Ciencias de la vida irresponsable, por Nse Ramón

9/03/2012 | Bitácora africana

Les he traído esta mañana tres historias interesantes, de las cuales me ocuparé de una, porque las otras dos ya me parecen harina de otro costal porque hay cosas que merecen un estudio profundo para entenderlas.

La primera es la noticia de que a la UNESCO le ha valido con unos votos legales por parte de los chicos de la desUnión Africana para otorgar al noble pueblo de Guinea Ecuatorial el tan ansiado premio propuesto por el dictador que de vidas cegadas entiende un buen trecho. Esta noticia ha estado en boca de todos en la tarde de ayer, y como ahora mismo la clasificamos entre las cosas bellas que puede hacer el petróleo y sus derivados, diremos que tanto la FIFA como la ONU son instituciones legales que pueden hacer lo que les salga de las partes sensibles y así dotar de sentido a lo que no lo tiene ni en las ciencias de la vida real.

La segunda es la noticia de que a Eric Moussambani lo han nombrado entrenador oficial del equipo de natación de Guinea Ecuatorial. Seguramente lo hacen por la trayectoria profesional de nuestro nadador más famoso (decir el único sería faltarle el respeto a los isleños y a los costeros…) y porque Londres 2012 podría lanzar otra llamada a países con ganas de hacerse un hueco en las modalidades que normalmente no son de su orden inicial. Desde LOCOStv, felicitamos al nuevo entrenador por ese nombramiento que hemos sabido a través de él mismo desde su facebook. ¡A nadar y no ahogarse!

La tercera y última noticia nos llega desde Malabo en forma de confirmación de que lo que se venía diciendo en el formato congosá, ahora es una verdad como una catedral, o mejor aun, una basílica como la del lugar del que proviene el protagonista. Un protagonista al que no vamos a machacar del todo ya que es una persona que ha tenido la mala suerte de nacer donde nació y en la época que lo hizo, y la suerte de nacer donde nació y en la época en que lo hizo. No es culpable de nada que tenga que ver con las maneras absurdas de su progenitor y estamos seguros que su educación se alejaba de cualquier estupefaciente considerable. Pero claro, si en casa tienes a un potencial yonki como es el engominado y tonto de su hermano mayor, lo normal es que acabes por intentar descubrir qué es lo que le vuelve tan majara al big brother.

Y es la tercera noticia la que nos obliga a escribir la carta de LOCO de hoy día después de que los hombres se encontrasen de que las mujeres siguen siendo igual de inteligentes después de haber festejado «su día», cosa que no termina de gustar a mas de uno. Pero bueno, el tema es que nuestro protagonista es sólo una excusa mas para «atacar» a su irresponsable padre.

Obiang Nguema es un tío que está en la lista de Forbes como Amancio Ortega, aunque su riqueza la logra con una facilidad típica del que está moviéndose como pez en el agua ante más de 500.000 personas que ven eso como un espectáculo de esos de acuario, en el que sale el delfín, bueno, mejor la orca asesina, y con un par de movimientos aprendidos de sus «cuidadores», (podemos decir que son todos de occidente, los cuidadores…) se lleva a la boca todos los peces mientras el nutrido público le aplaude la gracia sentados en unas sillas (la comodidad es lo primero a lo que se aferra el impotente…) previo pago de una entrada (el sufrimiento del pueblo, es que debe pagar hasta impuestos que luego no le benefician del todo. Véase INSESO…). Y así funciona la cosa de que Obiang sea millonario.

Y como todo millonario que se aprecie, guarda como puede su privacidad, ya que debemos tener en cuenta de que el hombre es hombre antes de ser imbécil. Eso hace que el tipo sea un hombre a la africana, esos si, que tiene la mentalidad de que los hijos son la riqueza, siendo ese pensamiento el que aveces lleva a muchos de ellos a querer a todas las mujeres sólo para embarazarlas y hacer hijos para ellos mismos. Por lo que podemos deducir de que el buen hombre es rico en hijos igualmente. Luego tiene lo que desea todo hombre ambicioso hasta el extremo: PODER. Un poder que aporta dinero, mucho dinero y que hace que esos hijos, tontos o no tontos, vivan como príncipes. Queremos añadir que conocemos padres que sin tener ni para su propio sustento, hacen riqueza en retoños pensando en el futuro, cosa que para nosotros creemos que por más tradición africana que quieran usar para explicarlo, es de tontos. Era una añadidura sin importancia. Lo sentimos. El dodotis cuesta un huevo.

