Situación potencialmente explosiva en Guiaro
Es en temporada de lluvias cuando los conflictos entre agricultores y ganaderos son los más numerosos. Los daños ocasionados por el ganado, el 27 de julio 2016 en Guiaro, en la provincia de Nahuri, ha sido el detonante que ha encendido la mecha de la pólvora. Sus consecuencias: decenas de personas sin cobijo. La tranquilidad ha vuelto gracias a una mediación. Pero, ¿para cuánto tiempo?
Casas y chozas destruidas, graneros quemados por el fuego, material calcinado, ganado dispersado. El 28 de julio 2016, es esta desoladora imagen que presentaba el campamento fulani del barrio Koeniasa, en la localidad de Buya, en el municipio rural de Guiaro. En caso de urgencia, estos siniestrados son alojados temporalmente en las aulas del Colegio de Enseñanza General del municipio, pero otras víctimas, por el momento, han sido dadas por desaparecidas. Bandé Sandjo, representante de las víctimas, informó que: “Nuestras madres, nuestras esposas y nuestros hijos están dispersos, y no sabemos dónde están ahora”. Según el alcalde del municipio se contabilizan un total de 127 personas sin cobijo.
Un conflicto que se viene gestando desde hace una década
Esta situación fue causada por un conflicto entre comunidades que enfrentó, el miércoles, 27 de julio de 2016, a los autóctonos gurunsi, la mayoría agricultores, contra los migrantes fulani, en su mayoría ganaderos. La base de este conflicto está en los daños causados por el ganado fulani en los cultivo gurunsi durante el pasado 25 de julio de 2016.
Mientras que las distintas partes solventaban el problema amistosamente, dos días después ocurrió un segundo destrozo de sus campos por los animales.
Encolerizados, la población local realizó una expedición punitiva contra los ganaderos. En realidad, los destrozos en los campos ha sido simplemente la gota de agua que ha colmado el vaso. El origen del conflicto se remonta a 2015, cuando el Estado se comprometió al acondicionamiento de la zona de pastoreo de la localidad de Guiaro. Desde la creación de la zona de pastoreo, el clima es tenso entre agricultores y ganaderos. Ordenados estos últimos a dejar sus lugares de implantación y a regresar a la zona pastoral, que por desgracia se encuentra en vías de acondicionamiento, el Estado aún no ha delimitado esta zona para facilitar el asentamiento permanente de los ganaderos afectados.
Terminar las habilitaciones previstas
El pasado lunes, 8 de agosto, cuando escribíamos estas líneas, las autoridades locales intentaban calmar la situación. Las dos partes se han comprometido a permitir que la paz y la estabilidad de vuelva a la ciudad.
Como recomendación a corto plazo, la Plataforma de Acciones para Asegurar los Hogares Pastorales (PASMEP) estima que para resolver este conflicto de manera sostenible, el gobierno y sus socios deben acelerar los trabajos para terminar y adjudicar la zona de pastoreo. Esto permitirá que cada grupo de actores ocupen las tierras que les corresponden. Más allá de esta situación en Guiaro, el Estado, los asociados para el desarrollo, las colectividades territoriales y las comunidades locales tendrán que poner de su parte en la aplicación efectiva de las diversas leyes y reglamentos relacionados con el pastoreo, las tierras rurales, el medio ambiente, etc.
Recordemos que, el municipio de Guiaro es uno de los seis municipios de intervención de la PASMEP. Otras cuatro agrupaciones de pastores, entre ellas el grupo mixto Konafata de Buya, son objetivo de las actividades puestas en marcha dentro del Proyecto de Capacitación de las organizaciones pastoriles del Centro Sur (PRECOP/CS), financiado por Miséreor. Las víctimas de este conflicto son miembros de la agrupación Konafata.
Fatimata VALEA (Encargada de seguimiento y evaluación de PASMEP)
ABC Burkina (509)
[Traducción, Gonzalo Bonilla]
[Fundación Sur]