Los primeros días hábiles del año permiten una evaluación sobria de lo que funcionó en el año anterior y lo que no. Las economías africanas, que los inversores estaban vigilando en 2017, estaban ansiosas por aprovechar las fuentes de energía renovables y fortalecer sus sectores manufactureros. Quartz* echó un vistazo a cómo prosperaron las economías africanas en 2017. También analizó si Nigeria, Sudáfrica y Angola tuvieron un año tan malo como se esperaba.
Costa de Marfil
Costa de Marfil no pudo mantener su liderazgo como la economía de más rápido crecimiento después de que se vio superada por el auge de Etiopía. A lo largo de 2017, las estimaciones de crecimiento anual del país rondaron el 8%, pero la confianza de los inversores se vio sacudida por la amenaza de los soldados que se amotinaron.
El presidente Alassane Ouattara pudo sofocar la amenaza antes de diciembre con la oferta de pagar a los soldados como parte de un plan de retiro voluntario. Sin embargo, ese esquema de jubilación no puede sostenerse. En enero del año pasado, se les pagó a los soldados para que terminaran con un breve levantamiento, y en mayo el estado se vio nuevamente obligado a negociar con los soldados que tomaron partes de la segunda ciudad más grande, Bouake.
En lugar de mantener contentos a los soldados, el enfoque de Costa de Marfil debería haber sido la promulgación de su Plan Nacional de Desarrollo, que supuestamente ayudaría al país a completar grandes proyectos de infraestructura y diversificar su economía. Una gran parte del plan fue la ambición de pasar del mayor exportador mundial de cacao crudo a la fabricación y comercialización de su propio chocolate. Si bien se han hecho algunos progresos, los precios del cacao han caído y los agricultores temen que un diciembre y enero inusualmente calientes podrían perjudicar sus cultivos; lo que demuestra que Costa de Marfil no ha djado de ser en sí un exportador de materias primas.
Senegal
Senegal concluyó el año con la inauguración de su nuevo aeropuerto que las autoridades esperan sirva a 3 millones de pasajeros, un sello distintivo de los constantes y positivos registros de crecimiento del país en los últimos años.
En 2016, fue calificado por el Banco Mundial como la segunda economía de más rápido crecimiento en África, validado con el crecimiento económico de este año pasado. En su tercer trimestre de 2017, la economía de Senegal creció a una tasa del 7,1%, su mayor nivel desde el último trimestre de 2015, cuando alcanzó su punto más alto. Los analistas, como African Economic Outlook, esperan un crecimiento general de hasta el 6,8% en 2017, y han pronosticado un crecimiento del 7% para 2018.
El Plan para una Emergentes Senegal parece estar en marcha y el presidente Macky Sall tiene voluntad para seguir adelante, no sólo en su país sino como un líder en el África Occidental francófona.
Benín
Durante el 2017, la economía de Benin siguió siendo prometedora con su plan «Revelando Benín», que se dio a conocer en diciembre de 2016. En abril, el Fondo Monetario Internacional (FMI) otorgó alrededor de 150 millones dólares a Benin en apoyo del programa. Con un costo estimado de 16 mil millones de dólares, el proyecto «Revelando Benín» pretende completarse para el 2021. Incluye planes para invertir en agricultura e infraestructura y enfocarse en fortalecer su industria del turismo.
En septiembre, el crecimiento del país para 2017 se estimó en 5.4%, desde 4% del año anterior. En diciembre, la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, dijo que pronostica un crecimiento del 6% para 2018. Sin embargo, a pesar de este optimismo, Benin depende mucho de Nigeria, su vecino mucho más grande y económicamente más turbulento, con un 20% de su PIB obtenido del comercio de tránsito y exportación a Nigeria. Una forma de reducir esta dependencia e impulsar la economía principalmente informal sería concentrarse aún más en su industria del turismo.
Togo
Al igual que Benin, Togo entró en 2017 con un plan claro para impulsar su economía. Quizás sea más ambicioso que su vecino, con planes para convertirse en el Singapur de África Occidental. En el centro de estos planes está el Puerto de Lomé, un puerto natural de aguas profundas que podría servir a África Occidental y Central.
Durante el cuarto trimestre los inversores estaban un poco asustados por las protestas populares. Las manifestaciones contra el presidente Faure Gnassingbé han llevado a enfrentamientos mortales y cortes de internet, sin embargo, los partidos de la oposición han sido persistentes en la organización de mítines. Los manifestantes piden que se ponga fin al gobierno de quince años de Gnassingbé y que se ponga fin de manera efectiva al poder de la familia durante medio siglo. No está claro qué pasará con Gnassingbé en el nuevo año. La incertidumbre significa que Togo ya no es la apuesta segura que fue hace unos meses.
