Congo-Brazzaville: Sassou IV, ejemplo de poder de por vida

7/07/2009 | Opinión

El próximo 12 de julio, los congoleños tendrán que elegir entre “los caminos del porvenir”, el programa político de Denis Sassou NGuesso (DSN), candidato a su propia sucesión y los de sus doce otros competidores. Un remake de lo que ocurrió en las elecciones presidenciales de 1997, y mucho antes, es decir que se trata de elecciones de engaño ya que el que quiere quedarse en el poder está seguro de ganar.

Claro, eso no es algo nuevo en África, ocurre muy pocas veces que un presidente organice elecciones presidenciales para perderlas. Actualmente, Níger se encuentra en una zona de turbulencia, por el “pasotismo” de Mamadou Tandja, en las otras partes del continente, se trate de guardar las formas pero sin embargo con el mismo objetivo: el ardiente deseo de perdurar en el poder. Es cierto que en Níger, donde los fundamentos de la democracia están sólidamente inculcados, este escenario no funcionó, pero casi en todo el continente ha prosperado.

Primero, el poseedor del poder supremo consigue que sus personas de confianza organicen manifestaciones y mítines en los cuales la gente le suplica “que se presente otra vez” para que mantenga la paz, la seguridad y la prosperidad, en resumen, la estabilidad. Luego, después de tergiversaciones y de un falso suspense, decide al final aceptar la voluntad del pueblo. Se organizan elecciones, que consagran la victoria del jefe saliente, y asunto resuelto.

El que sustituyó, durante un corto tiempo, a Marien NGouabi, en la presidencia congoleña en 1977, después de su asesinato, conoce tanto los engranajes que no se preocupa cuando tienen lugar este tipo de elecciones importantes, cuyo resultado se sabe con anticipación. Salvo en 1997, cuando su clarividencia le cogió desprevenido puesto que ganó Pascal Lissouba. Pero sabemos lo que ocurrió después. Una guerra civil mortífera favoreció la vuelta del terrible niño de Oyo mediante las elecciones en 1997.

Así, en vísperas del fallecimiento oficial de su yerno y amigo Omar Bongo Ondimba (OBO), presidente de Gabón, es decir el 6 de junio de 2009, DSN oficializó su candidatura en Brazzaville basándose en los ardientes deseos de su rebaño de fieles y en el postulado de que tiene todavía “que hacer favores al pueblo”.

Diez días antes de las elecciones presidenciales, incluso con 12 adversarios, de los que la mayoría le deben sus éxitos de hoy en día, el jefe de Estado congoleño ya se muestra seguro de que va a ganar fácilmente. Aparte de Mathias Dzon, antiguo ministro de Economía y Hacienda de Sassou, y el general Ngouélondélé, antiguo jefe de Seguridad, todos son comparsas. Y sobre todo, personas influyentes como Moukouéké y Ange Edouard Poungui, no podrán participar a las elecciones por voluntad del Tribunal Constitucional.

El caso DSN demuestra que el poder de por vida tiene para largo en África. Un observador agudo destacó que el premio Ibrahim Mo, el creador de Celtel (hoy en día Zain) que recompensa con millones a los jefes de Estado que aceptan irse voluntariamente, tocará siempre en la zona austral africana (el caso Chissano en Mozambique es un ejemplo), pero difícilmente le tocará a un presidente de África Occidental o Central, porque la alternancia casi no existe. A lo mejor, un día esto será desmentido por Ghana, Malí, Senegal o Burkina. ¡No perdamos esperanza!

De momento, y como verdadero jefe Mbochi, DSN está dispuesto a estrenar por enésima vez este poder que nunca dejó verdaderamente desde la muerte de cierto capitán llamado Ngouabi.

Zowenmanogo Dieudonné Zoungrana

Publicado en L’Observateur Paalga, de Burkina Faso, el 2 de julio de 2009.

Traducido por Stephanie Álvarez, para Fundación Sur.

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