Cómo Uganda y ACNUR han fallado a los refugiados

23/01/2019 | Opinión

El gran fraude y la corrupción en las operaciones de Uganda tendrán un alto costo para todos los refugiados.

logo_campo_de_refugiados.jpg Uganda alberga la mayor población de refugiados de África y se anuncia como un modelo de políticas progresivas de refugiados. Pero los informes de 2018 han revelado fraude y corrupción dentro de las operaciones de refugiados en Uganda. Los 1.15 millones de refugiados que dependen de 1.86 mil millones de dólares para 2019 serán los más perjudicados si los países donantes siguen adelante con sus amenazas de retirar los fondos. En un momento en que los sentimientos contra los refugiados aumentan y las protecciones de los refugiados se reducen globalmente, el mundo necesita desesperadamente ejemplos positivos y una historia de éxito africano caído en desgracia podría dañar la voluntad política en temas relacionados con los refugiados. Tanto la Agencia de Refugiados de las Naciones Unidas (ACNUR) como el gobierno de Uganda deben reafirmar con urgencia sus compromisos con la situación actual de los refugiados, mejorar la administración y trabajar diligentemente para demostrar que los enfoques sólidos de refugiados pueden beneficiar a todos.

El 27 de noviembre de 2018, la Oficina de Servicios de Supervisión Interna de las Naciones Unidas presentó una auditoría interna sobre las operaciones de ACNUR en Uganda. Al cubrir el período comprendido entre el 1 de julio de 2016 y el 31 de diciembre de 2017, el informe reveló que la agencia desperdició decenas de millones de dólares y operaciones críticamente mal administradas, estos incluyen gastos «excesivos» en agua, camiones y carreteras, pagos a funcionarios públicos «fantasmas», irregularidades en las adquisiciones y pagos excesivos de los costos del IVA que rondan los 10 millones de dólares. La auditoría reveló también que los representantes de ACNUR almacenaban productos destinados a los refugiados, entre ellos mantas, carretillas, aparatos de cocina, lámparas solares, etc. por un valor de más de 10.000 dólares, pero además, el informe destacó los acuerdos inapropiados entre ACNUR y la Oficina del Primer Ministro (OPM). La auditoría siguió a las acusaciones hechas en febrero de 2018 sobre que en Uganda estaban inflando el número de refugiados.

A lo largo de 2018, ACNUR intentó distanciarse de las acusaciones a través de una serie de declaraciones cuidadosamente redactadas, negando cualquier fraude o abuso. Apenas tres semanas después del informe de auditoría, la agencia lanzó su plan de respuesta para 2019, incluido un presupuesto de 1,86 mil millones de dólares.

Uganda tiene la mayoría de los refugiados de cualquier país africano y la acogida de refugiados es una de las políticas nacionales centrales del país, por lo que han utilizado esta plataforma para obtener capital político y recaudar fondos sustanciales. Pero una de las preocupaciones más grandes por parte de la esfera internacional es el hecho de que Uganda se ubica en el puesto 151 de 180 según el Índice de Corrupción de Transparency International. A pesar de ello, ninguna financiación ha sido retirada oficialmente hasta la fecha por parte de los cuatro grandes donantes: Gran Bretaña, la Unión Europea, Alemania y Estados Unidos, que aportaron aproximadamente el 80% de la financiación de 2017. Sin embargo, el 14 de diciembre, los jefes de misión de 16 países donantes emitieron una declaración pidiendo el procesamiento de los responsables de abusar de los fondos e inflar el número de refugiados. Y según datos recientes, Gran Bretaña, Estados Unidos y la U.E. han amenazado con retirar las ayudas en febrero.

campo_de_refugiados_uganda_.jpg ACNUR comprende la implacable presión sobre la protección de los refugiados y la profundidad con que este tipo de escándalo puede erosionar la confianza del público y de los donantes. La malversación de fondos y el robo de suministros a personas vulnerables es especialmente siniestra cuando es perpetrada por la principal agencia de refugiados del mundo y es inevitable que sea utilizado por las partes que buscan recortar la protección o el apoyo a los refugiados. Por otra parte, el gobierno ugandés debe investigar y procesar a los funcionarios que abusaron de los fondos y tratar la situación de los refugiados con el cuidado que requiere o se arriesgará a perder miles de millones en fondos humanitarios que dañarán las perspectivas de los refugiados y los nacionales por igual.

En lugar de retirar o recortar su apoyo, los donantes deberían exigir una mejor rendición de cuentas. Uganda aún alberga a 1,15 millones de refugiados, una tercera parte más que cualquier otro país del mundo y sus fronteras siguen abiertas a nuevos refugiados. Siendo de los países menos desarrollados, se mantiene en una posición única que demuestra que todos los países pueden alojar, proteger e integrar a los refugiados y contrarrestar las falsas percepciones de que estos representan amenazas para la seguridad.

Aimée Noël Mbiyozo

Fuente: Issaafrica.org

[Edición y traducción, Judit Serra Ballester]

[Fundación Sur]


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