Las plataformas online se han convertido en un sitio importante para el compromiso político y social. Por un lado han sido elogiados por sus características progresivas, esto se debe a que ofrecen un gran potencial organizativo, mejoran la responsabilidad política y perturban las viejas prácticas de los medios de comunicación que tienden a excluir las voces menos poderosas en discusiones sociales y políticas. Por otro lado, han invitado a tomar notas de cautela, ya que las nuevas plataformas mediáticas pueden convertirse en una amenaza para la cohesión social en algunos casos. De manera que, las nuevas plataformas online pueden ser fuerzas poderosas para la democracia, pero por esa misma razón pueden resultar peligrosas para el Estado, y por esa razón países como Uganda, Kenia, Tanzania, Zambia y Gambia han aprobado leyes dirigidas específicamente a los usuarios de las redes sociales, penalizando la libertad de expresión online o haciendo que el uso de las redes sociales sea demasiado costoso para los usuarios.
Sin embargo, las nuevas plataformas de los medios de comunicación son cada vez más utilizadas. Esto se debe a que han permitido que las personas excluidas de la comunicación pública articulen sus temores y deseos de una manera que antes no era posible. El uso generalizado de aplicaciones como Twitter, Facebook y WhatsApp ha sido particularmente instrumentales para incluir una amplia gama de usuarios en las discusiones públicas.
Control del gobierno
Varios gobiernos africanos siguen ejerciendo un enorme control sobre el sector de los medios de comunicación, puesto que el Estado, en muchos casos, sigue siendo el informador más grande en los medios de comunicación en el África Subsahariana, por lo que puede influir en la cobertura y el contenido. Por eso el espacio digital es tan importante, ya que el surgimiento de una estructura de comunicación relativamente nueva, sin restricciones y en gran medida no afectada por el control estatal, ha significado que haya nuevas formas de responsabilizar a los gobiernos. Aunque su popularidad ha provocado reacciones negativas de algunos gobiernos como en Tanzania, por ejemplo, donde los productores de contenido digital, incluidos los bloggers, deben obtener licencias anuales que cuestan alrededor de 900 dólares, o en Uganda, donde los paquetes de datos ahora son mucho más caros, y Zambia, que planea introducir medidas similares. Otros países han sido mucho más descarados en sus esfuerzos por reprimir la libre expresión online. Camerún, Egipto y Etiopía, por ejemplo, han cerrado regularmente las redes de Internet y los usuarios considerados demasiado críticos para el gobierno son arrestados, amenazados o incluso encarcelados.
Sin embargo, es necesario subrayar que las nuevas plataformas de los medios de comunicación son ahora una parte firme de la cultura pública de África y que cualquier intento de detener, frustrar o socavar su importancia en la vida pública está destinado a fracasar.
Fuente: News24.com
[Traducción, Judit Serra Ballester]
[Fundación Sur]
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