tiene el derecho de tocarle. De hecho, es ella la que transmite el poder a través de los guardianes del Templo sagrado. La transmisión de poder tiene lugar en el santuario de culto de la emperatriz, en el corazón de la isla sagrada de Kwi’n Kalany. Muchas de estas tradiciones relacionadas con la realeza se remontan al primer milenio a.d.c.

LAS MUJERES DESEMPEÑAN UN PAPEL IMPORTANTE

A pesar de la influencia patrilineal luba, el régimen real lunda siempre ha conservado un componente matrilineal, como muestra del papel de la emperatriz en la transmisión del poder. El papel de Rwej ha sido tan importante que durante mucho tiempo la Swand Murund ha acabado portando el título de Rwej puesto que es esta última la que históricamente fue madre simbólica de los Lunda, una de las noblezas que corresponden a las mujeres, en el origen de la institución.

En efecto, se nombraron dos dignatarias femeninas en la Corte de Mwant Yav: la Swan Murund o la madre del costado derecho, madre simbólica de la sociedad perpetuando el papel de la estéril Rwej, y la Rukonkesh o madre del costado izquierdo, reina madre encargada de educar a los niños y así perpetuar el oficio desempeñado por Kamonga, progenitora de los sucesores. Junto a estas dos dignatarias femeninas estaban la Mwadu y la Temena, primera y segunda esposa del rey, respectivamente.

Hay que remarcar que en la política, en la tradición lunda, la feminidad desaparecía delante de la virilidad. Las menstruaciones, que obligaban a Rwej a hacerse reemplazar por su marido, acabaron significando un cambio que quedó para la posteridad.

EXPANSIÓN Y COMERCIO

El imperio se desarrolla rápidamente, ayudado por el comercio y las expediciones militares. Siempre se trató de una confederación en la que el emperador delegaba su poder en los jefes políticos de los diferentes grupos, llamados Ayilol; entre los cuales los más periféricos, sometidos durante la expansión, llevaban un tributo. El emperador, que presidía desde la capital Musumba (campamento), era elegido por un consejo de sabios. Así pues, aunque su función no era biológicamente hereditaria, el nuevo emperador sí volvía a tomar el nombre, la personalidad y parentela del emperador que le precedía, que eran los del primer Mwant Yav, asegurando de esta manera una continuidad simbólica. Esta práctica, asociada a la flexibilidad en la elección del heredero efectivo, habría asegurado una estabilidad del imperio Lunda con la que no había contado el de los Luba.

El imperio desempeñaba el papel de bisagra comercial entre las regiones colindantes. Exporta principalmente marfil, cobre, sal y esclavos, e importa armas de fuego y tejido. El swahili era la lengua de los nobles y los comerciantes, que probablemente también conocían el alifato (alfabeto árabe). De esta manera Lunda se extiende hacia lo que hoy en día es Angola, y luego hacia el este hasta el lago Moero.

El comercio con los portugueses comienza en 1650. A finales del siglo XVII, sus contadores controlan la distribución de cobre del este de Angola y el grupo del lago Moero y del valle Luapula. En Mwata Kazembe, suministra sal de las marismas de Lufira mientras controla el marfil y el comercio con la costa este y la península árabe. A mediados del siglo XVIII, el imperio domina la extensión entre el lago Tanganika y el río Kwango.

El control del comercio exterior se convierte en una función esencial de la realeza. Venden los esclavos en Luanda (para Brasil) y en los alrededores del lago Bangwelo (para Mozambique y Zanzíbar y la península árabe). Las principales importaciones son de armas y tejido.

La prosperidad del imperio alcanza su apogeo hacia mediados del siglo XIX. En 1789, el explorador portugués Francisco María Cerdas visita el imperio Lunda y relata de vuelta a Europa las riquezas mineras de la región.

DECADENCIA

En la segunda mitad del siglo XIX, el imperio se convierte en reino con Msiri como rey. Nacido alrededor de 1830, Msiri pertenece a la gran tribu de los Wa Nyamwezi, en el oeste de Tanganica, que adquirió una posición importante en el comercio con los árabes de la costa este.

Hijo de un jefe de caravana que sintió la importancia económica de una región en la que abundaba el marfil, el cobre y los esclavos, Msiri obtiene, hacia 1858, la autorización de su padre para quedarse con una decena de guerreros Nyamwezi a quienes llamará Bayeke (cazadores de elefantes) que se convertirán en Katanga. Al hacerse amigo del jefe Katanga este le entrega una de sus hijas como esposa. Se impone a los jefes vecinos gracias a los fusiles de sus guerreros Bayeke y se refuerza tanto como para derrotar a los Kazembe y así derrocar a Mwant Yav.

Alrededor de 1869, Msiri se entera de la muerte de su padre. Rechaza convertirse en su sucesor y se proclama Mwami (rey) de Garengazé. Instala en Bunkeya su capital. Fundado por un caravanero perfectamente informado sobre las corrientes comerciales, el reino de Msiri logra un rápido desarrollo. Elige fundidores Bayeke que introducen la fabricación de hilo de cobre en lugar de lingotes. Debido a que Kazembe le corta la ruta del lago Nyasa (o Malaui), Msiri hace que sus caravanas de esclavos, marfil y cobre pasen por el lago Tanganica al nivel de Ujiji y, sobre todo, abre una importante ruta comercial hacia Angola.

Sin embargo, este poderoso reino de una aristocracia militar extranjera, se pulverizará rápidamente no sólo por una breve toma del poder por parte del pueblo Chokwe hacia 1880, sino principalmente por la Conferencia de Berlín (noviembre 1884-febrero 1885). La región está dividida en la Angola portuguesa (Lunda Norte, Lunda Sur y Moxico), el Congo belga (Katanga) y Zambia (Kazembe-Zambeze). Y su decadencia ya se hará visible cuando Msiri sea asesinado, el 20 de diciembre de 1891, por el capitán belga Bodson.

En realidad, esta provincia de Katanga no fue sometida hasta 1909, tras la captura y la ejecución de los jefes rebeldes. Sin embargo, el nacionalismo lunda ha continuado manifestándose a través de la tentativa de autonomía local, en este caso la secesión de Katanga a principios de los años 60. Un intento de independencia impulsado por un hermano de Mwant Yav Mushid III, Moise Tshombe que sólo reclutó a sus “policías katangueses” en los territorios Lunda. Desde ese entonces, el imperio Lunda se ha convertido en un reino cotidiano. En la actualidad, los Lunda habitan en la provincia de Katanga y de Bandundu, así como en la Angola oriental.


O.DIOSO /OFM/ CONGO FORUM

Publicado en Le Potentiel, de Congo R.D., el 17 de abril de 2009. En el suplemento, “CONSTRUIRE LA DEMOCRATIE”.

Traducido por Juan Son Ceballos, para Fundación Sur.

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