Conflicto y postconflicto en Ruanda (1990-2017) (parte 1/6)

23/03/2017 | Crónicas y reportajes

Presentación general

He titulado este escrito “Conflicto y post-conflicto en Ruanda (1990-20017)” para utilizar los mismos términos de las tres jornadas programadas por Medicus Mundi entorno a los conflictos y a las condiciones para su superación y resolución. Quizá el término conflicto resulte excesivamente débil para definir lo que fue una auténtica tragedia. Las imágenes que recordamos de lo que se vivió hace ya más de 20 años; nos impactaron, volvimos a decir NUNCA MÁS y, sin embargo, dramas similares han vuelto a desarrollarse últimamente ante nuestros ojos. Se puede imaginar que tras una tragedia (conflicto) de estas dimensiones, su superación por medio del reconocimiento de la verdad, y la implantación de una justicia reparadora y reconciliadora no debe ser nada fácil; es algo que deseo subrayar desde el principio. Otra cosa que deseo poner de relieve es que he procurado huir del clásico esquema simplificador que asigna a unos el papel de “los malos de la película, verdugos” y a otros “el papel de buenos o víctimas”; reconozco, no obstante, la tendencia que todos tenemos a preguntar y tratar de responder a la pregunta, ante temas complejos, de “¿Quiénes son los buenos y quiénes los malos?”. Trataré de que la abundante información que inevitablemente tengo que dar para explicar la complejidad de las cosas no vaya en contra de la claridad.

Introducción: Contexto geográfico y socio-político de Ruanda en la región de los grandes Lagos a finales de los años 1980.

Ruanda país pequeño enclavado. Régimen mono-étnico (hutu) en crisis

ruanda_vista2.jpgRuanda es un pequeño (26.000 km2) país enclavado en el centro de África en la Región de los Grandes Lagos. Un bellísimo país de colinas (el país de la Mil Colinas), de clima ecuatorial pero moderado por la altura; muy densamente poblado (actualmente unos 11 millones de habitantes). La población está dividida en tres grupos o comunidades humanas (etnias): los hutu, que representan del 80/90%, los tutsi 10/12%, los twa 1%. A finales del siglo XIX Ruanda fue colonizada, primero por los alemanes y luego por los belgas. Los colonizadores respetaron las estructuras socio-políticas que encontraron, una monarquía tutsi, un sistema al que calificaron de feudal; apoyaron y se apoyaron en la aristocracia tutsi, para administrar el país.

Sin embargo, a finales de los años 1950, cuando ya los pueblos africanos colonizados empezaban a reclamar la independencia, Bélgica optó por promocionar a los hutu y apoyar sus reivindicaciones frente a la minoría tutsi. En 1959, se produjo una llamada revolución social hutu, se abolió la monarquía y se instauró la 1ª república. En 1962 Ruanda se independizó y el poder quedó en manos exclusivas del MDR-PARMEHUTU (partido por la emancipación hutu). Muchos tutsi se exiliaron a Burundi, Zaire, Uganda. En 1973 hubo un golpe de Estado, pero el poder siguió siendo mono-étnico hutu. A finales de los años 1980, este régimen entra en crisis: acaparamiento del poder, ya no solo por los hutu sino por los originarios de la zona norte, en detrimento del centro y sur; hambrunas, paro juvenil; corrupción; endurecimiento del régimen.

Región en proceso de cambios: Uganda de Museveni; Zaire de Mobutu

Quiero señalar también que en esta época de finales de los años 1980, se producen cambios en la región; cambios que tendrán su influencia en el devenir posterior de los acontecimientos. En 1986, Museveni, tras unos años de lucha guerrillera conquista el poder en Uganda, con el beneplácito y discreta ayuda de EEUU y Reino Unido. Alcanza el poder gracias al protagonismo militar de miles de ruandeses exiliados en Uganda, hijos de los refugiados tutsi de los años 1960. Por otro lado, en el gigantesco vecino Zaire, Mobutu empieza a dejar de ser el peón occidental en el centro de África (la guerra fría se acaba) y resulta ya un socio indeseable, y Zaire es una pieza geoestratégica y económica (riquezas enormes) importante. EEUU empieza a interesarse por África y está preocupado por la temida expansión del fundamentalismo musulmán en África, a través del Sudán. Trata de promover regímenes políticos africanos amigos. Uganda era considerada por los lobbies protestantes americanos, la extrema-derecha cristiana, como un país estratégico en la lucha contra la expansión del islamismo y en torno a la influencia de Museveni podía extenderse en la región de los Grandes Lagos un cordón de contención.

Asunto de refugiados tutsi en Uganda desde los años 1960, sin resolver.

A pesar de varios intentos de solución, el tema del regreso y reinstalación en Ruanda de los ruandeses tutsi exiliados desde los años 1960 en Uganda sigue sin resolverse. Por otra parte, en Uganda los “autóctonos” se muestran cada vez más molestos por la presencia y ocupación en puestos relevantes políticos y militares de los ruandeses tutsi y presionan a Museveni.

En este contexto (crisis interna en el régimen ruandés, cambios en la región, refugiados tutsi deseosos de regresar a Ruanda) estalla el primer capítulo del conflicto.

