La semana pasada se derrumbó un andamio en una iglesia ortodoxa cristiana de Etiopía que se encontraba en construcción, llevándose por delante la vida de al menos 36 personas, y dejando más de 200 heridos, algunos de ellos trasladados de urgencia al hospital de la capital. A su vez, un agente de la policía local declaró ante los medios que había quedado personas sepultadas bajo los escombros. El accidente tuvo lugar en la iglesia Menjar Shenkora Arerti Mariam, en Amhara, una región al norte de Etiopía, durante una visita por la festividad anual de Santa María, cuando numerosos fieles se encontraban subidos a este andamio para observar un mural recién confeccionado en el techo.
Se trataba de una construcción precaria e improvisada del andamiaje, de hecho, el propio gobierno en un mensaje compartiendo sus condolencias, ha declarado la necesidad de «dar prioridad a la seguridad». Etiopía carece actualmente de una legislación completa que abarque la salud y seguridad en este tipo de ámbitos, por lo que los accidentes de construcción en este país son comunes, atribuyéndose este accidente a una construcción precaria y a la subida descontrolada y no regulada de personas al andamio.
Este trágico evento ha desembocado en un funeral multitudinario, donde cientos de dolientes que han perdido a sus familiares o amigos, han caminado portando los ataúdes de los fallecidos hacia la iglesia más cercana.
Fuente: Ahramonline
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