Alrededor de 300 personas se manifestaron el día 5 de septiembre, bailando y cantando canciones de libertad, en las calles de la capital de Suazilandia, Mbabane, al comienzo del plan de una semana de protestas contra la última monarquía absoluta de África, la del rey Mswati III.
Suazilandia se tambalea al borde de la quiebra, en una crisis financiera que ha desatado una serie de protestas este año para demandar que el rey Mswati acepte una democracia multipartidista y resuelva la crisis de presupuesto que ha provocado que las escuelas y hospitales del reino se encuentren luchando por sobrevivir.
Un fuerte dispositivo de seguridad rodeó la manifestación, que las autoridades habían intentado detener con una sentencia judicial emitida durante el fin de semana.
Los manifestantes pedían que el gobierno cobrase impuestos a la firma de inversión real, Tibiyo Taka Ngwane, esencialmente controlada por Mswati III y utilizada para financiar su lujoso estilo de vida, incluyendo coches de lujo y los palacios de sus 13 esposas.
La firma tiene acciones en caso todos los sectores de la economía suazilandesa, desde hoteles hasta medios de comunicación. “Tibiyo debería rescatarnos”, decía un cartel que llevaba una profesora, Agnes Mazibuko, que asegura que los recursos de la firma de inversión debe beneficiar al pueblo.
“Se suponía que iba a ser invertido y mantenido en fideicomiso para la nación, para que cuando hubiera crisis como esta, se pudiera utilizar, pero en lugar de usarse para el pueblo es usada para la realeza”, aseguró.
La semana de manifestaciones está organizada por una coalición de movimientos pro-democracia, conocida como Campaña de Democracia en Suazilandia.
Los organizadores esperaban que el martes participase más gente, cuando el plan era que las protestas se llevasen a cabo en una ciudad principal, Mancini. También acusaron a la operadora de telefonía móvil, MTN, de cerrar la red deliberadamente, el día anterior, el domingo 4 de septiembre, para entorpecer las protestas. “No hemos podido comunicarnos con nuestros miembros”, aseguraba Sibongile Mazibuko, Presidente de la Asociación Nacional de Profesores de Suazilandia, una fuerza motriz tras las protestas.
Mswati III tiene participación en la subsidiaria suazilandesa de la operadora surafricana Telecom.
Estas nuevas protestas surgen tras conocerse que Suráfrica está a punto de firmar un polémico rescate del reino, mediante un crédito de 343 millones de dólares.
Se esperaba que las primeras partidas de este dinero se pagasen el mes pasado, pero el gobierno de Suráfrica asegura que todavía no se han firmado los documentos que autorizan el acuerdo.
Los partidos políticos han estado prohibidos desde 1973 en Suazilandia, y Mswati III tiene los poderes ejecutivo, legislativo y judicial.
El Fondo Monetario Internacional, FMI, la semana pasada criticó al gobierno por su programa de reformas fiscales, haciendo desvanecerse las esperanzas de rey Mswati de acceder a créditos internacionales.
(The Namibian, 06-09-11)