La buena noticia también viene de África, como lo demuestra la decisión del gobierno de Chad, que adoptó su primera ley sobre solicitantes de asilo para fortalecer la protección de los cerca de 480.000 refugiados actualmente alojados en el país africano. Lanzada el pasado 23 de diciembre, la medida garantiza protecciones fundamentales, incluido el derecho al trabajo, el derecho a moverse libremente y al acceso a la atención médica, la educación y la justicia.
La disposición legislativa convierte a Chad en el primer país centroafricano en cumplir su compromiso asumido en diciembre de 2019, durante el primer Foro Mundial sobre Refugiados en Ginebra. Chad es uno de los países de desplazados internos más grandes de África y la mayoría de sus casi 480.000 refugiados viven a lo largo de la frontera con Sudán.
No es sorprendente que la nación africana sea el hogar de la comunidad más grande de refugiados sudaneses en el continente africano y en los últimos dos meses unos 16.000 sudaneses han cruzado la frontera hacia el este de Chad, huyendo del resurgimiento de la violencia interétnica en Darfur. Un número significativo de refugiados también está alojado en la región sur, en la frontera con la República Centroafricana, donde llegaron más de 22.000 desplazados de la República Centroafricana en 2018 y más de 4.500 de Nigeria en 2019.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) elogió el compromiso de Chad de mantener sus fronteras abiertas a los refugiados, a pesar de los numerosos problemas económicos, políticos y ambientales que enfrenta el país. El ACNUR también señaló que la ley aprobada por el gobierno de Yamena cumple con las normas internacionales consagradas en la Convención sobre Refugiados de 1951 y la Convención sobre Refugiados de la Organización de la Unidad Africana de septiembre de 1969.
La medida prevé el establecimiento de un sistema nacional de asilo eficiente, que se establecerá dentro del Grupo de Apoyo a la Capacidad de Asilo (Acsg), un mecanismo adoptado para identificar rápidamente a las personas con necesidades de protección internacional y fortalecer la capacidad para determinar la condición de refugiado.
Reflejando los valores de la familia africana, la nueva ley reconoce un amplio derecho a la reunificación familiar, que no se limita a la unidad familiar únicamente. Como parte de su programa a favor de la familia, ahora se ampliará el acceso a la educación a los niños refugiados anteriormente excluidos. A partir de ahora, los jóvenes refugiados podrán obtener un certificado reconocido en todo Chad, que confirma su nivel de educación.
Chad también está experimentando con el Marco de Respuesta Integral para los Refugiados, que incorpora escuelas para refugiados en el sistema educativo nacional basándose en la idea de que los refugiados deben ser incluidos dentro de las comunidades desde el principio. Una vez que hayan obtenido acceso a la educación y al mercado laboral, podrán desarrollar sus habilidades y volverse autosuficientes, contribuyendo al desarrollo de las economías locales y las comunidades que los acogen.
Permitir que los refugiados se beneficien de los servicios nacionales e integrarlos en los planes nacionales de desarrollo es fundamental tanto para los refugiados como para las comunidades de acogida, además de ser coherente con el compromiso de “no dejar a nadie atrás” de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible.
Para hacer valer sus derechos, los huéspedes de los campos de refugiados recibirán documentos que confirmen su condición de refugiados. Sin embargo, si bien la condición de refugiado legal ha mejorado significativamente desde la introducción de la nueva medida, persisten algunos obstáculos que socavan la capacidad de integrarse plenamente en la sociedad chadiana.
De hecho, todavía hay muchos refugiados que corren el riesgo de sufrir violencia sexual y discriminación de género, además de tener que lidiar con un acceso limitado a los recursos locales, una mala gestión del agua y una falta de buena atención médica. También existe el riesgo de que la falta de información impida que muchos refugiados accedan a los derechos que ahora disfrutan sobre el papel.
Para ello será importante asegurar que la nueva ley se publique tanto dentro como fuera de los campos de refugiados y asegurar que las necesidades especiales de mujeres y niños estén debidamente incluidas. Al mismo tiempo, será necesario brindar una supervisión adecuada y fondos suficientes para que la ley funcione de la manera más efectiva.
Todo esto será crucial para que Chad cumpla los ocho compromisos anunciados en 2019 para fortalecer el entorno protector para los refugiados, incluso a través de una estrategia que apunta a integrar los campos de refugiados en las aldeas y promover la convivencia armoniosa en la sociedad chadiana.
Por último, es fundamental que Chad garantice un trato digno y la prestación de servicios primarios a los refugiados desde el momento del registro. Solo así seguirá representando un modelo de integración para los demás países de la región.
Original en: Afrofocus
