La presentación del nuevo liderazgo y la adopción del proyecto de declaración final son hoy los platos fuertes en el último día de la 12 Conferencia Nacional del Congreso de los Sindicatos de Sudáfrica (Cosatu).
A la reunión, que se celebra desde el lunes en el centro de convenciones Gallagher, en Midrand, al norte de Johannesburgo, asisten alrededor 2.500 delegados en nombre de los más de un 1.800.000 miembros de la confederación obrera.
La cita analizó temas políticos, económicos, la vida interna, luego de una arrancada difícil debido a dilaciones por el intento de un grupo de afiliados de retirarse y la falta de acuerdo con la candidatura de la segunda vicepresidenta, Zingiswa Losi.
Pasado este capítulo, el encuentro deja el sabor de la amplitud de los debates y la energía que caracteriza al movimiento obrero sudafricano. Las sesiones fueron constantemente interrumpidas por los cantos y bailes de lucha y arenga.
También queda claro que los desafíos actuales no pueden ser resueltos por las tácticas y recursos de los años pasados, necesitan soluciones del siglo XXI, como dijo ante el plenario la ministra de Trabajo, Mildred Oliphant.
Uno de los principales retos es mantener la unidad de Cosatu -uno de los ejes de la triple alianza de gobierno desde 1994- tras un período de pugnas y divisiones internas.
El congreso de Cosatu tiene lugar en el año que cumple su aniversario 30. El presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, expresó en el discurso inaugural que a la unidad tendrán que darle la máxima prioridad dentro de la organización.
A juicio de observadores, la mayor federación sindical del país ha pasado por una notable evolución, librado muchas batallas y mantiene un discurso coherente con la transformación en Sudáfrica.
Prensa Latina
(Fundación Sur)