Y como el dodotis no es el problema para personas como Obiang Nguema Mbasogo desde el 12 de octubre de 1968, el buen señor también es feliz viendo como esos muchos hijos le dan nietos, nietos que usan dodotis que llegan en jet privado hasta sus casas desde occidente, como debe ser, y que le quitan mucho trabajo a las nanas que los cuidan con esmero, no vaya a ser que se les caiga de las manos el nieto de un dictador y se arme la de San Quintín. Y Obiang con toda esa riqueza acumulada » a su manera», debe ser celoso como lo es Amancio Ortega con su familia alejada de sus fechorías políticas. Porque aunque no se lo crean, no todos son el tonto de Tontorín, no todos son el listo de Gabriel, no todos son el marchoso de Alberto Lima, no todos son el «visionario» de Didi, ni todos son la empresaria Bubú. Esos son figuras públicas cuyo mérito reside en aprovechar el espacio creado por papá para empezar ellos a realizar sus actividades sociales para con el pueblo. Y no todos son lo mismo porque Obiang cuida muy bien la imagen pública de algunos, y es entre esos algunos donde encontramos a nuestro protagonista de hoy.

Gemelo desde que nació hasta que se muera (que dios no nos escuche si es que existe…) y que fue noticia al ser dado en bautismo al Rey marroquí Hassan II. De ahí le viene el nombre. Hassan.

Las coincidencias de nombres hace que uno al escuchar su historia, la del muchacho Obiang, reciente, sólo se pare a pensar en los libaneses que deambulan a sus anchas vendiendo legalmente cosas para ferretería y congelados, e ilegalmente farlopa y otros productos no muy alimenticios. Pero no solo los libaneses hacen su agosto con esas cosas, también hay «expatriados» que hacen llegar la droga hasta las instancias más íntimas de cualquier personaje poderoso del país. El petróleo trae riqueza, la riqueza trae estrés y el estrés trae productos para «defenderse» de el. Esos productos son prohibidos por ley. Pero bueno, esa ley está por debajo algunos moradores de países como el que tiene a Obiang como presidente más rico del continente. Y como cuando la ley se pisa, también resulta que se pisan los principios y al pisar los principios, uno acaba pisando a los suyos y el hermético sistema de protección que tenía para proteger a los que no quiere que salgan a la palestra pública. Pisado ya el status de padre protector de sus hijos por él mismo y su ignorancia de la responsabilidad humana, los que hacen su agosto con lo prohibido por ley acaban metiéndose en casa y lo hacen a través de usar a los retoños que no saben en qué mundos se mueve su padre a no ser por la gracia del teléfono móvil que hace que se escuche la voz de mamá cuando está en París haciendo compras, mientras el hijo o la hija está en Malibu metido en una fiesta del irresponsable hermano mayor, rodeado de conejitas playboy y con las mesas llenas de una harina blanca que no sirve para freír pescado, sino para freír el cerebro por cada raya minúscula.

Y cuando llegan a casa, a la casa que ahora netregará un premio para las ciencias de la vida sin que la vida sea precisamente lo que se respeta entre sus paredes, los que han probado la belle vie de lo extremo en el extranjero, lo quieren seguir probando en casa. Aquí son los príncipes, aquí se les tiene miedo, aquí nadie se pregunta de dónde sacan el dinero para que manejen máquinas con un motor que cuesta 80 veces más el presupuesto del ministerio de educación. En casa son los dueños y señores de la vida de sus súbditos y por eso acaban por hacer lo que hizo el «desconocido» Hassan.