Marruecos
Tras la sequía de 2016 que afectó gravemente a la economía, un repunte de la producción agrícola impulsó el crecimiento en 2017, y la producción agrícola representó casi el 15% del PIB. Uno de los destinos turísticos más populares de África, Marruecos también disfruta de un ingreso considerable del turismo.
El país también es un destino popular para la inversión extranjera directa y un número cada vez mayor de compañías Fortune 500 que lo ven como una puerta de entrada a África y Medio Oriente. Todo esto ha visto aumentar los ingresos del gobierno y mantener baja la inflación. También se esperaba que un plan de consolidación fiscal del gobierno redujera los niveles de deuda pública.
A pesar de las buenas noticias, la economía de Marruecos no está fuera de peligro. La exportación de fosfatos y extractivos continuó impulsando la economía, con actividades no agrícolas que crecieron al 3.3% según el Banco Mundial. Los déficits comerciales alcanzaron casi el 20% del PIB, el desempleo juvenil se mantuvo en más del 29%, y la pobreza sigue siendo una gran preocupación en la nación del norte de África.
Nigeria
Después de un año completo de crecimiento negativo en 2016, Nigeria comenzó 2017 con una economía tambaleante. Esto se atribuyó a una caída en el precio del petróleo, la principal exportación de Nigeria, así como al sabotaje militante de las principales instalaciones petroleras, pero fue casi tan crucial la crisis del dólar que golpeó duramente a las empresas locales y a la clase media del país. El primer trimestre de 2017 marcó la pauta para el resto del año. La economía salió de su primera recesión en más de dos décadas y comenzó a recuperarse gracias a un aumento en la producción de petróleo y los ingresos.
Mantener ese crecimiento en 2018 dependerá, una vez más, de la producción y los precios del petróleo, ya que el Banco Mundial proyecta un escaso crecimiento del 1% en 2018. Pero aún queda trabajo por hacer. Con las elecciones presidenciales a principios de 2019, la política económica y las decisiones en 2018 probablemente se sopesarán viendo su conveniencia política.
Angola
Para Angola, 2017 representó un cambio sísmico ya que José Eduardo dos Santos, presidente por 38 años, dejó la presidencia. João Lourenço, el exministro de Defensa, ganó las elecciones presidenciales en agosto. Lourenço ahora tiene la tarea de revivir una de las principales economías petroleras de África.
Al igual que Nigeria, Angola, el segundo mayor productor de petróleo de África, se ha visto muy afectado por la caída de los precios del petróleo. De hecho, la caída en los ingresos incluso ha requerido recortes presupuestarios para servicios esenciales, como la recolección de residuos. Lourenço ya ha dado un paso importante al despedir a Isabel dos Santos, hija de su predecesor, como jefa de Sonangol, la empresa petrolera estatal. Esta decisión vista como la primera de muchas con el objetivo de eliminar el poder de la familia dos Santos mientras busca reconstruir la economía de Angola.
Otro paso que el nuevo presidente podría estar buscando es una devaluación de la moneda de Angola, el Kwanza, como parte de un acuerdo negociado con el FMI. Se espera que la devaluación impulse al sector privado.
Sudáfrica
Sudáfrica tuvo un 2017 difícil con temores tanto por parte de los ciudadanos como de los inversores. Todos los indicadores apuntan hacia una espiral descendente para la economía más avanzada de África. Gran parte de la incertidumbre financiera y económica del país se debe al entorno político.
A principios de este año, el presidente Jacob Zuma despidió al ministro de Finanzas, Pravin Gordhan, lo que provocó una bajada en las calificaciones soberanas y un debilitamiento de la moneda. La incapacidad de poner la promulgación de políticas antes de las luchas políticas internas registró un desempleo récord, una recesión técnica y un profundo pesimismo entre la gente. La elección del empresario Cyril Ramaphosa como nuevo presidente del Congreso Nacional Africano (ANC) a fines de año vio la escalada del rand, pero sigue habiendo incertidumbre.
Con una tasa de crecimiento proyectada del 0.7% y continuas luchas internas dentro del Congreso Nacional Africano, el FMI vio pocas perspectivas de mejora. «A pesar de la fortaleza institucional de Sudáfrica y las condiciones mundiales favorables, el aumento de la incertidumbre política interna y las reformas estancadas apuntan a un panorama económico desafiante», dijo la funcionaria del FMI, Ana Lucía Coronel, al final de una visita en noviembre de 2017.
Lynsey Chutel – Yomi Kazeem – Samira Sadeque – Abdi Latif Dahir – @lynseychutel
* Quartz es una guía de la nueva economía global para las personas que están entusiasmadas por el cambio: negocios, economía, mercados, finanzas, tecnología, ciencia, diseño y moda.
Fuente: Quartz Africa
[Traducción, Muriel balda Aspiazu]
[Fundación Sur]
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