Aliado estratégico de Occidente en la lucha contra los yihadistas en África, el Chad atraviesa una profunda crisis con el régimen autoritario de Idriss Deby Itno y la oposición convoca para mañana martes una nueva huelga general.
El coste de las intervenciones contra los islamistas de Nigeria, Boko Haram, la caída de los ingresos del petróleo, el déficit y las medidas de austeridad, las huelgas de los funcionarios desde hace meses, «Chad está parado», declaró a la AFP el portavoz del colectivo de la sociedad civil “Ca doit Changer» (esto debe cambiar), Maoundoé Decladore.
La crisis y el descontento se dejan notar en el mercado principal de N’Djamena. «Me paso un día entero para sólo 1.000 francos (1,50 euros) de venta. No hay dinero. La gente no viene», se quejó Fatima Zara, vendedora de verduras.
Los maestros llevan en huelga desde septiembre para exigir el pago de los sueldos atrasados. «Todo el dinero del petróleo ha sido acaparado por la gente en el poder», se queja Michel Issa, profesor de la universidad, junto con la sociedad civil y la oposición, que apuntan a la familia y a la etnia del presidente Deby del «mal gobierno». Consecuencia: el año escolar en escuelas, colegios y universidades, se abocan a un año perdido. Otros sectores también se ven afectados como la sanidad, los pacientes se trasladan a buscar tratamiento en Camerún, y la justicia. El Presidente Déby recibió el viernes los magistrados para intentar desconvocar la huelga.
La situación es aún peor fuera de la capital de este pobre país de unos 10 millones de habitantes, donde un niño, menor de cinco años, de cada tres sufre retraso en el crecimiento.
La oposición política se apoya en este contexto social explosivo para solicitar un «diálogo inclusivo» con el poder, mientras siguen protestando por la reelección, en abril pasado, de Deby para un quinto mandato. Oficialmente, el actual presidente ganó la primera ronda con casi el 60% de los votos frente a su oponente Kebzabo Saleh con sólo el 12%. «Deby es un presidente ilegítimo. No pedimos el diálogo para hacernos con el gobierno. Nuestra preocupación es llevar a Chad al proceso democrático con unas elecciones verdaderas y transparentes», declara Kebzabo a la AFP, con motivo de la huelga del martes, la tercera en poco más de tres meses.
En el poder desde 1990, Idriss Deby ¿puede sufrir el mismo destino que Blaise Compaoré? El derrocamiento del ex presidente de Burkina Faso, en noviembre de 2014, después de 27 años de gobierno representa un «modelo para el movimiento social de Chad,» dice el experto francés Roland Marchal, investigador en Sciences-Po Paris. «Mucha gente ve en el presidente a un hombre que no tiene las mismas capacidades de iniciativa que antes. Existen dudas sobre su capacidad de permanencia», opina el Sr. Marchal sobre Idriss Deby, de sólo 64 años de edad, pero que a menudo se tiene que apoyar en un bastón, como el día de su toma de posesión el 8 de agosto, delante de 15 jefes de estado. El investigador percibe una «señal de debilidad» en el repentino regreso de hace un par de días Deby a Yamena procedente de Marrakech donde se había celebrado una cumbre africana en el marco de la COP22, porque su gobierno estaba bajo una moción de censura.
Los miembros del partido del presidente fueron invitados a boicotear la votación en los votos secretos. «Por temor a que algunos no votaran la moción de censura y que el gobierno no fuera derrocado», según el Sr. Marchal.
Sin embargo, el presidente de Chad tiene ventajas diplomáticas. Militar entrenado en Francia, presidente en funciones de la Unión Africana, el señor Déby está apoyado por Francia y Estados Unidos, que necesitan su ejército en la región. Los cuarteles generales de la operación militar francesa, Barkhane, contra los yihadistas en el Sahel está instalada en Yamena, con todo lo que esto implica el intercambio de información estratégica. El Sr. Deby también ha sido recientemente recibido por la canciller alemana, Angela Merkel, en Berlín.
El Jefe de Estado se apoya en un ejército cuyos mejores elementos provienen como él de la etnia zaghawa. Considerada como el único poder real en la región, también tiene sus debilidades: «en el ejército, algunos grupos étnicos son víctimas de abusos por parte del régimen», aseguró una voz de la sociedad civil.
«Estamos frente a un ejército que sabe disparar, pero que no sabe contener una manifestación», añadió Roland Marchal.
tchadonline.com
Fundación Sur
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