1) Invasión de Ruanda el 1.10.1990 desde Uganda por el FPR.

Qué es el FPR (Frente patriótico Ruandés)

El Frente Patriótico Ruandés (FPR y su ejército APR) es un movimiento político-militar formado fundamentalmente por los tutsi que se exiliaron a Uganda en los años 1960. Se produjeron también incorporaciones de otros tutsi exiliados en Burundi, de jóvenes tutsi zaireños (los banyamulenge) e incluso opositores hutu al régimen de Habyarimana, presidente de Ruanda. Los mandos de su ejército (APR) eran oficiales ruandeses de las fuerzas armadas ugandesas. El general Fred Rwigema – que dirigió el ataque – era jefe de estado-mayor adjunto del ejército ugandés; Paul Kagame, que le sustituyó (Rwigema murió en extrañas circunstancias el día siguiente de la invasión), era el jefe de los servicios secretos militares de Uganda. Lo mismo sucedía con soldados, suboficiales y oficiales. Esta invasión y la guerra posterior en Ruanda con la colaboración/connivencia del régimen ugandés que ofreció logística, material, tropas y territorio de avance y repliegue al FPR es la razón por la que durante mucho tiempo se ha considerado a Paul Kagame, presidente de Ruanda, como un hijo-discípulo de Museveni. Esta íntima relación se quebrará posteriormente cuando maestro y discípulo competirán violentamente en el Congo en su deseo de convertirse en gendarmes y controladores de la región de los Grandes Lagos.

¿Movimiento de liberación contra un régimen autoritario o reconquista de un poder tutsi perdido en los años 1960?

El FPR se presentó, y así fue calificado en aquel momento, como un movimiento político-militar que luchaba contra la dictadura de Habyarimana, que además de reivindicar y resolver el retorno y reintegración de los tutsi, constituía un movimiento de liberación y de implantación de la democracia en Ruanda. No pocos intelectuales y partidos opositores del interior del país, partidos en gran parte hutu, descontentos con la deriva autoritaria del régimen acogieron la invasión con esperanza e, incluso, establecieron posteriormente relaciones de colaboración con el FPR. La invasión sorprendió al régimen, quedó desconcertado; interpretó que más allá de las proclamas y palabras la invasión escondía el propósito por parte de los tutsi de recuperar por la fuerza el poder perdido en los años 1960 y reinstaurar un régimen discriminatorio contra los hutu; se trataba de una revancha. No está de más señalar que estas dos interpretaciones de lo que sucedía y fue sucediendo posteriormente encontraron en Radio Muhabura, defensora de la invasión tutsi y de sus proyectos y Radio Mil Colinas, defensora de la causa hutu anti-tutsi, unos medios de propagación/propaganda de gran influencia popular. La radio ha tenido y tiene en África una gran influencia en la configuración de una opinión pública.

Incomprensible silencio regional e internacional

Lo que resulta muy difícil de entender es que ante una flagrante invasión militar de un país, ni regionalmente ni internacionalmente hubiera una condena o una reacción que fuera más allá de las palabras o la retórica. Se miró a un lado, lo que fue interpretado como una tácita aprobación de lo sucedido.

Fracaso de la invasión, pero ocupación de parte del norte de Ruanda.

Todo parece indicar que el FPR, bien informado de la debilidad militar del régimen de Habyarimana, estaba convencido de que el camino a Kigali sería rápido y de que el régimen se derrumbaría. Se equivocó. Habyarimana pidió apoyo a Francia, con quien en su día había firmado un acuerdo de colaboración militar, y la invasión quedó derrotada y frenada. El FPR, que perdió al general Rwigema, puso a la cabeza de su ejército a Paul Kagame, en ese momento formándose en una academia militar en EE.UU., y se vio obligado a repensar su estrategia. Más de uno piensa, pensamos, que la virulencia del sentimiento antifrancés del gobierno actual tiene su origen en esta inesperada derrota, achacable al apoyo militar francés para sostener el régimen hutu.

Ramón Arozarena

Autor

  • Catedrático de Francés, jubilado.

    Cooperante con su mujer en Ruanda, como profesores de la Escuela Normal de Rwaza, de 1969 a 1973.

    Coordinador de la red de escuelas primarias en los campos de refugiados ruandeses de Goma (Mugunga, Kibumba, Kahindo y Katale), en 1995, con un programa de Caritas Internacional.

    Observador – integrado en las organizaciones de la sociedad civil congoleña – de las elecciones presidenciales y legislativas de la República Democrática del Congo, en Bukavu y en Bunia, en julio y octubre de 2006.

    Socio de las ONGDs Nakupenda-Áfrika, Medicus Mundi Navarra y colaborador de los Comités de Solidaridad con África Negra (UMOYA).

    Ha traducido al castellano varios libros relativos a la situación en Ruanda.

    Ha escrito y/o traducido para CIDAF (Ahora Fundación Sur) algunos cuadernos monográficos sobre los países de la región de los Grandes Lagos.

    Parlamentario por Euskadiko Ezkerra, entre 1987-1991, en el Parlamento de Navarra.

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