El próximo mes de abril participaremos en el ciclo de conferencias “Historia y Cristianismo” que organizan el Instituto Bíblico y Oriental y el Estudio Teológico Agustiniano en Valladolid. En nuestra intervención, titulada Los orígenes del cristianismo en Etiopía, analizaremos de manera muy amena las consecuencias que tuvo la entrada del cristianismo en Aksum de la mano de Frumencio y Edesio, evangelizadores de origen tirio, cuáles fueron las motivaciones político-religiosas que facilitaron su buena acogida en el país, y también su desarrollo histórico en los primeros siglos.
El impacto de la nueva fe fue tal que hacia el año 330 el rey Ezana la declaró religión oficial del reino de Aksum, siendo la segunda nación del mundo en hacerlo, tras Armenia, y antes que el propio Imperio Romano. Durante el siglo V, una oleada de evangelizadores de origen romano oriental, los Nueve Santos Sirios, impulsarán la fundación de monasterios que actuarán como centros de evangelización del mundo rural aksumita, entre ellos el espectacular cenobio de Debre Damo.
La vinculación de la iglesia copta egipcia y la etíope se refuerza cuando ambas abandonan el credo niceno en el concilio de Calcedonia, en el 451, para mantener su dogma monofisita. Durante toda la Edad Media el cristianismo se mantendrá fuertemente enraizado en el país, a pesar de que poco a poco se verá rodeado por vecinos musulmanes hostiles, aislando al país del resto de la cristiandad. Este aislamiento se tradujo en el singularísimo cristianismo etíope, donde la influencia judaizante es palpable en muchos aspectos. Hoy en día, el cristianismo ortodoxo tewahedo (unitario) goza de buena salud, siendo la fe del 60% de la población de Etiopía y del 50% de los eritreos.
Original en : El Reino de Aksum