Cientos de niñas tanzanas, en edad escolar, regresaron a sus casas el lunes después de haber pasado tres meses escondidas en casas de seguridad para escapar de la mutilación genital (MGF), según la televisión estatal.
Unas 800 niñas huyeron a “refugios” gestionados por organizaciones benéficas y religiosas, que les ofrecen protección durante los meses en los que tradicionalmente se llevan a cabo las MGF, de octubre a diciembre. Algunos de estos “refugios” tienen, incluso, protección policial para garantizar la seguridad de las niñas.
El Ministro de Trabajo y Empleo, Gaudensia Kabaka, pidió a los líderes tradicionales que utilicen su influencia su influencia para acabar con esta “práctica retrógrada».
Los activistas llaman a esta peligrosa práctica “mutilación” en lugar de “circuncisión femenina”, con el propósito de dejar claro los peligros que entraña y el daño que causa.
Aparte del intenso dolor, los peligros más inmediatos son hemorragias e infecciones. A más largo plazo, los riesgos incluyen posibilidad de infertilidad, complicaciones durante el parto e, incluso, la muerte del bebé.
Algunas de las chicas que han regresan a casa explicaron que estos refugios eran la única manera de que ponerse a salvo.
«Mi madre me apoyaba, ella no quería que me mutilaran, pero mi padre empezó a golpearme, así que decidí venir aquí», contó llorando una niña, que había estado refugiada en un centro dirigido por la iglesia protestante.
La MGF fue declarada ilegal en Tanzania en 1998 y conlleva una pena de hasta 15 años de prisión, pero aún se lleva a cabo con regularidad, especialmente en las regiones del norte y centro de los países del este de África.
Continúa realizándose en secreto, a menudo en condiciones insalubres y sin anestesia.
En noviembre, el jefe de la ONU, Ban Ki-moon, lanzó una campaña mundial para poner fin a la MGF.
Más de 125 millones de mujeres han sido mutiladas en 29 países de África y el Medio Oriente, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), que condena la práctica como una «violación de los derechos humanos» de las mujeres.
[Fuente: thezambezian.com-Fundación Sur]