la Red “Paz para el Congo” ha alertado que desde hace varios días en el territorio de Beni, a unos 350 km al norte de Goma (Kivu Norte, en el este de la República Democrática del Congo), al menos 160 exrehenes de la Alianza de las Fuerzas Democráticas (ADF), un grupo armado de origen ugandés, viven en una situación humanitaria desesperada. La sociedad civil de Beni indica que, desde su regreso, estas personas no están recibiendo ayuda de las autoridades o de las organizaciones humanitarias.
El administrador del territorio de Beni, Kalonda Amisi, ha declarado que no posee ningún medio para ayudarlos. Muchos de estos exrehenes están enfermos, muestran signos de malnutrición grave y sufren de traumas psicológicos por las atrocidades sufridas, ha afirmado la Ong Convención por el respeto de los derechos humanos (CRDH), añadiendo que las mujeres y las niñas que han escaparon de las manos de los rebeldes ugandeses fueron utilizadas como esclavas sexuales, y la mayoría de ellas están ingresadas en el hospital en Oicha. Jean-Paul Paluku Ngongondi, presidente de CRDH, ha declarado que “Hemos hospitalizado a cuatro mujeres que llegaron embarazadas. La mayoría de las mujeres y niñas fueron violadas. En el bosque vivían situaciones terribles. Los ex rehenes han dicho que algunos miembros de su familia fueron asesinados en su presencia y que sus cuerpos fueron decapitados y utilizados como alimento junto con la carne de cabra. Por lo que se vieron obligados a comer carne humana”.
Estos exrehenes consiguieron escapar durante la destrucción de las bases de la ADF por parte de las Fuerzas Armadas congoleñas, a través de la operación “Sokola” (Limpieza), puesta en marcha en colaboración con las fuerzas de la Misión de la ONU en la RDC (MONUSCO). Pero cientos de otros rehenes aún permanecen capturados. Por su parte, la MONUSCO ya se ha movilizado para buscar a estas personas abandonadas por la ADF en el bosque de Beni, que vagan sin ninguna ayuda.
Agencia Fides
