La crisis sanitaria y ecológica provocada por el plástico en el continente se está agravando ya que las negociaciones en Corea del Sur no han logrado llegar a un acuerdo.
¿Cuál era el objetivo de esta cumbre?
La cumbre de Busan, (Corea del Sur) donde 175 países se reunieron bajo los auspicios de las Naciones Unidas, pretendía negociar un tratado global sobre la contaminación del plástico; pero terminó sin que los participantes llegaran a un acuerdo ya que estuvo bloqueado por el eje Rusia-Arabia Saudita-India. Se ha fijado una nueva cita, a mediados de 2025, para intentar reiniciar las conversaciones.
¿Qué era lo que estaba en juego en este proyecto?
Lo que estaba en juego era, sin embargo, crucial, y también lo eran las ambiciones de algunos de los Estados presentes, pero el eje Rusia-Arabia Saudita-India, se negó a integrar una reducción de la producción de plásticos, bloqueando el texto. Ruanda, pionera en la lucha contra este material contaminante, había presentado una propuesta radical: acabar con la contaminación del plástico en 2040. Un grupo de 68 países, entre ellos una quincena de africanos, defendió una reducción radical de la producción gracias a un instrumento internacional jurídicamente vinculante.
¿Por qué, siendo mayoría, no han podido imponerse?
No han podido llegar a un acuerdo porque las negociaciones han estado obstaculizadas por los 220 lobistas petroleros presentes y por los países productores de energía fósil, que han hecho todo lo posible para limitar el acuerdo. Y con razón: el plástico se fabrica casi exclusivamente a partir de petróleo. Además de la contaminación que genera, su producción agrava el cambio climático. Una situación denunciada in situ por el responsable del proyecto panafricano sobre plásticos de Greenpeace África, que instó a los Estados miembros a «no dejar que una pequeña minoría dicte el futuro de nuestra generación y el del planeta«.
¿Se esfuerza África por evitar la contaminación del plástico?
Duramente afectado por la crisis del plástico, el continente africano ha estado a la vanguardia de la lucha a nivel legislativo. Al menos 37 de 54 países han prohibido diversas formas de plástico y envases de un solo uso (principalmente bolsas), y esto desde la década de 2000; 31 países también son signatarios del Convenio de Bamako, que entró en vigor en 1998 y que prohíbe la importación al continente de residuos peligrosos, incluido el plástico. Este mismo año, Kenia, el estado de Lagos, Nigeria, Mozambique y Suazilandia reforzaron su arsenal legislativo para limitar el uso de este material. Sin embargo, a pesar de todas sus iniciativas, cabe señalar que, salvo en Ruanda, líder indiscutible en la lucha contra la contaminación del plástico, la mayoría de estas leyes no se aplican en la práctica. La limpieza de las calles de Kigali hace que hoy en día esta ciudad sea casi una excepción en el continente.
Bartolomé Burgos
CIDAF-UCM
