Korede Azeez es una de las cineastas emergentes más prolíficas de Nigeria. Su trayectoria arroja luz sobre el más amplio panorama de mujeres en la creciente industria cinematográfica de Nigeria.
En 2022, la escritora y directora Korede Azeez, de 32 años, fue una de las seis ganadoras del concurso Netflix-UNESCO African Folktales Reimagined, una iniciativa innovadora que tenía como objetivo encontrar algunas de las cineastas emergentes del continente. Fue la única mujer musulmana de África occidental en lograr esta hazaña entre otras seis finalistas. Recibió 75.000 dólares para crear cortometrajes a través de una empresa local de producción y bajo la guía de productores supervisores y mentores de la industria designados por Netflix en todo el continente.
Su cortometraje de entrada, Adieu, Salut, es una historia de ciencia ficción sobre una joven que lucha por controlar su destino. Ambientada en un futuro no tan lejano en el que todos, excepto los habitantes de una pequeña aldea Fulani, se han subido a un mundo virtual, la trama se desarrolla en un mundo familiar pero diferente. Su segunda película, Halima’s Choice, cuenta la historia de cómo una joven musulmana pide ayuda a un mundo virtual para escapar de un matrimonio concertado. Estaba basada en un cuento popular del sur de Nigeria; lo revivió para contar una historia contemporánea del norte de Nigeria. Su última película, With Difficulty Comes Ease, es un largometraje y el segundo que ha dirigido, una hazaña nada fácil para una directora joven. Estrenado en agosto de 2024, examina las complejidades de una mujer igbo-hausa, recientemente enviudada que lidia con expectativas culturales, la lucha personal y el dolor.
A pesar de este caleidoscopio de trabajos que incorpora diferentes temas, Korede dice que tiene un amor específico por el afrofuturismo en el cine, la animación y la literatura. Según la definición dada por el Museo Nacional de Historia y Cultura Afroamericana, el afrofuturismo “expresa nociones de identidad Negra, agencia y libertad a través del arte, obras creativas y activismo que imaginan futuros liberados para la vida Negra”.
Para rastrear el amor de Korede por el subgénero, tenemos que remontarnos a sus humildes comienzos.
Adama Munu: Cuéntame un poco sobre dónde creciste. ¿Cómo fue?
[Nacida en Lagos, Korede tenía dos años cuando su familia se traslado al estado de Enugu, en el sureste de Nigeria, donde también asistió a la escuela y a la universidad. Se describe a sí misma como “rara” o “extraña”, lo que tenía mucho que ver con el hecho de que era la única yoruba musulmana en sus clases, “incluso hasta la universidad”, me dice. La mayoría de la gente del estado de Enugu es predominantemente de ascendencia étnica igbo.]
Korede Azeez: En mi primera infancia, leí muchos libros de cuentos que tenían un elemento de fantasía, y libros de Enid Blyton de donde surgió mi interés. El amor por los libros de cuentos se transformó en amor por las películas, debido a películas de Hallmark y videoclubs nigerianos, que comenzaron con casetes.
Cuando comencé a escribir cuentos, estaban también basados en fantasía y ciencia ficción. En ese momento, pensé que iba a ser algo diferente a cineasta. [Pensando] en ello como una opción profesional solo se convirtió en realidad después de mi Servicio Juvenil. En la universidad tenía un gran interés en crear historias para la radio, y mientras trabajaba en la estación de radio del campus escuché un drama radiofónico de la BBC llamado ´Story Story´. Fue la primera vez que escuché una historia nigeriana, lo que despertó mi interés y me hizo pensar: «Puedo hacer algo así».
[Ese fue el comienzo de su carrera en radio y televisión, después de lo cual coqueteó con trabajos de derechos de autor y trabajó como grabadora de sonido en BBC Media Action, donde aprendió a grabar videos.]
KA: Siempre estaba pensando en el «próximo paso», así es como me interesé en cine y la realización cinematográfica. Tenía un colega que fue a la escuela de cine y con él hice mi primera película, «Tip off the edge«.
AM: Tu función específica ahora es la de dirigir. ¿Qué implica eso?
KA: Como directora eres el capitán del barco. Eres el principal narrador de historias. Es tu visión la que llega a la pantalla. Así que, a través de procesos de preproducción, producción y posproducción eres la persona a la que el equipo mira para que dirija, por lo que necesitas tener una visión sólida. No quieres hacer una película que cualquier otra persona podría haber hecho, que es lo que yo siento por mis películas. Eso es tener una visión.
