Coca cola cierra su planta de producción en Nigeria

17/09/2009 | Opinión

No ha sido motivo de alegría escuchar la noticia de que la Compañía embotelladora nigeriana ha decidido cerrar su planta de abastecimiento de concentrado y reubicarla fuera de Nigeria. La compañía alega el alto coste de manufactura que hace que los productos no sean competitivos para la exportación a otras embotelladoras de coca cola de los países de la ECOWAS, y del África Central.

Esta noticia debería haber pasado como una noticia normal de una compañía, pero nos preocupa sobre las enormes implicaciones de esta en concreto, una de las cuales es que los productos manufacturados en Nigeria no son competitivos ni siquiera para los países africanos.
Es fácil echar la culpa al la recesión global por otro ejemplo más de fracaso operacional de una corporación gigante. En la situación de nuestro país, sin embargo, es hora de que echemos otra mirada a muestro clima de inversión que parece que, al menos por ahora, está alejando a los inversores potenciales y los ya establecidos y las marcas famosas.

Con recesión o sin ella, Nigeria tiene el mayor mercado de África. Esa era, en parte, la razón de la presencia de muchas compañías multinacionales en nuestro país. Pero la ineptitud de los sucesivos gobiernos nigerianos para mantener un clima propicio para una eficiencia operacional, tanto de compañías privadas como de públicas, ha creado una vergonzosa pesadilla en términos de reducir los costes operacionales de cara a la disminución de los ingresos y rendimientos de la inversión. El creciente ambiente hostil para los negocios se ha manifestado en el declive de la industria textil, la industria nacional de neumáticos, que ha perdido ya a Michelin, a Dunlop y a muchos otros.

Ciertamente, estos son grandes temas de noticias de negocios en la comunidad internacional que van en contra de todos los esfuerzos por construir una atmosfera atractiva como destino de inversiones.

Es un secreto a voces que la energía es el motor de la industria para proporcionar productos y servicios para el consumo de los clientes y la sociedad en general. Aún así, el periodo de inactividad de nuestra red de suministro de electricidad es el 90 si no el 100 %. Para competir o permanecer a flote, las compañías han tenido que realzar fuertes inversiones en fuentes alternativas de energía e ignorar la posibilidad de algún suministro por parte del Holding de Compañías de Electricidad de Nigeria, PHCN, que es un monopolio. De todos es sabido que el PHCN se ha convertido en una verdadera fuente de derroche de gasto innecesario, que paraliza el rendimiento esperado y planeado de la inversión, producción y servicios, por su ineficacia.

Además, los costes de transporte han aumentado mucho debido a las malas carreteras, los controles policiales y el precio disparado del combustible. También, las fluctuaciones en los tipos de cambio y la imprevisibilidad dificultan la importación de materiales y por tanto retienen la capacidad operacional. Así, hay poca capacidad de utilización y las plantas cierran, agravando la situación de desempleo, y el descontento de la población. Incluso las compañías que están afrontando la dura atmosfera para los negocios, experimentan un ambiente de relaciones industriales hostil e irritante.

Las marcas globales han creado durante muchos años empleo para los nigerianos, y Coca-Cola, especialmente, es un importante actor en las industrias de las bebidas y el entretenimiento. Es realmente triste ver cómo cierran una planta vital como la que han cerrado.

Hemos lamentado repetidamente la muerte de la industria en el país y la aparente insensibilidad del gobierno ante ello. El deber del gobierno es proporcionar un ambiente propicio para que prospere el ambiente privado.

Así que, una vez más, pedimos al gobierno federal para que detenga este vagar sin rumbo. Antes de que Nigeria se convierta en un estado paria, para los intereses manufactureros internacionales, es necesario que el gobierno emprenda alguna acción positiva.

Los múltiples impuestos, los elevados tipos de interés, dumping, inseguridad y falta de infraestructura básica como la electricidad, el agua potable, y la red de transportes han afligido al sector con un extremadamente alto coste de producción. El cierre de la planta de Coca Cola es otro recordatorio de la urgencia del problema del sector manufacturero.

(Editorial. This Day, Nigeria, 16-09-09)

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