El chaval se dijo para si de que Tito Oló (un amigo mío por razones de compartir momentos buenos en tan pocas ocasiones…) debió morir por otra causa diferente a la que él estaba a punto de hacer vivir a los suyos. No tuvo que buscar mucho, le bastó con entrar en palacio para ir directamente hacia el lugar donde ellos guardan los productos prohibidos por ley y empezar a metérselo a quemarropa. No es malo que la gente haga con su vida lo que le da la gana. Si eso les hace sentirse mejores farlopeandose a gusto, que disfruten. Lo malo suele ser cuando es una persona que nació de la unión de una maestra venida a futbolista por la gracia de la dictadura, y de un conductor de tanque venido a hombre multimillonario por la gracia del incomprensible silencio nacional. Ese chico que seguramente se educó en las mejores escuelas, militares, del mundo, sabe que lo suyo ha sido una vida de ver a la gente servirle como a un pequeño Hércules. Por eso es que cuando se metió la farlopa a niveles altos, no dudó en agarrar un fusil ruso de asalto AK47 y salir a demostrar de que la mezcla entre poder inocuo, drogas potentes y falta de respeto son mix peligroso tanto para él (que tendrá otra vida después de que su padre deje de ser quien es hoy…) como para esos personajes que como zombis se quedarán parados como bolos viendo a quién le toca la desgracia de entender esa actitud irresponsable y vil ante el otro cobarde llamado vulgarmente dios.

Y así hemos vivido la historia de Hassan a la que hemos guardado algunos puntos para que no investiguen a nuestro informador. Aquí les hemos expuesto el tema de una manera que no se aleje de nuestra especial manera de relatar las cosas serias del acuario donde un una gran orca asesina deja de vez en cuando que se le vean las manchas blancas de su negra piel sensible porque no viene de otro mundo. Manchas blancas que sus hijos alejados del mundo público confunden con productos llamados a crear hombres y mujeres que si hubiesen nacido en otra familia, no podrían haberse permitido pagar con dinero del estado los productos prohibidos en las gradas del acuario. Pero claro, si papá es irresponsable políticamente hablando, mamá quiere aupar al más tonto de la familia a la cabeza de la cosa nostra, el hermano es otro irresponsable amante de las cosas que no son suyas y el resto son personas que agradecen los placeres de la vida que llevan, es normal que la farlopa haga pupa en los que juegan a la liga interna familiar.

Y todo cristo sabe que no es bueno celebrar los momentos esos de drogao solo, por eso la gente se une a otra gente. Los del palacio salen del palacio y se mezclan con el populacho… ¿Pero ya podrían dejarse el fusil en casa verdad?. No vaya a ser que le den a un pobre espectador agradecido.

Nsé, me dicen y me recuerdan de que ya no me dejarán entrar en Guinea Ecuatorial por mi labor en LOCOStv. Yo les digo que los que ya no entran nunca mas en mi mente son ellos.

MI FRASE DE LA SEMANA: «La vida es muy peligrosa. No por las personas que hacen el mal, sino por las que se sientan a ver lo que pasa»

Autor

  • Nse, Ramón

    Nse Ramón o Ramón Esono Ebalé (alias Jamón y Queso) es un artista guineoecuatoriano nacido en Nkoa-Nen Yebekuan (Mikomeseng-Kie Ntem) en 1977 y residente en Malabo desde 1982. Dibujante e ilustrador autodidacta, compagina su pasión por el dibujo y el cómic con su trabajo de grafista. Actualmente es el grafista titular del Centro Cultural de España en Malabo y como dibujante de cómics ha ganado varios premios y certámenes internacionales como el concurso "Regarde 9", en el Festival Internacional de BD de Angulema (Francia), el premio obtenido en Cocobulles, Costa de Marfil con el trabajo "Le réveil d'Akoyo". Ha expuesto en los Centros Culturales Francés y Español en Malabo y Bata, en el Feshcary (Camerún) y en diversas galerías de Europa, América y Estados Unidos. El artista ha iniciado diferentes proyectos para organismos internacionales que operan en Guinea Ecuatorial realizando carteles e ilustraciones para la campaña de la Unión Africana en fomento de la Juventud y sus Derechos de la Organización de la Unión Africana.

    Participó en ARCO2010 con dos series ácidas y corrosivas sobre las dictaduras y la corrupción

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