AM: ¿Cuáles son los conceptos erróneos que crees que la gente asocia con ser director? Está el elemento «glamour», pero…?
KA: Los directores no ganan la mayor cantidad de dinero en la industria. La gente piensa que es glamoroso. Aparte de la alfombra roja, no es glamoroso, es trabajo duro, requiere mucha energía mental y física y mucho tiempo. Un director de fotografía filmará el proyecto, irá y vendrá, pero el director estará ahí desde el principio hasta el final.
AM: ¿Cómo superaste los nervios al completar tu primer cortometraje?
KA: Tenía muchas ganas de filmar mi primer cortometraje, pero era diferente de mi largometraje porque alguien estaba apostando su dinero por mí y no creo que lo superara, no hasta que hice mi cortometraje para Netflix. Los errores que cometí con mi cortometraje los corregí con mi largometraje para Netflix. Uno de mis mayores arrepentimientos con mi primera realización fue no hablar con todos mis actores antes de filmar en el set, pero cambié eso con la película para Netflix: hicimos lecturas, escuché sus pensamientos y perspectivas, hubo largas conversaciones y tuvimos ensayos. Eso hace una gran diferencia.
AM: Has hecho algunos cortometrajes desde entonces e, increíblemente, dos largometrajes, Blooms in June y With Difficulty Comes Ease. ¿Qué te hizo saber que estabas lista para comenzar tu primer largometraje? Pregunto esto porque son necesarios algunos años antes de que los cineastas se embarquen en un proyecto enorme.
KA: No sabía que estaba lista para hacer mi primer largometraje. Simplemente aproveché una oportunidad a través de un concurso organizado por la productora ‘Native Team Works’. Querían asesorar a diez cineastas que quisieran hacer su primer largometraje. Presenté mi solicitud y entré. Supongo que funcionó, jajaja. La película, que filmé en 2021, trata sobre la relación entre un padre y su hija y sobre cómo él la deja «crecer».
AM: ¿Hay temas o cuestiones particulares relacionados con Nigeria y tu fe musulmana que te apasione explorar en tus películas?
KA: Hay tantas cosas de las que hablar: quiero hacer una película sobre el espacio exterior, vampiros, hombres lobo y superhéroes. Suena loco, pero lo que sé es que siempre quiero producir una película desde una perspectiva única, una que no se ve normalmente, y desde una mujer nigeriana musulmana no tradicional. Mi origen, educación y mis experiencias me dan una perspectiva única sobre muchas cosas. No se trata tanto de temas y problemas como de mi perspectiva.
AM: ¿Crees que centrarte en estos atributos limita o encasilla tu creatividad?
KA: Lo que me motiva y me hace querer hacer películas es que el arte tiene el poder de cambiar la mente de las personas y moldear sus puntos de vista. Siempre he creído que la gente no entiende a los musulmanes por lo que les han enseñado los medios y lo que ven en la pantalla. Espero que los no musulmanes puedan ver que todos somos personas, con aspiraciones, sueños y fracasos.
[Con una forma tan abierta de mirar a su trabajo, tenía curiosidad por saber qué la inspira. Me sorprendió descubrir que uno de sus iconos es el legendario cineasta japonés Yasujirō Ozu, conocido por películas como A Story of Floating Weeds (1934) y Late Autumn (1960), protagonizadas por Setsuko Hara y Yoko Tsukasa como madre e hija. Lo que le entusiasma de Yasujirō Ozu es que dejó de usar a Hollywood como la principal referencia estilística para su trabajo, lo que le permitió crear un distintivo estilo cinematográfico.]
KA: [Yasujirō Ozu] se aleja de las habituales convenciones cinematográficas de su tiempo, en la forma en que coloca sus tomas y en la forma en que edita. Sus películas parecen arte, parecen tener serenidad y calma. Casi nunca mueve su cámara excepto cuando es necesario y hay algo en eso que se siente bien, jajaja. Me he convertido en ese director que diría «No muevas la cámara» a menos que realmente sea necesario. Solo se trata de mantener simples las cosas y centrarse en los actores, dice Korede.
AM: ¿Qué consejo darías a los aspirantes a cineastas?
KA: Simplemente hazlo. Encuentra una manera de hacerlo. Es más fácil que nunca hacer una película hoy en día. Tienes tu teléfono. Puedes comenzar con eso. Tienes YouTube. Busca oportunidades. Comienza poco a poco y con agilidad. Quizás tengas una tía o un tío que te puedan prestar dinero. No hay tiempo que perder.
Fuente: African Arguments
[Traducción, Jesús Esteibarlanda]
[CIDAF-UCM]