Burkina Faso es una excepción entre los países del Sahel, debido a su gran diversidad religiosa y a la tolerancia que prevalece. Esta es la conclusión alcanzada por los investigadores del International Crisis Group (ICG). Esta organización publicó su informe titulado «Burkina Faso preserva el equilibrio religioso» el 6 de septiembre y en él se hace mención al sólido modelo de coexistencia religiosa y sostenibilidad, del que sólo Burkina Faso tiene el secreto. Un modelo que se recomienda preservar y más en estos tiempos de extremismo violento en esta sub-región de África occidental, sobre todo en la parte norte de su territorio.
Las cifras obtenidas durante el censo oficial de 2006 indican que el 60,5% de los burkineses son musulmanes, el 19% católicos, el 15,3% animistas y el 4,2% protestantes. A pesar del sólido modelo de coexistencia los líderes musulmanes deploran el bajo número de musulmanes en el gobierno y creen que «el Estado no siempre trata justamente el cristianismo y el Islam».
La cuestión religiosa, un tabú a eliminar
El informe señala que la cuestión de la religión es un gran tabú en Burkina. Y «varios interlocutores de ICG reconocen que existen problemas, pero prefieren no hablar de ello, o al menos no públicamente, por temor a crear tensiones». «Otros están convencidos de que la coexistencia pacífica entre las religiones nunca se verá amenazada, poniendo de manifiesto el optimismo del que hacen gala los burkineses».
Para asegurar la sostenibilidad del modelo de coexistencia pacífica, los investigadores recomiendan tomar «desde ahora» medidas para aliviar las frustraciones y regular el discurso religioso tras los efectos causados por los ataques de enero de 2016, tanto para la población como para la clase líder.
Unos ataque que fueron seguidos por «casos aislados de agresión verbal» contra los musulmanes que revelan una cierta estigmatización y una inquietud hasta ese momento inexistente. De momento, el modelo de coexistencia pacífica sigue siendo sólido hasta la fecha aunque comienza a erosionarse por los bordes con los tabúes que rodean la religión en este país. Tabúes que es necesario eliminar tal y como recomiendan los investigadores.
Prevención del extremismo
Con el aumento de la violencia se ha creado un nuevo contexto. El gobierno actual no puede pretender ignorar las tensiones existentes o negarse a tratar el delicado tema de la religión.
El informe destaca la existencia de algunos musulmanes atraídos «por un riguroso Islam de inspiración wahhabite», que refleja las preocupaciones de los líderes musulmanes para hacer frente a la influencia de los países del Golfo y que «aunque es difícil de medir, puede contribuir a un endurecimiento de las prácticas religiosas».
Del mismo modo, los protestantes se sienten «atraídos por el discurso de nuevas iglesias que defienden, a veces, valores poco compatibles con la tolerancia”. Frente a los cambios en el comportamiento religioso, que pueden ser cuando menos «peligrosos» y que alteran y disturban las relaciones sociales, los expertos advierten: «menospreciar o cerrarse a otras religiones puede provocar una peligrosa respuesta de la sociedad».
La representación en el cuerpo del Estado
El informe hace referencia a «la sensación de que la administración a veces favorece el cristianismo o no tiene suficientemente en cuenta los intereses de los musulmanes” y califica las frustraciones de exageradas, aunque la percepción es más importante que la realidad.
El estado está dirigido por una larga élite predominantemente cristiana. En opinión de los investigadores, «este desequilibrio no es el resultado de una discriminación intencional, sino de la colonización y de un sistema educativo a diferentes velocidades». Para garantizar la equidad en la representación, debería corregirse el equilibrio pero sin caer en la intolerancia, a través de la revalorización de la educación franco-árabe, que combina la educación islámica y la educación general. «De lo contrario, opinan los expertos, algunos podrían no percibir al Estado como un interlocutor válido y elegir otro medio de expresión».
Recomendaciones
ICG recomienda mejorar la representación de los musulmanes en la élite política y administrativa, sin caer en la peligrosa lógica de cuotas, ser conscientes de los peligros de unas perspectivas limitadas para los miles de niños que salen de las escuelas coránicas, destinar los recursos financieros necesarios para hacer frente a los problemas derivados de ellas y comunicar mejor los esfuerzos de la administración para promover la educación franco-árabe a fin de reducir los malos entendidos entre la administración y los ciudadanos musulmanes.
Por otro lado se recomienda a los líderes musulmanes, trabajar con la administración para reformar la educación franco-árabe y comprometerse a cumplir con los requisitos estatales.
Por último, ICG recomienda asegurar la visibilidad equitativa de todas las religiones en los espacios públicos y medios de comunicación, en especial en la radio-televisión de Burkina Faso (RTB) y en las festividades religiosas y asegurar la mayor visibilidad posible para los ejemplos de coexistencia religiosa.
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